En un mundo donde cada movimiento es para sobrevivir, algunos animales toman decisiones que desafían toda lógica
Dejan la comodidad por las dificultades y la seguridad por el peligro, todo por una razón que no podemos entender del todo. Acompáñanos a descubrir los emocionantes resultados de su arriesgado comportamiento. Los arriesgados definitivos. Imagen superior de Felix en Pixabay
¿Qué haría un delfín saltando en tierra firme? ¿Qué orillaría a una cebra a cambiar un verde prado por un desierto abrasador? ¿Por qué un ave construiría un nido en una tóxica trampa mortal? Si el objetivo final es la supervivencia, entonces, ¿no tendría más sentido ir a lo seguro? Tal vez no.
Los animales hacen muchas cosas que parecen bastante contraproducentes, y no siempre entendemos por qué. ¿Hay más cosas sucediendo por las que debamos darles crédito? ¿O están simplemente locos?
Si eres una cebra, este es el mejor lugar del mundo, el delta del Okavango en África. Un enorme humedal en el país de Botsuana. Está lleno de agua fresca, y de deliciosa hierba. Estas cebras parecen tener todo lo que podrían desear. Por lo que es tan extraño que cada una de ellas esté ansiosa por ir a un lugar miserable.
La temporada de lluvias está comenzando. Normalmente, a los animales que comen hierba les gusta estar donde llueve. Pero no estos chicos, así que deciden alejarse del paraíso. Y comienzan una marcha de 241 kilómetros fuera del exuberante Okavango, hacia las secas y polvosas llanuras. Siguen caminos desgastados en la tierra por sus antepasados.
Si están locos, entonces sus abuelos también deben haberlo estado. Con cada paso, el agua se vuelve más escasa, y la tierra se pone más caliente y más seca. Después de dos semanas abrasadoras, llegan a un infierno.
Los salares de Makgadikgadi. Son los restos resecos del antiguo lecho del lago. Esto es exactamente lo opuesto al paraíso de las cebras. No podrán sobrevivir aquí por mucho tiempo. Al estar en el sofocante calor, parecen haberse vuelto completamente locas. Incluso parecen estar comiendo el suelo cáustico. Pero esto, resulta que es exactamente la razón por la que vinieron hasta aquí.
Este es una de los salegares más grandes del mundo. Mientras mordisquean la roca y mastican la hierba frágil, obtienen su dosis anual de sodio, potasio, calcio y magnesio. Vale la pena pasar por el infierno para obtener sus vitaminas. Energizados por su estímulo mineral, las cebras golpean sus talones.
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