Venezuela: Rumbo a la recuperación del Esequibo, Fase XVIII, Entrega 178

(Continuación)

Constituye un verdadero orgullo con un merecido aplauso para muchos venezolanos, el hecho de haberse incrementado exponencialmente las participaciones e inquietudes que cada vez más se van exteriorizando con mayor ahínco y preocupación, escribiéndole al suscrito con base al contenido del artículo que se publica semanalmente a través de curadas.com, cuyas notas han llegado desde distintos sectores ubicados en diferentes partes del país, e incluso de otras latitudes internacionales, a propósito de conocer más a fondo sobre el litigio actual de Venezuela con Guyana para la recuperación del espacio geográfico integral del Esequibo, cuyo fin me ha demostrado que se quieren adentrar con conocimiento de causa y con la corresponsabilidad debida en materia de soberanía e integridad territorial, por lo que procedo a centralizar las opiniones, interrogantes y aportes que he recibido, apuntando fundamentalmente a ¿qué tanto sabemos y realmente tenemos a la mano en la actualidad, para afrontar la demanda de Guyana contra Venezuela en la Corte Internacional de Justicia?

Para responder a esta compleja interrogante producto del desconocimiento que existe actualmente por un lado, y por el otro, para quienes ajenos a los intereses de Venezuela han tratado de subestimar con irrespeto y perversas manipulaciones la realidad de este litigio, parto del principio que el Territorio Esequibo es un espacio geográfico continental que se había perdido mediante la nefasta sentencia del Laudo Arbitral de París de 1899, sin embargo, al partir de la génesis del tema en sí con el descubrimiento de América, nos encontramos que el Reino que conquistó dichos espacios continentales a través de los viajes efectuados por Cristóbal Colón fue España, seguido luego de las acciones emprendidas por Portugal, los cuales realizaron la delimitación respectiva mediante la firma del Tratado de Tordesillas en 1494, en el que se acordó con la intervención del Papa, que a una distancia de cien (100) millas al oeste de las islas Azores se trazaría una línea geográfica, determinando que el territorio perteneciente a Portugal sería el ubicado al este de la misma, y todo territorio ubicado al oeste de la mencionada línea sería de España, hecho que conllevó a que éste último se convirtiese indudablemente en el reino más poderoso de toda Europa, además de quedar en evidencia que no hubo participación ni propiedad alguna de Inglaterra en el nuevo continente (primera prueba geohistórica)

Prácticamente siglo y medio después, ya existiendo diferentes asentamientos españoles ubicados al oeste del río Esequibo, es cuando Holanda incursiona en el territorio ubicado entre el este del río Esequibo y lo que es hoy en día Surinam, logrando que en 1648 se firmase el Tratado de Munster, en el que España reconoció dicho territorio conquistado por los holandeses, convirtiéndose así el río Esequibo como el límite entre España y Holanda en esa región suramericana (segunda prueba geohistórica). Ya en el siglo XVIII, con la creación del Virreinato de Santafé en 1742, el trazado del territorio español en el mapa respectivo, ocupaba el espacio geográfico que llegaba hasta el río Esequibo en el límite oriental, lo cual se corroboró con la creación de la Capitanía General de Venezuela en 1777 a pesar de haberse realizado varios intentos ocupacionales por parte de Holanda que fueron impugnados y repelidos, expulsando a éstos, quienes ocuparon espacios al este del río Esequibo (tercera prueba geohistórica).

En 1814 se generó en opinión del suscrito, uno de los mayores fragores que merece una profunda revisión por parte de los expertos venezolanos que manejan el caso actualmente, dado que mediante la firma de un convenio bilateral entre los Reinos de Gran Bretaña y de los Países Bajos, el primero de éstos adquirió diferentes espacios geográficos por la cantidad de seis millones de libras esterlinas, en la que se incluyó al Esequibo. Aun cuando pudiese pensarse que allí es donde reside el mayor vacío de la información sobre este litigio, habría que preguntarse si más bien el problema que existe sobre la definición de dicho territorio en disputa, obedeció a una fraudulenta venta realizada por el Reino de los Países Bajos a Gran Bretaña en aquel entonces, lo cual se cae por sí solo, dado que en la Constitución de Angostura de 1819, Guayana aparece como parte del territorio de Venezuela, cuyo límite se estableció claramente hasta el río Esequibo, y el Reino Unido de Gran Bretaña no protestó ni reclamó esta afirmación (cuarta prueba geohistórica irrefutable).

