Una alternativa ideal como el azúcar de coco, opción de edulcorante que podemos incluir en nuestro día a día
El azúcar de coco proveniene de la savia de las flores del cocotero, se consume desde hace años en el sudeste asiático. Tiene un índice glucémico bajo y ayuda a mejorar la microbiota intestinal.
Sirope de ágave, panela, melaza, jarabe de maíz o estevia son algunas de las últimas incorporaciones a la sección de edulcorantes del supermercado. Se presentan como alternativas saludables al azúcar, a la que hace tiempo los nutricionistas y distintos organismos le han declarado la guerra. La razón es que, no aporta nutrientes esenciales, el consumo excesivo acarrea consecuencias negativas para nuestra salud como, el aumento del riesgo de padecer diabetes.

La Organización Mundial de la Salud insta a reducir el consumo de azúcar libre; el que agregamos a los alimentos a tasas inferiores al 5% de la ingesta calórica total, unos 25 gramos diarios
Sin embargo, el problema real reside en la cantidad de azúcar añadida que contienen algunos de los productos que incluimos en la cesta de la compra; de la que el consumidor no es consciente y que conlleva que, al final del día, hayamos pasado con creces los niveles adecuados de azúcar.
No obstante, mucho antes del comienzo de esta encrucijada ya podíamos ver algunas opciones alternativas para endulzar nuestras elaboraciones. Desde hace unos años la oferta se ha multiplicado, siendo el azúcar de coco uno de los últimos en hacer su aparición estelar. Conocido también como azúcar de palma de coco o azúcar de flor de coco, se usa principalmente en el sudeste asiático; donde se utiliza en innumerables recetas. Por ejemplo, en Indonesia, donde recibe el nombre de ‘gula jawa’, se utiliza para hacer el kecap manis, una salsa de soja dulce; mientras que en Kerala lo incluyen en la elaboración del café.
¿Qué aporta?
No proviene del fruto del coco, a partir del cual se elaboran harinas, agua o aceite; sino de la savia de las flores del cocotero. Para ello, se hace un corte en el espádice que envuelve el racimo de flores del árbol, con el objetivo de que expulse la savia. Luego, se cuece el líquido hasta que espese, es decir, hasta que el agua se haya evaporado y transformado en jarabe. Después se deja solidificar en tubos de bambú, con una longitud que oscila entre los 7,5 y los 12 centímetros, hasta obtener bloques cilíndricos.
Aclarado su proceso de producción, seguro que muchos se preguntan qué diferencia hay entre este tipo de azúcar, la variedad tradicional o el resto de edulcorantes. Al contrario que la obtenida de la caña de azúcar, que se somete a un proceso de refinamiento y aporta calorías vacías, la de coco es natural; conserva muchas propiedades de la planta y, por lo tanto, contiene más cualidades nutritivas.
Contiene inulina, un polisacárido que mejora la microbiota y ayuda a regular el tránsito intestinal.
Según el Informe del Instituto de Alimentación y Nutrición de Filipinas, el azúcar de coco posee cantidades de minerales, especialmente hierro, zinc, potasio y sodio. Además, incluye 16 aminoácidos, polifenoles y vitaminas del grupo B, cuyas funciones están estrechamente relacionadas con el metabolismo celular. También contiene inulina; un polisacárido, que forma parte de la fibra soluble alimentaria que estimula el crecimiento de la microbiota intestinal. Favorece la absorción de algunos minerales, como el calcio; enlentece la absorción de la glucosa, ayuda a regular el tránsito intestinal y mejora la síntesis de las vitaminas.
No obstante, por lo que despunta es por su índice glucémico bajo, ya que es inferior a 35, mientras que el tradicional oscila entre los 60 y los 75. Es decir, se transforma en glucosa en la sangre muy lentamente, evitando las subidas repentinas de azúcar y convirtiéndose en una opción para las personas diabéticas. Sin embargo, aunque esta variedad de endulzante comporta más beneficios, no hay que olvidar que es azúcar y que contiene elevadas cantidades de carbohidratos; por lo que debemos seguir un consumo moderado.
El azúcar de coco «puede ser el mejor sustituto de los azúcares sintéticos, pues es un alimento convencional y puede no tener un efecto adverso en comparación con los azúcares sintéticos». Lamentablemente, son necesarios más estudios para determinar con exactitud los beneficios de este tipo de azúcar.
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