Venezuela: Rumbo a la recuperación del Esequibo
(Continuación)
En medio de la disyuntiva actual que afronta Venezuela, envuelta en una serie de complejidades tanto a nivel nacional como internacional, se generó hace poco un acontecimiento de elevado peso geopolítico y geoeconómico que tendría ineludibles incidencias sobre la disputa territorial del Esequibo, dado que se
apuntó a que los recursos del país, serían orientados para su explotación y comercialización en su totalidad a través del Grupo BRICS. La experiencia a través de la historia ha demostrado que toda acción extrema nunca ha sido buena, sino más bien, la toma de decisiones sustentadas sobre una posición equilibrada ha dado mejores frutos, razón por lo que la citada decisión a criterio del suscrito, no constituye en sí, la mejor disposición para los intereses de los venezolanos.
De hecho, mucho se ha venido apuntando entre ceja y ceja a los intereses del Gobierno de los Estados Unidos de América y sus derivaciones en el tiempo, lo cual no ha dejado de ser cierto, pero también las comodidades y utilidades que se vislumbran por otras potencias mundiales, han descansado similarmente sobre la realidad enriquecedora que ha venido ofreciendo este país, adoptando posiciones que son contrarias al interés nacional; en este contexto, al abordar el caso particular sobre el país del norte, ha ido escalonadamente avanzando a través de la diplomacia hacia un proceso de cambios y flexibilización con Venezuela, considerando las necesidades petroleras y gasíferas actuales a nivel global, hecho que había tendido en positivo y con resultados tangibles, al fortalecimiento de la posición venezolana en el marco geopolítico internacional.

En este contexto, aunque ello ya había señalado a principios de año, es importante que no solo se evalúe la tendencia del Gobierno norteamericano, sino también la de los gobiernos del Grupo BRICS, razón por la que se presentan a continuación algunos de los fundamentos por los que se sustenta la inconveniencia de esta disposición emitida e incomprensible, dado que estas se han venido acompañando sigilosas, pero también destempladas y estridentes hacia los venezolanos, al no haber recibido respuesta alguna a estas anormalidades que se señalan más abajo.
De los cinco países pertenecientes con carácter permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, se encuentran Rusia y China, y estos forman parte también hoy en día del Grupo BRICS, conformando con otros países (Brasil, India y Sudáfrica) un bloque de economías emergentes formado desde el 2006, en el que Venezuela había manifestado recientemente al igual que otros países, su deseo de ingresar, razón por la cual, se dimensiona el presente análisis mediante la inserción de algunas variables de primer orden, a propósito de evaluar los pro y contra del intento de Venezuela para su ingreso a dicha organización, al igual que las incidencias que podrían interesar con su interconexión, ya sea ayudando o perturbando en el proceso jurídico que se lleva a cabo en la Corte Internacional de Justicia, ante la demanda de Guyana contra Venezuela, incumbencia que por razones de Estado, resulta inadmisible obviar.

En el marco del señalamiento anterior, deben considerarse las actuaciones de varios países y algunos factores existentes, que ineludiblemente entran en el juego estratégico que se maneja hoy en día en el tablero estratégico mundial, y conforman un rol primario sobre el caso que le atañe a Venezuela sobre la recuperación del espacio geográfico integral del Esequibo, siendo estos:
- Rusia, país que forma parte del grupo BRICS y del Consejo Permanente de Seguridad de la ONU, también constituyó parte principal en la decisión del Tribunal de París entre 1897 y 1899, sentenciando en contra de Venezuela el despojo de 159.542 kms 2 de territorio continental, favoreciendo con ello los intereses de su país en conjunto con las apetencias del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, hecho ratificado posteriormente en el Memorando de Severo Mallet-Prevost; sin embargo, hoy en día, Rusia es un país que ha manifestado ser aliado, pero con una tímida y muy limitada posición de apoyo a Venezuela sobre el presente caso, dados los intereses que tiene también en Guyana, y contrarios a los intereses de Gran Bretaña y de los Estados Unidos de América como miembros de la OTAN, entre otros factores, a raíz del conflicto suscitado entre Rusia y Ucrania.
