Uno de los acontecimientos más lúgubres de Estados Unidos trasciende los años y es objeto de difusión popular en literatura, cine y televisión. Su solo recuerdo eriza los cabellos.
Lizzie Borden: la asesina del hacha. Conoce esta historia criminal.
Entre las crónicas delictuales de todos los tiempos destaca este hecho espeluznante.
Se cree que Lizzie Borden mató a su padre y a su madrastra usando tal implemento.
El hecho se registró en Estados Unidos, a finales del siglo XIX.
Su repercusión se ha mantenido hasta nuestros días, sobre todo en medios de comunicación, como parte del folklore norteamericano.
Veamos lo que pasó en aquel entonces.
Lizzie Borden: Su infancia
Lizbeth Andrew Borden nació en Fall River, Massachusetts, el 19 de julio de 1860.
Era la segunda hija de Andrew Jackson Borden y Sarah Anthony Morse.
Era una familia acomodada, de las más importantes de la zona.
Pero cuando Lizzie era muy pequeña su madre falleció en 1863.

Vivió un tiempo con su padre y su hermana Emma. Él tenía negocios de diferentes tipos, aunque vivían más bien de forma austera. Se cree que era un hombre poco cariñosos y severo.
A los pocos años de enviudar se casó con Abby Durfee Gray, una mujer de origen humilde que no logró ganarse el cariño de las hijas.
Lizzie Borden: Relación amarga con la madrasta
Desde el principio tanto Lizzie como Emma no aceptaron a la nueva mujer de su progenitor. Eso, por supuesto, creaba un ambiente de lo más extraño en la casa.
La fémina se esforzaba para agradar a las niñas pero ellas no cedían y se mostraban reacias a la nueva cónyuge de su padre.
Todo empeoró cuando Andrew Jackson Borden decidió que se mudarían de residencia.
Su domicilio quedaba ahora cerca de sus negocios, pero no era del agrado de las infantes. Le suplicaron vivir en otro lugar pero el padre no accedió y eso lo complicó todo.
No fue el ùnico problema: con los años la relación estaba tan deteriorada que apenas pasaban tiempo juntos.
La gota que derramó el vaso fue que Andrew Jackson Borden compró una propiedad y la puso a nombre de su mujer. Esto enfureció a sus hijas que se sentían desplazadas ante aquel regalo.
Lizzie Borden: El doble crimen
Poco después llegó la tragedia.
El 4 de agosto de 1892 empezó como cualquier otra fecha en casa de los Borden.
Emma estaba pasando los días en casa de una amiga y Andrew tenía que ir al banco a arreglar unos problemas.
Pero el padre, aquejado de un fuerte dolor de estómago que lo afligía a él y a su esposa desde hacía unos días, regresó pronto.
Un rato después de que llegase a casa, la criada que los acompañaba, Bridgette Sullivan, acudió a la sala sobresaltaba por unos gritos que daba Lizzie.
La joven decía que un ladrón había entrado en casa para asesinar a su padre.
El cuerpo de Andrew estaba en un sofá, presentando heridas provocadas por algo cortante. La cabeza había sido destrozada dejando a la vista parte de su cráneo.

La sirvienta corrió a avisar a la madrasta pero cuando llegó a la habitación de invitados se encontró con un panorama similar al del salón: la mujer estaba también muerta, cubierta de sangre y con múltiples cortes.
Lizzie le dijo a los agentes policiales que ella llevaba un tiempo en el ático y no sabía lo que había ocurrido.
El objeto del doble homicidio
Los agentes determinaron que las heridas de los cadáveres habían sido producidos por un hacha.
Prosiguieron con la investigación del doble homicidio y en los aposentos en casa de los Borden encontraron dos hachas. Una de ellas parecía haber sido limpiada a conciencia.
Lizzie estaba en el centro de las sospechas. Unos días después se emitió una orden para arrestarla.
La mujer se declaró inocente pero estuvo detenida hasta la celebración del proceso jurídico diez meses después de consumado el terrible crimen.
Había varias pruebas que llevaban a pensar que Lizzie podía ser la culpable. El arma encontrada en casa coincidía con las heridas y la criada habló de la mala relación que llevaba la sospechosa con la madrasta.
Además, un vecino informó haberla visto quemar un vestido azul los días siguientes al doble crimen y un comerciante la acusó de querer comprar veneno.

¿Inocente?
Pese a todo el juez la declaró inocente por creer que una mujer cristiana no podía haber hecho algo semejante.
Lizzie y su hermana Emma abandonaron la casa familiar y compraron otra en el centro de la ciudad. Vivieron juntas hasta que una pelea las separó.
Lizzie se convirtió en Lizbeth y murió sola producto de una neumonía el 1 de junio de 1927. Su hermana falleció nueve días después en su propia casa.
La historia de estos asesinatos se volvió muy famosa.

Cultura popular
La casa en la que se cometieron es hoy un local que ofrece tours de terror.
Además, lo ocurrido en 1892 se ha trasladado a ,los periódicos, la literatura y los órganos audiovisuales.
Dio pie para la saga televisiva «Las Crónicas de Lizzie Borden», de 2015, con un reparto encabezado por la actriz norteamericana Christina Ricci.
Asimismo, se produjo la película «Lizzie» o «El asesinato de la familia Borden», de 2018, con las también estadounidenses Chloë Sevigny y Kristen Stewart.
Lo cierto es que Lizzie Borden se llevó a la tumba el secreto de si fue ella realmente la autora del crimen de su padre y de su madrasta, un suceso que aún, 130 años después, crispa los pelos.
Tomado de Draw My Life, Wikipedia, El Confidencial.
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