Qué es el voyerismo: el significado de excitarse mirando a distancia

El trastorno del «mirón» o «fisgón» es más común de lo que se cree. Es poco tratado en el ámbito clínico pues, en la mayoría de los casos, no repercute negativamente en la cotidianidad de quien lo presenta.

Qué es el voyerismo: excitarse mirando a distancia.

También se le dice escoptofilia.

Clínicamente, el voyeurista es aquel que busca excitación sexual observando a personas desnudas, con los genitales expuestos o que realizan actos carnales.

Si embargo, este trastorno, que puede llegar a la parafilia, no implica actividad sexual alguna posterior por parte de quien observa.

Tampoco el consentimiento de quienes son observados.

Voyerismo: Excitarse mirando a distancia. Necesidad de ver

De acuerdo con teorías psicoanalíticas, el ser humano nace con la necesidad de mirar, de interpretar el contexto a través de la mirada.

Es lo que llamaría pulsión escópica.

Para tales corrientes del pensamiento los humanos tienen la necesidad de mirar y de gozar con ello.

La palabra voyeur es de origen francés. Deriva del verbo «voir», ver, junto con el sufijo de agente – «eur» -. Su traducción literal es «el que ve».

El voyeurismo implica llevar a cabo impulsos y fantasía.

Qué es el voyerismo: Excitarse mirando a distancia

Voyerismo: Excitarse mirando a distancia. ¿Es patológico?

No todas las prácticas voyeuristas deben considerarse como patológicas.

Aunque algunos lo tilden como tal dada la definición tradicional de parafilia como comportamiento sexual y no sexual de la persona, cuya fuente principal de placer se ubica fuera del coito.

La mayoría de los individuos con intereses parafílicos no cumplen con ciertos criterios que se resumen en dos puntos.

Uno es que los comportamientos, deseos o fantasías de los individuos le provocan un malestar, un deterioro funcional o causan daños a terceros.

El otro punto a considerar es que el conjunto de comportamientos debe verificarse durante un plazo de más de seis meses.

El interés de observar a otros sujetos en contextos sexuales no puede ser considerado anómalo en sí mismo.

Es un fenómeno muy frecuente.

Qué es el voyerismo: Excitarse mirando a distancia

Voyerismo: Excitarse mirando a distancia, ¿Cuándo se presenta?

Dichas conductas tienden a aparecer en la época de la adolescencia o a principios de la vida adulta.

Sin embargo, si durante el transcurso de estos períodos se convierte en patológico, la persona acaba invirtiendo un tiempo considerable en la búsqueda de oportunidades para mirar a otros.

Ello deriva en la obstrucción del resto de responsabilidades o actividades cotidianas.

Por lo general, un voyeurista observa la escena sexual desde cierta distancia y ocasionalmente escondido.

Esto lo ejecuta a través de resquicios, persianas, cortinas y cerraduras.

También gracias a la utilización de objetos como espejos o cámaras.

Detalles del voyerismo

El comportamiento del voyerista se acompaña a veces de prácticas masturbatorias, aunque esta no es una condición necesaria.

En este particular diremos que el riesgo de ser descubierto funge como un potenciador de la excitación.

A menudo el voyeurismo acoge una postura exhibicionista, de estar desnudo o semidesnudo. Tanto el voyeurismo como el exhibicionismo tienen un gran componente compulsivo e irrefrenable.

Durante el hábito voyeurista aumenta la tasa de sudoración y la cardíaca ante la aparición de estímulos relacionados con dicha actividad.

Los efectos desaparecen tras la realización del acto furtivo.

Es básico diferenciar al voyeurismo y la corriente excitación por contemplar un cuerpo desnudo.

La principal característica del voyeurismo es que no existe conocimiento o consentimiento, repetimos, de la persona observada, mientras que en la categoría natural de contemplación se da por sentado que sí la hay.

Pocos lo tratan clínicamente

Como la gran mayoría de los que experimentan voyeurismo este trastorno no supone un problema en su vida, son pocos los que acuden a consulta especializada.

En el caso de recibir atención médica se contemplan dos vías de actuación.

En primer lugar, la psicoterapia junto con la asistencia a grupos de apoyo e inhibidores selectivos de la serotonina, a fin de paliar los actos compulsivos de mirar

Y el uso de medicamentos antiandrógenos en casos muy graves.

Lo que sí debe estar consciente un voyeurista es que, a la óptica de las leyes, su acto puede ser considerado como agresor de la sexualidad y por lo tanto sujeto a consecuencias jurídicas.

Tomado de Psicología y Mente, Manual MSD, Panorama.

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