- Con base al señalamiento anterior, el citado país no se ha pronunciado adecuadamente con respecto al litigio territorial, pudiendo y debiendo hacerlo como punto de honor a favor del gentilicio nacional, al haber sido el Gobierno de ese país en el pasado, copartícipe principal a través del Juez Principal del Tribunal de París, el Profesor Frederic De Martens, quien le generó en ese entonces al Estado venezolano con la confianza que se le confirió plenamente en el proceso jurídico que se llevaría a cabo, un daño mayúsculo que lesionó profundamente la soberanía e integridad de la República, a cambio de favorecer intereses de Rusia en conjunto con Gran Bretaña.
- Es por ello, que dados los firmes basamentos legales que posee hoy en día Venezuela, los cuales demuestran la falsedad y manipulación de la sentencia emitida en el Laudo de 1899, aunado a las supuestas buenas cohesiones que existen en las relaciones políticas y diplomáticas entre las partes (Rusia y Venezuela), se podría sin dudas, abrir una ventana cónsona del Gobierno de Rusia que coadyuve a consolidar la posición venezolana ante el Tribunal Internacional de La Haya; sin embargo, se desconoce la muy extraña política exterior venezolana manejada durante años, que no explicó el por qué no se inclinó en fortalecer este factor de primer orden mediante la frontal participación del Gobierno asiático, responsable ineludible en conjunto con el Gobierno de Gran Bretaña, sobre la decisión del espacio geográfico territorial del Esequibo que se le despojó a Venezuela en 1899. He aquí un vacío que debió explicarse y aún no se ha hecho.
- Paralelamente, el ingreso de Venezuela al grupo BRICS, en lo que concierne al Gobierno de Rusia, requiere la inserción con mayor fuerza del binomio que se entreteje entre la cooperación y la reciprocidad de las partes, lo cual sigue sustentado a criterio del suscrito, en la dádiva de variables que pareciesen significar mucho hoy en día, pero analizando fríamente esta tendencia bilateral, sigue luciendo un tanto extraña la directriz diplomática y política entre ambos países, sin alcanzar los verdaderos niveles que deberían manejarse en el contexto geopolítico y geoeconómico, por lo que el ámbito político pareciese aupar las preocupaciones y prioridades del momento en cuanto al ámbito de la Seguridad Nacional. Las cantidades de oro que se envían a Rusia como parte de la política exterior venezolana, requieren una explicación como tema de Estado. Este señalamiento demanda hoy en día, de una amplia revisión antes de abordar el pretendido apego al Grupo BRICS, dado que luce un tanto antagónico a los intereses de Venezuela con respecto al contexto de la disputa territorial sobre el Esequibo.
- China, es un país que ha mantenido buenas relaciones políticas y comerciales con Venezuela, las cuales se sustentan sobre un espejo refractario con doble reflejo, dado que por un lado, ha logrado la adquisición del petróleo venezolano proveniente de la Faja Petrolífera del Orinoco, además de su amplia participación en el desarrollo de la construcción y del ámbito agrario, generando una deuda externa significativa de Venezuela; sin embargo, el país asiático es también socio minoritario de la empresa transnacional ExxonMobil, y explota parte del petróleo que se encuentra en los espacios acuáticos off shore del Atlántico, ubicados en la proyección de la faja marítima del Esequibo, sabiendo muy bien que dichos recursos le pertenecen a Venezuela, y aun así, ha permanecido en silencio, cumpliendo con la labor de explotación para satisfacer sus propios intereses, y otorgando la cancelación de divisas que son del peculio nacional al Gobierno de Guyana. Un acto de total ilegitimidad que atenta contra los intereses de Venezuela, y el Estado venezolano en el marco de su política exterior, tampoco ha hecho el reclamo respectivo, por lo que la actividad económica ilícita que allí se desarrolla, se mantiene también en un limbo silencioso.

- Así mismo, China ha recibido licitaciones mineras ilegítimas, otorgadas por el Gobierno de Guyana en el espacio geográfico continental del Esequibo, y con conocimiento pleno del reclamo de Venezuela sobre el territorio objeto de estudio, pero ha continuado explotando dichos recursos mineros, socavando y contribuyendo además de la destrucción del medio ambiente, flora y fauna de la región, lo cual se ha protestado por Venezuela en la ONU como parte del descuido de Guyana, pero de China no se menciona absolutamente nada, cuando ella es parte corresponsable de este ominoso panorama ambiental, y lo más irónico, es que el coloso asiático jamás se ha pronunciado en favor de Venezuela sobre el tema del Esequibo como parte de su respaldo político-diplomático. Y a todas estas, ¿Cuál es la posición venezolana al respecto?
