Un retraso menstrual se considera cuando una mujer con ciclos regulares experimenta ausencia de menstruación, una falla por no más de tres meses. Si persiste por más tiempo, se clasifica como amenorrea secundaria.
Las causas de la amenorrea secundaria pueden originarse en diferentes órganos del sistema reproductivo y metabólico. Además, puede tener muchas causas, entre ellas el estrés
Entre las más comunes se encuentran los desequilibrios hormonales, como las causas hipotalámicas, hipofisarias, ováricas, uterinas y otras de origen metabólico.
La prioridad al enfrentar un retraso menstrual es descartar un posible embarazo, por lo que se recomienda realizar una prueba de embarazo antes de explorar otras causas.
La doctora Carmen Mantellini, ginecobstetra destaca la importancia de «considerar factores hipotalámicos, como dietas extremas o ejercicio intenso, así como la posible presencia de tumores hipotalámicos u otras afecciones sistémicas que pueden interferir con el ciclo menstrual», dijo en nota de prensa.
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En el caso de causas hipofisarias, la presencia de hiperprolactinemia o el uso de ciertos medicamentos también pueden desencadenar un retraso menstrual.
Enfermedades metabólicas como el hipotiroidismo, la resistencia a la insulina y el síndrome de ovarios poliquísticos también pueden influir en la regularidad del ciclo menstrual.
Mantellini enfatiza la importancia de llevar un registro detallado de los ciclos menstruales, «prestando atención a cambios en la dieta, la actividad física, los eventos emocionales y cualquier otro factor que pueda afectar la salud reproductiva».
Asimismo, dice que «ante un retraso menstrual, se recomienda consultar a un especialista para realizar un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado».
Con información de nota de prensa