Evidencian conexión entre las bacterias de las encías y el Alzheimer

Los adultos mayores con más bacterias dañinas que sanas en sus encías son más propensos a tener evidencia de beta amiloide, un biomarcador clave para la enfermedad de Alzheimer

Según una nueva investigación de la Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York y Weill Cornell Medicine este desequilibrio en las bacterias orales no se asoció con otro biomarcador del Alzheimer llamado tau.

Se cree que las placas de proteína beta-amiloide causan Alzheimer.

El estudio, publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring, se suma a la creciente evidencia de una conexión entre la enfermedad periodontal (enfermedad de las encías) y el alzhéimer.

“Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que muestra una asociación entre la comunidad bacteriana desequilibrada que se encuentra bajo la línea de las encías y un biomarcador del LCR de la enfermedad de Alzheimer en adultos mayores cognitivamente normales”, destaca Angela Kamer, profesora asociada de periodoncia y odontología de implantes en la Facultad de Odontología de la NYU y autora principal del estudio.

Según recuerda, “la boca alberga tanto bacterias dañinas que promueven la inflamación como bacterias sanas y protectoras. Descubrimos que tener evidencia de amiloide cerebral se asociaba con un aumento de las bacterias dañinas y una disminución de las beneficiosas”.

La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por la presencia de dos proteínas distintivas en el cerebro: la beta amiloide, que se agrupa para formar placas y se cree que es la primera proteína que se deposita en el cerebro cuando se desarrolla el alzhéimer, y la tau, que se acumula en las células nerviosas y forma ovillos.

“Los mecanismos por los que los niveles de amiloide cerebral se acumulan y se asocian a la patología del alzhéimer son complejos y solo se conocen parcialmente. El presente estudio refuerza la idea de que las enfermedades proinflamatorias interrumpen la eliminación de amiloide del cerebro, ya que la retención de amiloide en el cerebro puede estimarse a partir de los niveles del LCR –afirma la autora principal del estudio, Mony J. de Leon, profesora de neurociencia en radiología y directora del Brain Health Imaging Institute de Weill Cornell Medicine–. Los cambios amiloides suelen observarse décadas antes de que se detecte la patología tau o los síntomas de la enfermedad de Alzheimer”.

Los investigadores estudiaron a 48 adultos sanos y cognitivamente normales de 65 años o más. Los participantes se sometieron a exámenes orales para recoger muestras bacterianas de debajo de la línea de las encías, y se utilizó la punción lumbar para obtener LCR con el fin de determinar los niveles de beta amiloide y tau.

Para estimar la expresión cerebral de las proteínas del Alzheimer, los investigadores buscaron en el LCR niveles más bajos de beta amiloide (que se traducen en mayores niveles de amiloide cerebral) y niveles más altos de tau (que reflejan mayores acumulaciones de ovillos cerebrales).

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