Tokio, 20 may (EFE).- Un grupo formado en su mayoría de solicitantes de asilo en Japón protagonizan un documental filmado en secreto en el mayor centro de detención de inmigrantes del país, donde atestiguan abusos y vejaciones en largos períodos de arresto.
El documental «Ushiku», que toma su nombre de la ciudad japonesa de la prefectura de Ibaraki donde se encuentra el denominado Centro de Inmigración del Oeste de Japón, recoge el testimonio de nueve personas cautivas en las instalaciones y fue presentado este jueves en Tokio antes de su estreno en varios festivales de cine.
Dos de estas personas son Deniz y Louis Christian, solicitantes de asilo. Ambos forman parte de los detenidos a los que se les concedió la libertad provisional desde que arrancó la pandemia.
Deniz, un kurdo que llegó a Japón en 2007 huyendo de la represión en Turquía, ha pasado tres años y medio en el centro y las imágenes de un numeroso grupo de agentes de inmigración inmovilizándolo con violencia a principios de 2019 han sido emitidas en varios medios.
«Esa no fue la primera vez. Les he visto hacer eso constantemente a otra gente», dijo hoy Deniz durante una comparecencia en el Club de Corresponsales Extranjeros de Tokio, en la que afirmó que a los detenidos se les suministran fármacos inapropiados.
Louis Christian vino a Japón en 2002 procedente de África y una semana después solicitó el reconocimiento como refugiado. De sus 18 años en el país, siete ha estado detenido.
«Sé que hablar sobre inmigración es un gran riesgo. Mucha gente está asustada de hablar de los asuntos de inmigración, pero necesito hablar porque siento el dolor de lo que me han hecho», dijo tras relatar cómo las autoridades trataron de romper su matrimonio e instaron a su esposa a abortar.
El africano denunció que los agentes de inmigración coaccionan a los familiares de los detenidos para que no vayan a visitarlos o rompan sus relaciones.
«Si pueden romper un matrimonio legal, pedir a las mujeres que interrumpan sus embarazos, no están cualificados para gestionar las cuestiones de inmigración», señaló.
Louis Christian es consciente de que «mucha gente tiene miedo» de hablar abiertamente sobre estos centros, en los que en las últimas dos décadas han muerto 17 personas. Él mismo dice que años atrás un hombre de su módulo se suicidó y otro murió.
La muerte más reciente de estas características ha sido la de la esrilanquesa Ratnayake Liyanage Wishma Sandamali, fallecida el 6 de marzo a los 33 años bajo custodia de las autoridades de Nagoya, tras haberse quejado de dolor de estómago, náuseas y pérdida de apetito desde enero sin que se le facilitara asistencia médica.
«No llevan a la gente al hospital», dijo Louis Christian, que tampoco recibió ayuda pese a estar año y medio vomitando sangre.
GRABACIONES SECRETAS
El testimonio de ambos y del resto de detenidos fue recogido por el documentalista Thomas Ash, que empezó a visitar el centro de Ushiku como voluntario. Ash introdujo en secreto y contra las normas una cámara oculta y filmó sus encuentros en la sala de visitas.
El nombre completo y la nacionalidad de los participantes han sido intencionalmente omitidas para evitar represalias. Deniz y Louis Christian hablaron hoy voluntariamente sobre su origen y circunstancias.
«Están tomando un riesgo masivo al hablar. Mi esperanza es que compartir sus voces pueda formar parte de algo que traiga cambio al sistema y prevenga que otra gente haga frente a abusos similares», señaló el cineasta.
El documental «Ushiku» se estrenará oficialmente en el festival Nippon Connection que tendrá lugar entre el 1 y el 6 de junio. El 27 de mayo habrá un pase excepcional en línea, gratuito, con la esperanza de «llegar a una audiencia mundial», dijo su creador.
Curadas / Vía Agencia EFE
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