Las ilusiones visuales nos recuerdan que no somos descodificadores pasivos de la realidad, sino intérpretes activos. Los ojos captan información de nuestro entorno, pero el cerebro puede jugarnos malas pasadas. La percepción no siempre coincide con la realidad
Los científicos llevan décadas utilizando las ilusiones para explorar los procesos psicológicos y cognitivos de la percepción visual humana. Más recientemente, han aparecido pruebas que sugieren que muchos animales, como nosotros, pueden percibir y crear una amplia gama de ilusiones visuales.
Entender dónde surgen estas ilusiones en cerebros diferentes puede ayudarnos a descubrir más información sobre cómo percibimos el mundo y cómo lo perciben otros animales.
En un estudio publicado en agosto en Proceedings of the National Academy of Sciences, por ejemplo, investigadores de Yale demostraron que las moscas de la fruta, como los humanos, pueden ser engañadas para ver movimiento en una imagen en la que no lo hay, como la ilusión de las serpientes rotatorias, conocida entre neurocientíficos y psicólogos.
Asimismo, rastreando y manipulando las neuronas en las áreas de procesamiento visual de los cerebros de las moscas mientras observaban la ilusión, determinaron que la ilusión se debe a pequeños desequilibrios en las aportaciones de diferentes tipos de neuronas que detectan del movimiento.
Según Damon Clark, autor principal y profesor de biología molecular, celular y del desarrollo en la Universidad de Yale, también es posible que entre en acción el mismo mecanismo neurológico cuando los humanos y otras especies ven movimiento ilusorio.
«El último antepasado común de las moscas y los humanos vivió hace 500 millones de años, pero ambas especies han desarrollado estrategias similares para percibir el movimiento», explicó Clark. «Entender estas estrategias compartidas puede ayudarnos a comprender mejor el sistema visual humano».
Hay muchos ejemplos que demuestran que muchos animales pueden percibir las mismas ilusiones que los humanos y que, además, pueden crear y utilizar ilusiones para engañar a otros.
Imágenes en movimiento
Las moscas de la fruta y los humanos no son los únicos: se ha demostrado que monos, gatos y peces pueden ser engañados para ver movimiento donde no lo hay.
Algunos investigadores están estudiando si el movimiento ilusorio puede emplearse para enriquecer las vidas de los animales de zoo. En 2019, unos investigadores italianos presentaron la ilusión de las serpientes rotatorias a leones cautivos. Dos de los tres leones interactuaron con la ilusión como si fuera una presa en movimiento, mordiéndola y arrastrándola por el recinto del zoo.
También documentaron mejoras del bienestar, como comportamientos más prosociales y menos comportamientos estereotipados en las leonas.
Los investigadores dicen que quieren probarlo con otros animales cautivos para comprobar si las ilusiones pueden reducir el estrés y mejorar su bienestar.
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