Beatrice es una ciudad ubicada en el condado de Gage, en el sureste del estado de Nebraska en la parte central de Estados Unidos
Dicen que las casualidades no existen… ¿o sí? ¿que misterios del universo provocan hechos como el que narramos hoy? Es imposible calcular las posibilidades exactas de que ocurriese la historia que vamos a contar sobre Beatrice, quizás una entre un millón, posiblemente más… pero lo cierto es que 15 personas salvaron la vida al unísono gracias a los caprichos del ¿destino?…

Todo sucedió en Beatrice, Nebraska. Nos remontamos al 1 de marzo 1950. A las 19,25hs de un miércoles, la Iglesia del pueblo explotó por un escape de gas. La deflagración fue mayúscula, dejando el templo y alrededores hecho pedazos. Hasta aquí nada fuera de lo común. Lo verdaderamente sorprendente es que todos los días, a las 19,20hs se reunían los miembros del coro para su práctica diaria. Ninguno estaba allí… ¿que sucedió?
Una serie de acontecimientos, todos al unísono, provocaron que todas aquellas personas salvaran la vida
Por la tarde, el reverendo Walter Klempel había ido a la Iglesia para tener todas las cosas listas para la práctica del coro. Encendió el horno – la mayoría de los cantantes tenían la costumbre de llegar alrededor de 7:15, y hacía frío en la iglesia – y se fue a casa a cenar. Pero a las 7:10, cuando llegó la hora de volver de nuevo a la iglesia con su esposa y su hija Marilyn Ruth, resultó que el vestido de la pequeña estaba manchado. Esperaron mientras la señora Klempel planchada otro y por lo tanto todavía estaban en la casa cuando ocurrió.
Ladona Vandergrift, estudiante de segundo año de la escuela secundaria, estaba teniendo problemas con un problema de geometría. Sabía que la práctica estaba a punto de comenzar e iba apurada de tiempo, pero se quedó para terminar el problema, pese a que no era normal en ella. Royena (la hermana de Ladona) estaba lista, pero su coche no arrancaba. Así que le pidió que la llevara, pero andaba todavía enfrascasda con el problema de geometría, así que tuvo que esperar…
La historia de Sadie Estes fue la misma que la de Royena. Simplemente su coche se negó a arrancar… La señora Leonard Schuster normalmente llegaba puntualmente a las 7:20 con su pequeña hija Susan. Pero esa noche en particular la señora Schuster tuvo que ir a casa de su madre para ayudarla a prepararse para una reunión misionera.
Herbert Kipf, tornero, siempre estaba allí antes de la hora, pero había recibido una carta importante y tuvo que aplazar el ensayo.
Era una noche fría. Y el taquígrafo Joyce, simplemente se sentía «perezoso» y aguantó en casa calentito hasta un minuto antes de salir. Ya se dirigía allí cuando sucedió la explosión. Debido a que su esposa estaba fuera, el maquinista Harvey Ahl estaba al cuidado de sus dos hijos. Iba a llevarlos al ensayo con él pero se entretuvo hablando con uno de ellos y cuando miró el reloj, vió que ya era tarde. Marilyn Paul, la pianista, tenía previsto llegar media hora antes. Sin embargo, se quedó dormida después de la cena, y cuando su madre la despertó a las 7:15 sólo tenía tiempo para arreglarse y salir a toda prisa. La sra FE Paul, directora del coro y madre de la pianista, llegó tarde simplemente porque estaba aún esperando a su hija que se había quedado dormida.
Las chicas de secundaria Lucille Jones y Dorothy eran vecinas y habitualmente iban a ensayar juntas. Lucille estaba escuchando un programa de radio que la tenía enganchada y perdió el hábito de la puntualidad porque quería escuchar el final. Su amiga Dorothy aún la esperaba.
A las 7:25hs, un fuerte estruendo se escuchó en todos los rincones de Beatrice. La Iglesia Bautista de West Side había explotado. Los muros cayeron hacia el exterior, el techo de madera pesada se estrelló hacia abajo. Pero debido a cuestiones tales como un vestido sucio, una siesta, una carta sin terminar, un problema de geometría o un coche parado, todos los miembros del coro llegaron tarde – algo que nunca había ocurrido antes. Y esto es muy importante en esta historia. Siempre todos eran escrupulosos con la puntualidad.
Todos estos hechos desafían y lanzan un órdago a la estadística y la ciencia. Dado el lugar donde ocurrió el accidente la mayoría lo atribuyeron a «la causa divina». «Ha sido un acto de Dios», afirmaron. Pero lo más cierto (y este no es un caso aislado) es que parecen existir «fallos de programación» en el universo que provocan ciertos acontecimientos. Simplemente lo que tenía que haber sucedido no sucedió… juzguen ustedes mismos… demasiada casualidad…
Tomado de HISTORIAS DE NUESTRA HISTORIA
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