El 30 de marzo de 1845, España reconoció la independencia de Venezuela, por lo que renunció al reclamo del territorio correspondiente a la Capitanía General de Venezuela de 1777, siendo ésta la razón fundamental por la cual debió sustentarse jurídicamente la propiedad del espacio geográfico continental venezolano establecido hasta el río Esequibo basado en el principio del Utis Possidetis Juris, hecho que por cierto, fue obviado a conveniencia de Gran Bretaña durante el Tribunal que culminó con la nefasta sentencia del Laudo Arbitral de París de 1899 (quinta prueba geohistórica). En carta enviada posteriormente al Gobierno Británico por el ex Edecán del Libertador Presidente Simón Bolívar, el General Daniel Florencio O´Leary, éste alertaba sobre la importancia estratégica de Barima como puerta de entrada para el comercio de Inglaterra en el continente suramericano, por lo que el Foreign Office le solicitó al Cónsúl de ese país en Venezuela, Sir Robert Porter, para tramitar ante el Gobierno venezolano la construcción de un faro en ese sector, como medio de alerta para la seguridad marítima, solicitud que se formalizó en 1836, por lo que se corrobora una vez más, el reconocimiento de Gran Bretaña sobre
el territorio venezolano (sexta prueba geohistórica).

En cuanto al trazado de la línea limítrofe de Venezuela con Gran Bretaña, existe el mapa original elaborado por el geógrafo de origen prusiano, Robert Schomburgk, quien conformó dicha línea divisoria en 1838, cuyo documento reposa en los Parlamiantery Papers de Gran Bretaña, el cual fue alterado años después de su fallecimiento, e indistintamente de su trazado unilateral en favor del Reino de Gran Bretaña, constituye la invalidez jurídica del mismo por no haber sido éste oficialmente aprobado nunca por Venezuela, y menos aún, cuando el citado personaje trazó arbitrariamente una de sus líneas pretendiendo abarcar los límites hasta el río Orinoco en el actual Estado Delta Amacuro, hecho que generó una protesta diplomática de Venezuela, por lo que en 1842 el Gobierno británico reconoció el error cometido, procediendo a quitar los postes allí colocados (séptima prueba geohistórica).

A partir del descubrimiento del oro en 1850 en el espacio geográfico continental del Esequibo, se abrieron las apetencias para la invasión del Territorio en cuestión, por lo que Gran Bretaña decidió ampliar su avance en franco adentramiento hacia el oeste del río Esequibo, a pesar que Venezuela protestó y ambas partes acordaron mediante la firma de un Tratado realizado ese mismo año, que no se avanzaría más hasta dejar en claro los límites pertenecientes a cada una de las partes, pero Gran Bretaña hizo caso omiso penetrando unilateralmente el territorio venezolano, razón por la cual el Gobierno Nacional rompió relaciones con Gran Bretaña, y en 1893, el país invasor rechazó el Acuerdo firmado en 1850.

Fue en 1895, cuando los Estados Unidos de América, a propósito de evitar que se generasen otras expansiones territoriales de países europeos en América, decidieron apoyar a Venezuela, y Gran Bretaña a fin de evitar un conflicto con los Estados Unidos, aceptó llevar la reclamación venezolana a un arbitraje mediante la firma del Tratado de Washington en 1897, en el que se convino por exigencias de Gran Bretaña, que Estados Unidos representaría los intereses venezolanos en el Tribunal, y así, decidieron a espaldas de Venezuela, obviar el principio del Utis Possidetis Juris para imponer la norma de la ocupación como medio justificativo para la posesión de un territorio. (Prueba contundente para la nulidad del Tratado de Washington de 1897 por incumplimiento de lo establecido)

Lógicamente que con estos precedentes, el Laudo Arbitral de París en 1899 ya era un fraude en su esencia con la manipulación predeterminada, a lo que se le sumaron los hechos ya conocidos internamente, que demostraron cincuenta años después, la decisión que se tomaría en contra de Venezuela mediante el Memorándum firmado por el Abogado principal que representó junto a los dos jueces norteamericanos los intereses de Venezuela en el Tribunal de París, Severo Mallet-Prevost, explicando éste la farsa que se manejó en el citado Laudo Arbitral, cuya publicación se haría después de su muerte. A raíz de este nuevo
indicio (no considerado como prueba jurídica), es que Venezuela acudió ante la Organización de las Naciones Unidas en 1962 para exponer su caso, en el que se exacerbó la farsa del Laudo Arbitral de París de 1899, alegando como causas que la sentencia en sí no fue motivada, dado que no se sustentaron las razones de la misma, además de la presión y extorsión ejercida sobre los jueces norteamericanos por el Juez Principal ruso, el Profesor Federic De Martens, agregándose que hubo exceso de poder, dado que se decidió entregar más de lo que se pedía, aunado a la adulteración de los mapas utilizados, los cuales no se correspondían con la realidad.

