Ginebra, 16 feb (EFE).- La crisis causada por el refuerzo militar de Rusia en su frontera con Ucrania ha servido al primer país para que Occidente escuche sus reclamos en materia de seguridad, pero no tiene el objetivo final de provocar una confrontación bélica, opinó el exsecretario general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Thomas Greminger.
«Mi opinión es que este movimiento militar conlleva un fuerte mensaje político que no había sido escuchado en el pasado», dijo el embajador suizo y ahora director del Centro de Políticas de Seguridad de Ginebra en una rueda de prensa para analizar la tensión existente por lo que los países occidentales han interpretado como preparativos para una invasión de Ucrania.
Greminer consideró que Rusia no tiene ningún interés en lanzar una operación militar contra Ucrania por el alto coste político y económico que una acción de este tipo tendría. A esto se agrega – dijo- que no han habido esfuerzos por parte del gobierno para preparar a la población rusa a la eventualidad de una intervención armada en el país vecino.
Las alarmas saltaron cuando Moscú aumentó hasta 130.000 el número de soldados que tiene en la frontera con Ucrania – aunque fuentes occidentales elevan ese número hasta 140.000 o 150.000 -, pero el analista recordó que de ellos 70.000 se encuentran estacionados de forma permanente en esa región desde 2015.
«Obviamente que 130.000 efectivos serían suficiente para lanzar una operación militar restringida, pero no masiva», comentó durante una conferencia de prensa organizada por la Asociación de Corresponsales ante la ONU en Ginebra.
Greminer consideró que con la actual escalada de tensión militar, Rusia ha conseguido que sus preocupaciones en materia de seguridad – relacionadas con su oposición a que continúe la ampliación de la OTAN hacia el este y la eventualidad de una futura adhesión de Ucrania – sean escuchadas por todos.
Moscú ha anunciado en las últimas horas el retorno a los cuarteles de las unidades implicadas en los ejercicios en las circunscripciones fronterizas con Ucrania, pero desde la OTAN, Washington, Londres y Kiev se ha dicho que no observaban ninguna desescalada.
Según Greminer, la prueba final tendrá lugar poco después del próximo domingo, cuando está previsto que concluyan maniobras militares que Rusia realiza conjuntamente con su aliado de Bielorrusia, momento a partir del cual tendría que empezar a verse una clara reducción del contingente ruso desplegado. EFE
Curadas | Vía Agencia EFE
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