La aphantasia, una incapacidad para imaginar es un trastorno neurológico escasamente estudiado a pesar de haberse descrito hace más de 200 años
No tienen conectado el denominado «ojo del cerebro», la función de recrear imágenes que tenemos mentalmente, pero… ¿cómo puede recordar una persona con «aphantasia»?
De pequeños no entendían por qué cuando no podían dormir les mandaban a la cama «a contar ovejas». Creían que era una frase hecha: al cerrar los ojos, no podían imaginar nada. Tampoco había sueños ni pesadillas y, cuando intentaban recordar a un ser querido, no aparecía ninguna imagen en su mente… sufrían ‘aphantasia’.

Así nos explica en qué consiste la ‘afantasía’ la doctora Wilma Bainbridge, de la Universidad de Chicago. Ella es la autora principal de un estudio hasta ahora pionero, ya que la «aphantasia es una gran desconocida». La ciencia describió la enfermedad ya en el siglo XIX, pero no se le puso nombre ni se la describió hasta el año 2015.
Aunque algunos traducen la aphantasia como ‘afantasía’ o incapacidad para construir imágenes mentales, entre las personas que la padecen encontramos a nada menos que Glen Keane, el creador de Ariel (La Sirenita para Disney) y ganador de un Oscar por el cortometraje de animación ‘Dear Basketball’, o al mismísimo cofundador de Pixar, Ed Catmull: «La gente había confundido la visualización con la creatividad y la imaginación y no son lo mismo», explicó Catmull a la BBC cuando reconoció su problema.
El ojo de la mente
Los que padecen esta patología (se calcula que un tres por ciento de la población) tardan bastante tiempo en comprender qué les ocurre. No saben bien qué les pasa y pueden compaginar su problema con otras destrezas. Por tanto, encontrar personas con ‘aphantasia’ no es nada sencillo.
Para realizar este estudio, la Universidad de Chicago ha tenido que recurrir a foros donde las personas con esta afección comparten sus experiencias. Así lograron contactar a 61 individuos, a los que sometieron a diferentes pruebas con otros 42 voluntarios sin este problema.
Hasta ahora, solo había publicaciones basadas en autoinformes. Solo algunos casos reportan problemas de memoria visual, pero había que cuantificarlo. Para ello, dieron a los participantes fotografías de tres salas de estar. Se les pidió que las dibujaran con la foto delante y, después, de memoria. Los dibujos fueron evaluados por 2.795 anotadores en línea, para analizar todos los detalles y objetos.
«No observamos diferencias significas entre el control de los participantes aphantasicos al dibujar directamente la imagen. Las diferencias se encuentran en la memoria y no en la capacidad de dibujar o en el procesamiento perceptivo», ha concluido el estudio según recoge Science Alert. «De hecho, los participantes aphantasicos reportaron una confianza igual en sus habilidades artísticas en comparación con el grupo de control, y muchos tenían experiencia con clases de arte y carreras basadas en el arte».
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