El expediente de este hombre ha inspirado un muy bien visto documental, que enseña cuán fácil es caer en las trampas de alguien que oculta sus verdaderas y sórdidas intenciones.
El estafador Simon Leviev: engañador de mujeres.
Este hombre, nacido en Israel en 1990, se ha vuelto tristemente célebre en medios y redes sociales por robar millones a mujeres a quienes engatusaba con sus amoríos de ficción.
El modo de contactar a las féminas era a través de la aplicación Tinder.
Gracias a Tindfer, como conocemos, se pueden establecer contactos entre parejas concertando citas.
Si a uno le agrada un perfil se da una indicación. Le llega la notificación a la persona que quiere conocer para que sepa que está interesado en ella. También se puede hacer a la inversa.
El estafador Simon Leviev: Popular por sus andanzas
Un documental de Netflix titulado «El Estafador de Tinder», de la productora británica Felicity Morris, narra las andanzas de Leviev y cómo enredó a tres damas.
La noruega Cecilie Fjellhøy, la sueca Pernilla Sjöholm y la neerlandesa Ayleen Charlotte son los nombres de las víctimas que retrata la obra.
Leviev ofrecía una imagen de hombre exitoso, acaudalado, que lleva una vida de lujos.
Jets privados, espléndidas mansiones, fiestas lujosas en los sitios más exclusivos con botellas de champán costosísimas.
Toda una existencia de oropel.
El estafador Simon Leviev: Embaucador de oficio
El modus operandi de Leviev, cuyo verdadero nombre era Shimon Yehuda Hayu, originario de Telv Aviv, consistía en hacer creer que era heredero de una multimillonaria familia hebrea.
El grupo se dedicada, supuestamente, a la compra-venta de diamantes.
Pero la verdad era que el hombre tenía escasos recursos, y su núcleo de parientes pertenecía a la orden ultra ortodoxa judía.
Exhibía una personalidad misteriosa y a la vez seductora, condimentos para convertirlo en un apetecible galán.
Leviev iba envolviendo a sus presas en una suntuosa tela de araña, con citas en los mejores lugares del mundo y noches de pasión en hoteles cinco estrellas.
Pero, entonces, se sinceraba con las mujeres explicándoles que a pesar de toda su fastuosa vida enfrentaba a poderosos enemigos que pretendían liquidarlo.
El estafador Simon Leviev: Bemoles del encanto
Todo esto mientras alternaba sus declaraciones de amor, de aspirar tener una familia y crear un futuro juntos, buscando consolidar el nexo con las mujeres que había escogido para aprovecharse de ellas.
Pero después de estos pasajes de drama romántico, el estafador transformaba el relato en una narración de espías, difundiendo, vía WhatsApp, imágenes de él o de sus guardaespaldas heridos.
Esto, tras una presunta embocada de sus adversarios.
Entonces, alegaba, no le quedaba otra opción que desaparecerse para evadir a sus antagonistas. Y en esa acción se le imposibilitaba hacer uso de sus ilimitadas tarjetas de crédito.
Tampoco podía circular mensajes por sus redes sociales.
Proponía como solución que las damiselas pidieran préstamos para poder sacarlo de ese aprieto, bajo la promesa de que él les devolvería el dinero en cuanto pudiera superar el momentáneo enredo.
¿Y cómo iban a decir que no? Simon les había abierto su corazón y ahora necesitaba de su ayuda.
Y las damiselas cayeron: una de las chicas llegó a entregarle 250 mil dólares, lo cual la dejó en bancarrota. Además, la destruyó emocionalmente.
Gusto por el delito
El caso es que las triquiñuelas de Leviev no eran nuevas: en 2011 tuvo problemas con la justicia con apenas 20 años de edad. Fue acusado de robar y cobrar cheques para gente con la cual había trabajado.
Eso antes de seguir en Europa con sus aventuras reñidas con la ley. Caía preso pero luego era liberado.
Así que las féminas se estaban codeando con todo un profesional del delito.
Ellas no dudaban en seguirle dando billetes y él lo que hacía era pedirles más y más. Al final, fingía que les cancelaba lo adeudado pero esto no era cierto.
Les entregaba cheques sin fondo, les intentaba pagar con relojes de marca falsos, en fin.
Hasta que Cecilie Fjellhøy, ahogada por las deudas, a pesar de las amenazas de Leviev, decidió llevar su caso ante la prensa noruega.
Se descubre la verdad
Entonces, se destapó la olla: se revelaron decenas de casos en los que robó a todo tipo de personas.
Ayleen Charlotte, su última novia antes de que lo aprehendieran, urdió un plan gracias al cual la Interpol arrestó a Leviev al arribar a Grecia,.
Fue deportado a la nación semita en 2019 donde estuvo tras las rejas durante 15 meses antes de salir nuevamente a la calle. Tuvo que pagar, igualmente, una multa de 50 mil dólares.
Controversial la experiencia de este hombre que quedó en la bancarrota.
Que pasó de alojarse en hoteles cinco estrellas a hostales de tan solo 10 dólares, de comer los manjares más extravagantes a consumir los restos que dejaban en los centros comerciales.
Se calcula que le quitó a sus víctimas más de dos millones de dólares.
«Estas mujeres se divirtieron en mi compañía, viajaron y vieron el mundo con mi dinero», dijo en una especie de confesión.
Aunque está en libertad en Israel tiene procesos abiertos en Reino Unido, Noruega y los Países Bajos.
Siempre alega que no robó dinero sino que se lo regalaron.
Hasta antes que se presentara el documental de Netflix poseía una cuenta en Instagram, donde presumía de contar con lujos, carros. Hacía viajes y llevaba una vida con una hermosa mujer.
Vende cursos por 300 dólares para enseñar cómo volverse millonario.
Así es que el estafador de Tinder a pesar de todas las pruebas sigue en libertad y lleva una muy buena vida.
Lo más interesante es que las tres chicas que fueron engañadas por Leviev siguen empleando la aplicación.
Tomado de Tu Cosmopolis.
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Que felicidad tan fácil. Engañaba a sus víctimas y sigue en libertad.