- Siendo China uno de los países emergentes en materia de desarrollo que pertenece al grupo BRICS, le resultaría muy conveniente el ingreso de Venezuela a dicha organización, considerando la tendencia e interés actual del país asiático en cuanto a su posicionamiento estratégico iniciado con pasos firmes en América del Sur, región en la que abundan los recursos petroleros, gasíferos, minerales y no minerales de la tabla periódica, tierras raras, hídricos, agrarios, agropecuarios, forestales, entre otros, además del franco aprovechamiento geoeconómico que dinamizó dicho país en el continente, a raíz del supuesto descuido geoestratégico propiciado por los Estados Unidos de América, quien en la actualidad, se encuentra en proceso de recuperación estratégica de esta región suramericana, hecho que conllevaría lógicamente a la alianza de los países BRICS en contra de los intereses occidentales en la región. ¿Y es que acaso los intereses de los países BRICS, particularmente de China, Rusia o Brasil, difieren sustancialmente de los intereses norteamericanos sobre la región, y en particular de Venezuela? Se sugiere que el equipo de analistas venezolanos que laboran en las diferentes instituciones del Estado, revisen a fondo este punto en particular.
- A diferencia de Eurasia como espacio geográfico rico en recursos de todo tipo, aunado a la defensa natural en cuanto a la posición estratégica que ocupa entre las fronteras oriental de Europa y occidental de Asia, pero sujeta a diversas confrontaciones, en el que la tecnología ha jugado un complejo rol con posibles dificultades que han incidido en el equilibrio y posibles contingencias regionales, para China, se dispone en este lado occidental del planeta, de un conjunto de países subdesarrollados que están dispuestos a comercializar sus recursos dadas las necesidades actuales, así como en crear condiciones propicias de desarrollo sobre el pulmón común de la humanidad (Amazonas), además de la proximidad y el interés demostrado por el gobierno asiático en su acercamiento a la Antártida, entre otros.
- ¿Y toda esta pretensión de China, sería a cambio de qué? Una vez más, la cooperación y reciprocidad se verían afectadas en beneficio desequilibrado contra Venezuela, por lo que el ingreso al Grupo BRICS traería indudablemente algunos beneficios superfluos al país, mas no de fondo, beneficiando con mayor ahínco los intereses de terceros, por lo que debería buscarse por la vía política-diplomática con China, el fiel compromiso enlazado con la corresponsabilidad requerida en esta coyuntura que se maneja ante la Corte Internacional de Justicia, y más aún, cuando el Gobierno de ese país, es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU con todas las implicaciones que ya son conocidas por el lector.
- A raíz de toda la situación geopolítica en la que ha predominado un silencio parcial del Estado venezolano, China se había venido perfilando como el supuesto dominador de la región suramericana, en aprovechamiento al escenario de confrontación que lleva adelante Rusia contra Ucrania en el continente asiático, aunado a la posición adoptada por la Unión Europea en el citado conflicto, conjuntamente con los Estados Unidos de América como líder de la OTAN, lo cual se había traducido en el supuesto descuido geopolítico y geoestratégico del Gobierno norteamericano sobre el continente, hecho que pareciese abrir una ventana para el fortalecimiento del grupo BRICS, sin embargo, los datos recopilados hoy en día, generan una matriz de información contraria a lo que se venía proyectando, dado que las acciones estratégicas tendientes al asentamiento de China en América del Sur, no han sido suficientes, aunado a los intereses antagónicos que prevalecen por parte de Europa y de los Estados Unidos de América sobre la región.

