Querida Lutecia: para Lutecia Adam de Belkis Lovera

Lutecia Adam dedicó su vida a la salud natural y la cultura

Nació en 1927 en Irapa, estado Sucre, y se destacó por su activismo social y cultural desde joven

Fue activista especialmente contra el régimen de Pérez Jiménez

La querida Lutecia era hija de un ingeniero francés, lo que le dio una perspectiva multicultural desde temprana edad.

A lo largo de su vida, Lutecia Adam se convirtió en una referente de la vida sana y la sabiduría popular, con un enfoque particular en la utilidad de la naturaleza para la salud.

Publicó obras significativas como «Laboratorio de la Naturaleza» y «El Gran Laboratorio de la Naturaleza», donde compartía sus conocimientos sobre recetas saludables y las propiedades medicinales de diversas plantas.

Este legado no solo refleja su interés en la fitoterapia sino también en la educación, ya que su hermano, Félix Adam, fue un importante educador en Venezuela.

Adam también estuvo vinculada con figuras literarias y culturales, como Aquiles Nazoa, lo que demuestra su influencia no solo en la salud natural sino también en los círculos culturales y literarios del país.

Fue celebrada por su contribución a la cultura y la salud, y su muerte en 2024, a los 97 años, fue lamentada ampliamente, dejando un legado de conocimiento sobre la vida saludable y la apreciación por la naturaleza.

Además, Lutecia Adam fue retratada como una figura de amistad y amor en escritos que la describen como un símbolo de alegría y resistencia, encapsulando valores de ética, respeto, y una vida vivida con pasión y compromiso con los demás.

Su vida y obra han sido fuente de inspiración y estudio, destacando su papel en la construcción de una identidad cultural y saludable en Venezuela.

Belkis Lovera le dedicó esta sentida carta a manera de despedida.

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Querida Lutecia

Para Lutecia Adam

Quién iba a decir que el pasado diciembre sería la última vez que te veria. No por la cercanía de la muerte siempre rondando, sobre todo cuando se llegan a los 97 años como tú, sino porque tenia muchisimas ganas de quedarme.

Deseaba disfrutar más días en la casa de Henriette, tu última casa. La casa cónsona con tu estilo de vida y con tus años, en Aguas Calientes, en San Rafael de Tabay. Esa fue tu morada, sin embargo, seguias viajando a Caracas, Mérida o Margarita, según el plan familiar.

Decidí visitar el páramo Mucuchies en las navidades pasadas con la intensión de verte. Lo logré hacer finalizando el viaje.

Al regresar de Mérida hacia Caracas, pasando el pueblo de Tabay, cruzamos a la izquierda montaña arriba, vía las aguas termales, y encontramos un bellisimo lugar.

En medio de la naturaleza, como te gustaba, se encuentra la casa de tu querido nieto Juan, quien construyó al lado de la casa de su madre Henriete para acompañarte los últimos años.

Te vi feliz.

Con la serenidad que te acompañó en las últimas décadas, y que nada tenia que ver con la energía física y mental desbordante que ejerciste hasta el último suspiro.

Recuerdo cuando me pediste en secreto que te diera un poco de mi segundo café despues del mediodia,  pues a ti te lo negaron. Y recuerdo la cara de Henriette cuando ingenuamente le pregunté si no podias tomar un segundo café. Pensé que te hacia daño, entonces ella me dijo riéndose: a ella no, a nosotros, quien aguanta tanta actividad junta.

Y es que siempre te despertaste temprano, todo el tiempo estabas ocupada haciendo algo, incluso tejias sin parar.

A los 96 y sin lentes, fue un privilegio verte entusismada, combinando colores y regalándome uno de los gorros tejidos por ti.

No te lo dije, pero tu nombre me acompañó desde niña, mi mamá había asistido a un taller, de los tantos que dictaste sobre alimentación. Desde ese entonces en mi casa habian folletos y libros tuyos.

Regresaste de nuevo a mi vida cuando mi hija Isabella tuvo que comenzar una dieta sin gluten y sin caseina, y sin una cantidad de alimentos que le prohibieron.

Tu alimentación saludable se convirtió en algo divertido, una referencia, aunque te confieso que no he sido la mejor de tus alumnas.

También te visité en Hato Viejo, disfruté contigo y mi familia almuerzos deliciosos elaborados con alimentos sembrados en tu jerdín.

Sigues siendo en un sentido mi norte de mujer independiente, trabajadora, voluntariosa, y con un amor inmenso a la naturaleza y a la familia.

Hoy que me encuentro fuera de Venezuela, tus recetas y tu manera de nutrir el cuerpo y el alma me acompañan.

Tus libros viajaron en las pocas maletas donde embalé 55 años de vida.

Estoy segura de que el cielo está de fiesta por tus reecuentros con familiares y gente querida, pero los venezolanos te extrañaremos mucho.

Como dicen por ahí, no muere quien es recordado, entonces  querida Lutecia vivirás por mucho tiempo en nuestros corazones como una referencia para los venezolanos.

Belkis Lovera

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Entrevista de El Estímulo a Lutecia Adam

https://elestimulo.com/gastronomia/2024-10-23/lutecia-adam-laboratorio-de-la-naturaleza-quien-es-natural-medicina-tabay-merida-laboratorista-libros-veganismo-vetegarianismo-vida-sana-salud-alberto-veloz

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