Muchos abuelos son influencers de la tercera edad creando contenidos como una manera de entretenerse, obtener libertad, independencia y hasta dinero.
Algunos tienen su propia línea de ropa, otros comparten videos alegres, musicales. Pueden hablar de comida sana o de cómo mantienen sus plantas.
Entre los abuelos influencers también hay raperos.
Hablamos de una cantidad creciente de personas de edad avanzada que encuentran el éxito viral compartiendo su vida cotidiana en las redes sociales.
Algunos cantan, otros bailan y también hay fanáticos de la moda que ofrecen consejos de maquillaje a millones de admiradores.
Y no podían faltar los gamers de tercera edad.
Independencia y libertad financiera, las claves de los abuelos influencers
Gracias a que el ser humano cuenta con más salud y más conocimientos para cuidarse, muchos llegamos a la tercera edad en muy buenas condiciones.
Es la época de la historia de la humanidad con más ancianos vivos y lúcidos.
Muchos ancianos encuentran compañía en sus seguidores, un antídoto para una vida que, de otro modo, sería solitaria.
Forman parte de una nueva generación de jubilados que tienen menos nietos que los anteriores, así como la libertad financiera y acceso a los medios para dedicarse a sus aficiones y compartir sus experiencias en línea.
Hacen lo que solo podían soñar cuando eran jóvenes
La independencia es un tema común en muchos de los videos de los influencers de tercera edad, pues se oponen a la idea de que las personas mayores deben quedarse en casa y ayudar a criar a la siguiente generación después de jubilarse.
Adicionalmente, crear contenido es un ejercicio para sus cerebros, con el que además, pueden generar ingresos.
El éxito de los abuelos influencers viene con algunas dificultades
Algunos influencers de la tercera edad son manejados por agencias de talento que imponen cuotas de generación de contenido extenuantes y les exigen promocionar productos y marcas.
Los managers pueden ser inconstantes, y las plataformas de redes sociales bombardean a los usuarios con canales más centrados en la venta de productos que en contar una buena historia.
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Publicado originalmente por The New York Times
Tomado de: tn.com.ar