- En el campo tecnológico, los Estados Unidos de América y algunos países de Europa, continúan abarcando un mayor mercado que el de China en la región suramericana, en el que se continúan conformando también, los principales mercados de destino de las exportaciones de productos de alta
tecnología producidos en los países de América del Sur. Recíprocamente, Europa constituye hasta hoy en día, el continente de mayor inversión en la región, de hecho abarca cuantitativamente un 2000% más que China, es decir, veinte veces más que ese país, en el que se incluye el equipamiento militar como parte de la tecnología comercializada. Esta tendencia proyectada debe ser evaluada muy bien por Venezuela para afinar su decisión de colocación de sus recursos bajo el cerco geoeconómico global del grupo BRICS, dado que si bien es cierto que China le había generado préstamos financieros a Venezuela, también lo hizo con Guyana. ¿Qué valor preponderante le implicaría a Venezuela la posición que ha venido adoptando China, al reflejar y refractar una doble faceta? - Entre los cinco países originales que pertenecen al BRICS, China ha lucido como el país que mayor solidez económica había proyectado, dado que entre el plazo correspondiente al cierre del siglo XX y lo que va del siglo XXI, pasó de una posición intrascendente en la economía global, a ocupar uno de los de mayor peso con un 18% del PIB, porcentaje que le permitió estar por debajo, pero muy cercana a la economía norteamericana, al igual que logró mantenerse muy pareja a la de Europa. Adicionalmente,
logró colocarse como el mayor exportador a nivel mundial, sin embargo, como competidor y como mercado para América Central y del Sur, hubo dos realidades muy diferentes. - Brasil, país que también forma parte del grupo BRICS, y que firmó el Tratado de Límites y Navegación Fluvial con Venezuela del 5 de mayo de 1859, ratificado por el Protocolo de 1929, y por medio del cual renunció a favor de Venezuela todos sus posibles derechos en las cuencas de los ríos Orinoco y Esequibo, y a su vez Venezuela renunció a favor de Brasil, sobre todos los posibles derechos en la hoya de la Cuenca Amazónica, exceptuando una parte del río Negro, ha pincelado un nuevo más no sorpresivo rostro de su política exterior, dado que hasta hace poco olvidó su corresponsabilidad firmada en el citado Tratado, inclinándose a favor de Guyana, e inició la construcción de una carretera a lo largo del Territorio Esequibo, buscando su libre salida hacia el Océano Atlántico por la costa norte del continente, además de manejar el asentamiento de una colonia brasileña en dicho espacio geográfico. Hoy por hoy, y a pesar de su supuesta buena intención y alianza con Venezuela, el vecino país del sur, ha evadido su posición geopolítica sobre este asunto en particular. Todo cuanto gira alrededor de Venezuela sobre este complejo tema, ha sido manejado de manera acomodaticia para beneficiar intereses de terceros. Y los de Venezuela, ¿dónde quedan?
- No debe olvidarse que en materia petrolera, Brasil pasó a conformar un cuadro competitivo con Venezuela en el mercado petrolero, por lo que la colocación de los recursos a través del grupo BRICS, mientras no se logre diversificar verdaderamente la economía nacional, tendrá sensibles limitaciones que difícilmente Brasil cederá, y menos aún con los intereses existentes en Guyana, en el que uno de los mayores beneficios existentes a su favor, pareciese apuntar a lo que ha estado buscando desde hace años el coloso del sur, y es precisamente su acortada salida al océano Atlántico, por lo que la carretera que se construye actualmente en el Esequibo, representa un punto transcendental al interés nacional de ese país. Y, ¿cuál ha sido la posición nacional que se ha manejado, en la que se han violado impúdicamente intereses que le atañen a la seguridad, defensa y desarrollo integral del país? El Estado venezolano debe entender, que ya un doble discurso entre lo que se dice o se calla y la realidad que se vislumbra, no es parte funcional del venezolano de hoy en día.
- El 50% de los productos manufacturados de alto valor agregado que exporta América del Sur, lo comercializa actualmente con los Estados Unidos de América y con Europa, y apenas un 6% lo hace con China. Por eso, Brasil como parte del grupo BRICS, en el que predomina hoy por hoy una tendencia política contraria a los intereses norteamericanos, con perspectiva geopolítica y geoeconómica, ha procurado mantener una posición equilibrada ante los dos grandes bloques, en el que comercialmente ha mirado prioritariamente a Europa y no a China, considerando que no existe aun un vínculo comercial de mayor peso entre las partes, hecho que debe evaluar muy bien Venezuela, al encontrarse en un escenario en el que no todo lo que brilla es oro. De darse un cambio significativo que comprometa a las dos partes, podría promoverse una fuente sólida de desarrollo en el futuro inmediato.
- Venezuela ha manifestado la orientación de los recursos a través del grupo BRICS, al igual que reiteradamente ha señalado su interés de integrarse al Grupo BRICS, enfocando su inserción como actor importante ante la necesidad ineludible que se viene manejando en este nuevo orden mundial, exacerbando que la integración es un imperativo para la persistencia y desarrollo de un país, lo cual no se había logrado gracias a la interferencia de algunos poderes regionales y de la mezquindad de otros terceros, que han conspirado para que no se materialice dicha integración propiciada por el país en la región, de manera de consolidarse como un bloque con influencia decisiva en los asuntos internacionales.
