Coronavirus: así lucha nuestro sistema inmunitario contra la enfermedad

Este año se ha diagnosticado el coronavirus a más de 80 millones de personas y más de 1,7 millones han fallecido en todo el mundo. A pesar de estas cifras devastadoras, la comprensión científica de uno de los mayores misterios de la pandemia ha avanzado mucho: por qué algunas personas se recuperan rápidamente, mientras que otras desarrollan casos graves de coronavirus

Tras un año del coronavirus, se tiene más conocimiento sobre las respuestas inmunitarias al coronavirus. Sin embargo, aún quedan muchas preguntas por responder, como por ejemplo, cuánto dura la inmunidad.

Doce meses de estudio han demostrado que, en muchos casos, nuestros cuerpos desarrollan una respuesta inmunitaria robusta y persistente al SARS-CoV-2, pero que esta puede descontrolarse y causar más daños que beneficios a algunas personas con casos graves.

Nuestra comprensión fundamental de la respuesta inmunitaria al coronavirus ha aumentado de forma significativa, pero aún quedan más preguntas por responder, como la longevidad de la inmunidad, sobre todo ante el temor de que las mutaciones ayuden al SARS-CoV-2 a evadir nuestras defensas inmunitarias. Con la vacunación de muchas personas de riesgo en el horizonte, entender los entresijos de la respuesta inmunitaria es todavía más importante.

Lo bueno

Las respuestas inmunitarias se encuentran en un espectro. Nuestros cuerpos desarrollan inmunidad permanente a virus como la hepatitis A o el sarampión, mientras que el VIH puede evadir las defensas de nuestros cuerpos durante toda nuestra vida.

«Por suerte, el SARS-CoV-2 está más cerca de la parte del espectro de la hepatitis A», afirma Andrea Cox, inmunóloga viral de la Universidad Johns Hopkins. «No es el virus más fácil, pero ni se acerca al VIH».

En un artículo crucial publicado en junio, un equipo de investigadores demostró por primera vez que los pacientes recuperados no solo producían anticuerpos (unas proteínas diseñadas para atacar y neutralizar a un invasor) específicos para el coronavirus, sino que también provocaban niveles elevados de linfocitos T citotóxicos y linfocitos T cooperadores. Los linfocitos T citotóxicos reconocen y destruyen tus células infectadas, un ataque intencionado con daños colaterales cuyo fin es prevenir la propagación del virus. Por su parte, los linfocitos T cooperadores contribuyen a ese proceso y coordinan la maduración de anticuerpos.

«Si retrocedieras en el tiempo, había mucha aprensión sobre si el virus induciría una buena respuesta inmunitaria», afirma Alessandro Sette, inmunólogo del Instituto La Jolla de Inmunología y coautor del estudio. En colaboración con otro inmunólogo del instituto, Shane Crotty, el proyecto diseñó un cóctel de sustancias químicas en el laboratorio capaces de detectar aspectos diferentes de la respuesta inmunitaria en muestras biológicas tomadas a pacientes de COVID-19 recuperados.

Fueron resultados alentadores y hay más en curso. Aunque se había hablado mucho de cómo desarrollaban anticuerpos los pacientes recuperados, nadie había demostrado que la presencia de estas proteínas protegiera de la infección hasta que e virólogo de la Universidad de Washington Alex Greninger y sus colegas diseñaron un experimento natural.

Continúa leyendo en NATIONAL GEOGRAPHIC

CURADAS | Tu compañía en información…

¿Qué opinas?