Y fue así como al colocarse a flor de agua el fraude cometido contra Venezuela, se reanudó la disputa sobre el Territorio Esequibo, que conllevó a la firma del Acuerdo de Ginebra de 1966 entre Venezuela y Gran Bretaña, incorporándose a dicho Tratado la República Cooperativa de Guyana una vez que obtuvo su independencia en ese mismo año (el Tratado de Ginebra de 1966 es el documento jurídico que nació como reconocimiento de la nulidad del Laudo Arbitral de París de 1899, que prevalece en la actualidad como única vía para abordar el litigio en búsqueda de una solución aceptable, práctica y satisfactoria para ambas partes, dado que de lo contrario, qué otra razón hubo para firmar dicho Acuerdo).

A raíz de esta situación, Gran Bretaña se lavó las manos de su responsabilidad en el litigio, y Guyana inició una campaña de descrédito contra Venezuela a nivel internacional, manifestando que se le estaba intentando cercenar las dos terceras partes de su territorio, cuando la realidad es que ellos están administrando ilegítimamente un espacio geográfico continental que se corresponde con la séptima parte de la superficie de Venezuela, y si a ello le sumamos los derechos de soberanía que nos concede la plataforma continental que sobrepasa la zona económica exclusiva, adentrándose en la zona de alta mar en el océano Atlántico, se estaría abordando prácticamente un 42% del territorio venezolano actual, en el que abundan riquezas energéticas tanto petroleras como gasíferas, además de los recursos minerales, hídricos y forestales, con la amplia biodiversidad allí existente.

A raíz de la demanda introducida por Guyana contra Venezuela, en el que la empresa transnacional Exxon Mobil ha estado explotando los recursos petroleros allí existentes, y que astutamente sufragó los gastos de Guyana ante la Corte Internacional de Justicia por quince millones de dólares, el organismo jurídico internacional decidió abordar a conveniencia obvia, el litigio sobre el espacio terrestre y no el marítimo, por lo que se desligó del Acuerdo de Ginebra de 1966, mientras que Venezuela ha estado alineada al contenido de dicho Tratado. En este contexto, el Tribunal Internacional de La Haya previa decisión unilateral del Secretario General de la ONU con el Gobierno de Guyana, y sin la aprobación de Venezuela en acudir a las instancias judiciales, aprobó su jurisdicción sobre el caso, a fin de determinar la validez o no del Laudo Arbitral de París de 1899 y la línea divisoria entre ambos países, hecho que se limita claramente a los eventos ocurridos desde el nefasto Laudo hasta la firma del Acuerdo de Ginebra de 1966, por lo que decidió no involucrarse (obviamente a conveniencia) en los demás hechos derivados a partir de dicho Tratado.

El cuadro actual que se juega actualmente con la Corte Internacional de Justicia, es muy cerrado y sumamente delicado, dado que encierra variables que dan poco espacio de maniobra y de confiabilidad en una ponderada justicia, y que debe evaluarse muy bien en cuanto a la participación de Venezuela para la entrega de la Contra Memoria el próximo 8 de Abril del año 2024, considerando que la realidad se circunscribe a que dicha ecuación matriz presenta hechos suscitados que no se pueden soslayar, siendo éstos:

  1. La Corte Internacional de Justicia admitió su competencia jurídica sobre la demanda de Guyana a pesar de las claras refutaciones venezolanas, amparadas claramente en el Acuerdo de Ginebra de 1966, lo cual fue evadido.
  2. Muy conveniente le resultó al Tribunal de La Haya limitar su competencia jurídica, a propósito de no dictar ninguna medida cautelar ante las concesiones ilegítimas otorgadas por Guyana, y las diferentes actividades económicas que llevan a cabo hoy en día las empresas transnacionales, particularmente la Exxon Mobil, atendiendo con ello intereses geopolíticos y geoeconómicos de países del primer mundo.
  3. El citado organismo jurídico internacional le rinde cuentas de su gestión al Secretario General de la ONU, siendo éste quien unilateralmente decidió favorecer los intereses de Guyana a pesar de la negativa rotunda de Venezuela de no asistir a la instancia judicial hasta tanto se agoten los medios establecidos en el Artículo 33 de la Carta de la ONU, lo cual fue eludido por todas las contrapartes, incluyendo al Tribunal Internacional.
  4. La excepción preliminar de Venezuela sobre la necesaria participación de Gran Bretaña en el proceso, fue negada a pesar de la corresponsabilidad adquirida mediante la firma en el Acuerdo de
    Ginebra de 1966.
  5. El ocultamiento de documentos primordiales y sustanciales de parte de Gran Bretaña, que debería haberse solicitado para conformar las pruebas requeridas con carácter de obligatoriedad de parte de la Corte Internacional de Justicia, no se ha hecho, y aún no existe indicio alguno que ello se haga, pues vulneraría la actuación fraudulenta que se cometió por el imperio británico en el siglo XIX contra Venezuela.
  6. La situación actual se enmarca en la revisión del asunto de fondo de parte de la Corte Internacional de Justicia, por lo que la decisión de Venezuela sobre su participación o no en la instancia judicial, está corriendo en tiempo ajustado a lo establecido, así como también a la conformación y presentación de las pruebas respectivas que anulen en definitiva el Laudo Arbitral de París de 1899.