- Dicha posición expuesta no encajó obviamente en los intereses de los países del primer mundo y de los que se encuentran abiertamente en vías de desarrollo, y no debe olvidarse que en el mundo de la diplomacia no existen almuerzos gratuitos que pasen inadvertidos. Tanto Rusia, como Brasil y China, países pertenecientes al Grupo BRICS, han actuado evasivamente o con dualidades geopolíticas ante la realidad que exacerba el caso del Esequibo que se dirime en la Corte Internacional de Justicia, en el que todos ellos tienen una muy sensible e incisiva cuota de responsabilidad. Y en el caso de Arabia Saudita como país que ingresó al Grupo BRICS, y a pesar de ser parte cofundadora de la OPEP con Venezuela, no ha demostrado el mínimo gesto de apoyo a Venezuela sobre la disputa territorial del Esequibo. Todo se ha tratado de encaminar con acciones que se dinamizan bajo la mesa.
Siendo Venezuela el país con la mayor reserva petrolífera mundial, la cual se ha incrementado con el potencial energético del hidrocarburo existente en la Cuenca del Atlántico, cuya posición se corresponde con los espacios acuáticos del Esequibo, aunado a que el país ocupa el cuarto lugar con la mayor reserva de gas
en el planeta, además de los minerales estratégicos existentes en el Arco Minero, en sumatoria, ha concentrado un elevado potencial que no puede dejar de incluirse en la agenda energética mundial, por lo que para el grupo BRICS ello debía lucir de acuerdo a la posición venezolana, como factor de elevado interés,
sin embargo, otros intereses han prevalecido, que requieren indiscutiblemente de una lupa con dimensión mayúscula, a propósito de colocar en la balanza la tentativa decisión de manejar los recursos a través del citado grupo geoeconómico.
El discurso fundamental que se manejó desde principios de este siglo. a nivel internacional por parte del Estado venezolano, fue que el país adquiriría anualmente millones de dólares americanos en productos importados provenientes de diversos países manufactureros, pero la realidad a cambio de ello, fue que dichos países generaron sensibles niveles de desequilibrio, al realizar pocas operaciones adquisitivas en el mercado venezolano. Este punto fue fundamental para Venezuela en cuanto a su justificación, aplicación e intención de ingreso al grupo BRICS, ya que de lo contrario, no hubiese tenido sentido repetir la historia bajo el marco de una integración que favoreciese únicamente los intereses de terceros.
Manejar la colocación de los recursos de Venezuela a través del Grupo BRICS únicamente bajo las aristas económicas y financieras, podría teóricamente constituir una válvula de alivio a las presiones socioeconómicas actuales del país, que por un lado reactivarían y dinamizarían diferentes estratos que han tenido estancado al Estado desde hace algunos años, pero es también indudable que dicha acción tendería a generar también críticas e incomodidades, en el que se elevarían los niveles de presión, desconfianza y búsqueda de nuevos inconvenientes en el mundo occidental, factura que con toda certeza sería cobrada de diferentes maneras ante las diferencias políticas existentes, por lo que el Estado venezolano debió y aún debe evaluar muy a fondo esta decisión a tomar. La necesidad de establecer un punto de equilibrio sobre este particular, grita por todos lados el abandono de la posición radical asumida.
Adicionalmente, el silencio ensordecedor del Grupo BRICS ante la situación que se maneja actualmente en la Corte Internacional de Justicia, existiendo sensibles niveles de corresponsabilidad de los países que participaron en el Laudo Arbitral de París de 1899, incluyendo a Brasil, constituye una contradicción que en
definitiva coloca la balanza en favor de terceros, quienes cómodamente han optado por mantener una posición totalmente pasiva. Los Estados Unidos de América, en conjunto con el Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, teniendo la clara influencia sobre la Organización de las Naciones Unidas, de la OTAN, del Consejo Permanente de Seguridad de la ONU, y obviamente bajo la mesa, de la Corte Internacional de Justicia, no vacilarán en emerger con su más amplia posibilidad, las acciones simuladas, que
apuntarán al desconcierto que posible, mas no probablemente manipulará jurídicamente el Tribunal Internacional de La Haya, a propósito de intentar debilitar o anular la sólida posición venezolana sobre su titularidad para la recuperación del espacio geográfico integral del Esequibo. De hecho, este señalamiento ha sido el punto álgido que tanto desconcierto ha generado en los venezolanos sobre la disputa territorial. “El niño que llora, y la madre que lo pellizca”.
