Aunque su origen se pierden en la noche, por lo cual no es factible que definamos a un inventor singular, si podemos plantearnos tesis sobre cómo comenzamos a adoptarlos.
Aplausos, llanto y besos: conductas universales.
Son comunes a todas las culturas, comunican emociones: aplaudir, llorar y besar.
¿Cómo empezamos los humanos a manifestarlas?
¿Son innatas o aprendidas?
Los orígenes de aplaudir, llorar y besar se pierden en la noche de los tiempos, es decir que no podemos identificar a un inventor singular pero si plantear hipótesis de cómo se iniciaron.
Aplausos, llanto y besos: Aplaudir
Ya desde la Biblia se menciona cómo la gente aclamó y aplaudió la coronación del rey Joás.
Los romanos terminaban las presentaciones de teatro con la expresión «valete et plaudite», que significa «hasta luego y aplaudan», con la multitud chocando las palmas de las manos para indicar que les había gustado el espectáculo.
La costumbre se trasladó a las misas cristianas pero luego se volvieron más solemnes y los aplausos se reservaron para los actos menos sagrados.
Los políticos de entonces y de ahora usan el aplauso para medir la aceptación de la gente.
¿Quién lo hizo primero?
Al parecer la conducta tiene origen prehumano. Los chimpancés aplauden para llamar la atención de los demás, cuando están contentos, tienen alimento o porque quieren jugar.
Se les ha visto hacerlo también a gorilas.
El etólogo británico Desmond Morris tiene un planteamiento interesante: ¿cómo es que un ruido fuerte como el aplauso nos causa más placer que molestia?
Morris observó que los niños de seis meses palmotean para recibir a su madre que se ha ausentado,
Sucede que primero intentan abrazarlas pero como no lo logran chocan las palmas de sus manos. Es como si estuvieran abrazando el vacío.
Entonces, aplaudir a un cantante es como si estuviéramos abrazándolo desde lejos, dándole palmadas.
Aplausos, llanto y besos: Llorar
Las lágrimas tienen como función limpiar los ojos de impurezas.
Pero no solo lloramos cuando se nos mete una basurita en el ojo: también lo hacemos cuando algo nos duele, cuando estamos tristes y hasta de felicidad.
La primera sensación es el nudo en la garganta: ante una situación estresante nuestro cuerpo buscar parar las funciones biológicas no esenciales como comer, que cierra el esófago.
Pero al mismo tiempo necesitamos respirar y abrir la laringe. Esa tensiòn se siente como una bola en la garganta.
El llano acaba por liberar esa tensión, desechando la hormona adrenocorticotropa, relacionada con el estres.
Acto innato
La lloradera es innata, sucede en todas las culturas y desde bebés tenemos tres tipos de llanto.
El básico, relacionado con el hambre; el de enojo, que es más fuerte; y el de dolor, que es más abrupto.
Ya cuando crecemos aprendemos a lidiar con el hambre y el dolor hasta cierto grado hy solo lloramos cuando nos sentimos como bebés: indefensos.
Cuando nos dan una noticia tan buena que nos hace llorar, lo hacemos porque sentimos que la situación nos rebasa.
El psicólogo evolucionista Oren Hanson propone que el llanto tiene una función social. Nos permite expresar nuestra vulnerabilidad, permitiéndole a los demás acudir en nuestra ayuda y consuelo y forjando lazos más fuertes.
Aplausos, llanto y besos: Besar
Hay muchos tipos de besos: el piquito que le damos a los bebés en la frente es diferente el apasionado y romántico. Y no es lo mismo que un beso de saludo.
Derivan de la expresión de un vínculo afectuoso.
El antiguo texto indio Mahabharata ya habla de personas que juntaban sus labios para manifestar su amor.
En Roma se distinguían el «osculum», beso de etiqueta; el «besium», de amistad; y «suavium», el de amor.
Resulta que el beso romántico no es universal.
En algunas culturas , como entre los mehinaku de Brasil se ve como algo asqueroso.
Bueno, la saliva puede ser vehículo para las bacterias que causan muchas enfermedades.
El origen más aceptado sobre su origen es que el beso evolucionó de la práctica de muchos mamíferos de masticar la comida para dársela más suave a las crías.
Conducta animal
Bonobos y chimpancés se besas como parte de la formación de vínculos sociales.
Sucede que muchos animales suelen oler las feromonas de sus congéneres en su sudor y orina, pero los humanos tenemos un olfato bastante malo, asì que el besar podemos oler a la otra persona y evaluarla como pareja.
El beso a un bebé nos permite olerlo activando las endorfinas en el cerebro de la madre y el padre. Se trata de las hormonas de la felicidad que los vuelve adictos y aseguran que lo cuiden.
Los besos son un área muy sensible y por ello los besos pueden ser muy agradables.
Estimulan la producción de hormonas responsables del buen humor como la oxitocina y la dopamina, Hay quienes aseguran que pueden evitar la depresión.
Por cierto, es una costumbre muy antigua enviar besos besándose la mano e invocar buena suerte besano ciertos objetos en los deportes.
Tomado de CuriosaMente.
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