Como maraquero Manuel Alejandro Rangel tiene en sus manos la imagen de Venezuela

Si un sello identificativo posee el gentilicio de Venezuela lo es la música de arpa, cuatro y maracas, y son estas últimas las que vibran como los latidos de nuestro pujante país.

Y nadie mejor que Manuel Alejandro Rangel para impulsar el ritmo de nuestro más folklórico instrumento idiófono por el mundo: músico, docente e investigador, durante la última década se ha dado a la tarea de difundir tal expresión cultural, a la par que va cosechando reconocimientos en diversas latitudes.

Ganador de los Premios Pepsi Music 2020 en las categorías de Artista Clásico del Año y por Mejor Tema de Música Clásica, con la pieza «Pataruco», ahora nuestro compatriota tiene el privilegio de exhibir sus adminículos de trabajo en el Musical Instrument Museum, con sede en Phoenis, Arizona, en Estados Unidos, en una exposición abierta al público desde el pasado 28 de octubre.

Y es que la valía de Rangel lo ha llevado también a las nominaciones de los Latin Grammy de este año como Mejor Álbum de Música Clásica, por «King Mangoberry: Music of Ricardo Lorenz», y Mejor Composición Clásica Contemporánea con la citada «Pataruco» (concierto para maracas venezolanas y orquesta).

La labor catedrática de tan talentoso artista venezolano se centra ahora en ofrecer acceso gratuito a cursos en línea, con una metodología sistematizada de más de 144 videos. Esto luego de que alcanzara el lauro de la segunda etapa del programa OneBeat Accelerator, que organiza el Departamento de Estado norteamericano para apoyar actividades educativas en tiempos de confinamienro debido a la pandemia.

Debemos acotar que la colección que el MIM ofrece al público incluye singulares instrumentos tales como un par de maracas fabricadas en los años 80 por Jorge «Mazamorra» Linares, con maderas como el samán negro, caoba, teka, e incrustaciones de pino, y semillas de la especie del capacho, capacho ovalado y espuma de sapo. Tal es la originalidad que una de las maracas en lugar de tapara está elaborada con coco.

Sin lugar a dudas, Manuel Alejandro Rangel continúa la senda trazada por insignes maraqueros de nuestro país: Máximo Teppa, Pedro Aquilino Díaz, «Mandarina, José Pérez Coromoto Martínez, Juan Ernesto Laya y Trino «Chiche» Morillo, entre otros, enaltecedores de la ideosincrasia criolla.

Para Manuel Alejandro Rangel además de su excelsa labor interpretativa, haber transformado la comprensión de su técnica es producto de una acuciosa investigación que se ha diseminado por la geografía de Europa – Francia, España y Suiza – , además de Estados Unidos y su nación natal.

Así que la próxima vez que aplauda los logros del maestro Rangel hágalo con unas maracas, reproduciendo así el arte que tantas satisfacciones ha logrado. Ese es el eco de este venezolano universal y autóctono al mismo tiempo.

Redacción Pedro Beomon / Curadas.

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