Un cambio que permitiría obtener mayor confiabilidad de parte de Venezuela hacia la Corte Internacional de Justicia, por supuesto con los sustentos geohistóricos y jurídicos compilados para anular la posición de Gran Bretaña y de Guyana en que el Laudo Arbitral de París de 1899 es válido, requiere a juicio del suscrito, no desgastarse solo en la realización de actividades presenciales forzadas tanto en mar como en tierra firme como lo sugieren prioritariamente varios artículos, lo cual es muy válido mas no preponderante en estos momentos, sino más bien centrarse en acciones que generen valor agregado de verdadero peso deontológico, con dominio y ecuanimidad, por lo que considero que tú Venezuela, debes agudizar tus esfuerzos en procura de cambiar en definitiva tu política exterior a la par del equipo de expertos que trabajan en la conformación de la documentación probatoria a favor de Venezuela en que el Laudo Arbitral de París de 1899 es absolutamente nulo.

La situación internacional le ha puesto al país una excelente oportunidad de cambios a raíz del juego geopolítico en materia energética que se consolidó a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania, en el que la OTAN ha jugado un rol preeminente. Y mientras tú Venezuela apoyas internacionalmente a Gobiernos de
otros países como parte de tu política exterior, NADIE, entiéndase bien, NADIE se ha volcado a tu favor en apoyarte sobre este litigio territorial, aun cuando existen corresponsabilidades que deberían por múltiples razones inclinarse a tu posición, por lo que debes velar en definitiva por tus propios intereses, que con darle un sensible toque de timón a tu actuación en el ámbito internacional, que lo requieres indudablemente, las piezas en el tablero internacional iniciarían un cambio adecuado en los ámbitos geopolíticos y geoeconómicos que repercutirían muy en positivo sobre la presente situación.

El Gobierno de Guyana ha sido frontalmente irrespetuoso con todos los venezolanos, al inclinarse a la extracción de nuestros propios recursos y en nuestra propia cara con la desfachatez que la ha caracterizado, beneficiándose únicamente ella, mientras el gentilicio nacional venezolano padece de grandes necesidades ante las riquezas que galardonan nuestro suelo.

En mi opinión, Guyana no será nunca un país confiable para la mayoría de la comunidad internacional, y tendrá que volcar sus esfuerzos diplomáticos para fortalecer nuevamente su relación con Venezuela a raíz de las torpes decisiones tomadas con visión cortoplacista, dado que la verdad saldrá a relucir más temprano que tarde, y ello incidirá en el incierto futuro de ese país, por lo que tienes de nuevo Venezuela la llave de la solución a este litigio territorial, que trabajado integralmente en el tiempo que queda con las variables que se te están presentando, atendiendo por supuesto tus propios intereses como prioridad y no extrañamente los de los demás, podrás llevarte el profundo orgullo de enarbolar con hechos y no con palabras, que “el sol que brilla sobre Venezuela, nace en nuestro Estado Esequibo”.

Por: José Chachati Ata

Por: C/A (r) Dr. José Chachati Ata

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2 comentarios en «Venezuela: Rumbo a la recuperación del Esequibo, Fase XVIII, Entrega 178»

  1. Que análisis tan magistral… Debería estar en el grupo de abogados defensores… Sigamos presionando por una mayor contundencia por parte de Venezuela en los reclamos legítimos de nuestra soberanía

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  2. Desde q tengo uso de la razón en mi escuela los profesores ( as ) nos explicaban las razones el porque el Esequibo es nuestro y nos ponía a estudiar y leer los libros referente al caso d dicho litigio de mi patria y Guayana para esos días yo tenía 6 años y actualmente en este presente año dentro de 2 meses cumplo 60 años y x siempre llevó en mi mente y desde el fondo d mi corazón q el Esequibo es mío , tuyo es nuestro es tierra Venezolana

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