El caso de Venezuela no fue para nada sorprendente, que no se le aceptara su ingreso al grupo BRICS en enero del 2024, como sí sucedió con otros seis (6) países, siendo cinco (5) del Medio Oriente (Emiratos Árabes, Arabia Saudita, Irán, Etiopía y Egipto) y de América del Sur, Argentina. Adicionalmente, es importante
señalar que si el Gobierno de Guyana hubiese podido reunir las condiciones necesarias para ingresar al Grupo BRICS a través de la agenda energética que ha venido manejando en el plan petrolero 2023, no lo hubiese pensado dos veces, y en el caso de Brasil y de China, estos tendrían suficientes razones de peso geopolítico, geoeconómico y financiero, para inclinarse a favor de Guyana y no de Venezuela “por ahora”.
Sin embargo, el Gobierno del vecino país tiene un cuadrilátero de razones que constituyen las bases fundamentales para refutar la solicitud (en caso de haberse dado la coyuntura), siendo estas la posición del Gobierno de los Estados Unidos de América al igual que la de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, los Gobiernos de los países que forman parte o alianzas comerciales de la OTAN, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas y la propia Corte Internacional de Justicia, que además de rendirle cuentas de su gestión directamente al Secretario General de la ONU, contempla en su organización, la presencia permanente de un juez perteneciente a cada uno de los países del Consejo de Seguridad de la ONU.
Lo anterior hubiese constituido un verdadero descalabro para Guyana, pero también lo sería en los actuales momentos para Venezuela. De allí puede entenderse también entre otras razones, el por qué el Gobierno de los Estados Unidos ha venido buscando la ampliación de los miembros permanentes en el citado Consejo de Seguridad de la ONU, en el que ingresarían países aliados a los intereses occidentales marcados por dicho Gobierno norteamericano. Un verdadero dilema que busca ajustar sus piezas en el tablero estratégico mundial, y que, a raíz de esta nueva situación geoeconómica, abrirá caminos orientados a un nuevo rumbo en la rosa de maniobras geopolítica que se desarrolla hoy en día.

Por otro lado, hoy por hoy, y a pesar de su supuesta alianza con Venezuela, Brasil no ha manifestado aun su posición geopolítica sobre este litigio en particular, ni su posición geoeconómica respecto al tema energético, en el que es indudable que tenderá a opacar la actuación de Venezuela en esta nueva etapa etrogasífera, aunado a que no se le ha explicado al país, todo cuanto gira sobre este complejo tema del Esequibo, sino que se ha manejado en un terreno que exacerba dualidades de discursos y posiciones, así como de enfoques acomodaticios para beneficiar intereses propios y de terceros aliados, pero no hay que ser un letrado en la materia para entender que precisamente Venezuela no encaja en este marco de prioridades.
Por supuesto que en el contexto antes señalado, Venezuela podría si se lo propone, plantarse de manera equilibrada ante el Gobierno norteamericano, a propósito de reorientar las relaciones bilaterales en términos de igualdad y de acoplamiento hacia un constructo multipolar, en el que el respeto por la soberanía y la autodeterminación sean puntales regidores de las relaciones internacionales, pero también, con actuación recíproca de todas las partes que se involucren en el marco señalado, dado que aun cuando pareciese que lo sucedido podría incidir negativamente hacia el Estado venezolano, la realidad estratégica es totalmente diferente.
Ello no implicaría dejar de lado las relaciones bilaterales que mantiene actualmente Venezuela, pero sí comprender que los países llamados aliados, una vez más, han demostrado su tendencia y su baja consideración con el Estado venezolano, y en particular sobre el caso del Esequibo, por lo que es obvio que en el mejor de los casos, mantendrán una posición neutral, más difícilmente a favor de Venezuela. No hay peor ciego que quien no quiera ver, para entender que únicamente es al gentilicio nacional, a quien realmente le interesa alcanzar la solución en la que “el sol que brilla sobre Venezuela, nace en nuestro Estado Guayana Esequiba”.
Por: C/A (r) Dr. José Chachati Ata
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