Las manzanas son un alimento saludable que siempre se recomienda en las dietas. Al igual que el resto de las frutas, es necesaria en la alimentación para mantener una correcta nutrición. Hay distintas variedades: rojas, verdes y amarillas; pero la verdadera pregunta es ¿cómo se deben comer, con o sin piel?
Las manzanas son las frutas más ricas y fáciles de comer; además, fomentan una vida saludable, al ser altas en pectina, ácidos orgánicos, taninos, flavonoides o boro; contienen fibra, proteínas e hidratos de carbono.
Un artículo publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, asegura que comer manzanas reduce la cantidad de colesterol total; adicionalmente, absorben desechos en el intestino y facilitan la eliminación de toxinas por medio de las heces. Ahora, además, hay que tomar en cuenta la forma en que se debe comer la manzana. Unos la prefieren con piel, otros se la quitan.
Antes de quitarle la piel a la manzana, toma en cuenta que esta parte contiene quercetina, un flavonoide con distintas funciones antidiabéticas; además de antioxidantes y fibra, que evitan el estreñimiento.

Por otro lado, una investigación realizada por la Universidad de Iowa, descubrió que la piel de la manzana contiene una sustancia cerosa llamada ácido ursólico; el cual reduce el desgaste muscular y promueve el crecimiento del músculo.
Además, los investigadores indicaron a la revista Cell Metabolism que el ácido ursólico podría ser utilizado como tratamiento para la atrofia muscular, una enfermedad que provoca la disminución de la masa muscular. Y también podría ser útil para tratar trastornos metabólicos como la diabetes.
Por lo tanto, si va a consumir la manzana con su piel, lo recomendable es limpiar o sumergir la fruta en agua tibia para retirar posibles restos químicos en la superficie, así como alérgenos o desechos de insectos que podrían estar allí.
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Tomado de EL UNIVERSO
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