Los seres humanos somos sociales por naturaleza y necesitamos comunicarnos constantemente. ¿Estás conversando correctamente? Porque hablar es fácil, pero conversar es otra cosa. Te decimos cómo conversar mejor.
La conversación es un medio para relacionarnos. Para conversar mejor es importante intercambiar experiencias de vida, oír lo que las otras personas tienen para decir y ser capaces de mantener una buena charla.
Estos consejos refuerzan las normas del buen hablante y del buen oyente y nos dicen cómo conversar mejor
Expresa las ideas con claridad
Sigue un orden para que puedan entenderte. Cuida qué decir y qué no decir de acuerdo a la persona con la que estés compartiendo.
Recuerda que el cuerpo también habla
La comunicación no verbal o corporal es de suma importancia. Los gestos, la postura, la expresión facial servirán como un complemento de las palabras y facilitarán la comprensión del mensaje.
Cuando tienes una conversación y tu lenguaje no verbal indica desconfianza e inseguridad el cerebro del interlocutor recibe informaciones contradictorias.
Haz preguntas abiertas
Así fomentarás que todos participen en la conversación ya que las preguntas exigen respuestas. Es una buena forma de mantener viva la conversación.
Deja hablar a los demás
Escucha con sincero interés. Eso no se pude fingir. Trata de entender cómo se sienten los demás y qué intentan comunicarte.
Interésate por lo que te están contando. Escucha sin prejuicios. Así mejorarás la comunicación y aprenderás a aceptar las críticas y los puntos de vista diferentes.
Evita temas álgidos o antagónicos como política, religión y sexo
Es mejor que hagas preguntas y te quedes en temas positivos.
Todo el mundo prefiere hablar de cosas buenas. La religión, la política, el sexo, y más recientemente los temas de género y lo políticamente correcto son temas que obligan a tomar una postura, un bando o un lado.
Nada peor para una conversación informal o para hacer nuevos amigos. Aléjate de los temas antagónicos.
Busca temas interesantes pero no antagónicos.
Procura que el tema sea interesante para quienes te escuchan y al hablar hazlo con sentido del humor. Esto es garantía de éxito en cualquier reunión.
No pases el límite de la confianza
Ajusta hasta dónde llegas con las malas palabras, confesiones pasadas de tono y tus gustos excéntricos según la confianza que tengas con la audiencia.
Viaja en el tiempo
La conversación se anima cuando se cambia el tiempo verbal de las preguntas hacia el futuro o el pasado. Por lo común una conversación comienza en el presente para después desplazarse hacia adelante o atrás en el tiempo.
No te encadenes
Una conversación debe ser un intercambio de información, no puede uno de los interlocutores monopolizar el diálogo.
No es un interrogatorio
Si la otra persona únicamente se limita a responder preguntas, entonces no es una conversación sino un interrogatorio. Está muy bien preguntar porque es una muestra de interés, pero todo tiene un límite.
Intenta temas positivos
Los temas emocionales favoritos son la familia, las aficiones, los viajes, la infancia y los recuerdos. Estos tópicos te permitirán conectar con las experiencias, sueños y aspiraciones de las otras personas, además de establecer un vínculo emocional.
Más imaginación y menos lógica
Para encontrar hilos de conversación, interactúa socialmente. Habla de cosas menos lógicas y más imaginativas. Una forma idónea de hacerlo es formulando preguntas de carácter hipotético.
Lee y tendrás de qué hablar
El arte de conversar también requiere preparación. No todo es una pregunta. Una conversación se puede desarrollar en base a que te mantengas al día en temas del país o del mundo.
Siempre es útil una materia de actualidad cuando no se sabe qué decir.
Más historias y menos hechos
Las historias han sido en el tiempo herramientas de comunicación muy valiosas y crean oportunidades de vinculación emocional.
Es bueno tener un repertorio de historias. Cuando las escuchamos no podemos evitar inconscientemente sentirnos protagonistas de las mismas.
Muestra humildad y déjate enseñar
Si no sabes de algo, tienes que decirlo. Atesora la honestidad con los demás y contigo. La gracia de una conversación es poder intercambiar ideas y descubrir cosas nuevas.
Y lo mejor de reconocer que no sabes algo es que seguramente a la otra persona le gustará explicarte o contarte algo que no sepas y ella sí.
No abuses de las palabras monosilábicas
No respondas de manera monosilábica sino extendida. Cuando respondes solo con un «si» o un «no» puedes generar un momento de silencio incómodo que además puede «matar» la conversación.
Quién, qué, cuándo, dónde, por qué, para qué…
Para multiplicar los hilos de la conversación, una fórmula tremendamente sencilla es acostumbrarte a preguntar por qué o para qué. Aunque parece fácil, sorprende la cantidad de gente que no lo hace.
Todo se acaba, hasta las conversaciones
Considera que no tienes por qué mantener viva la conversación a cualquier precio. Habrá ocasiones en que la otra persona no tendrá ganas de hablar con nadie, no habrá punto en común en la interlocución o será un conversador terrible.
Pausas y silencios
Recuerda: la pausa y el silencio son herramientas importantes para un buen conversador. Aprende a callar, a esperar, a escuchar con atención.
Deja un comentario con tus propios consejos para que otros sepan cómo conversar mejor.
Curaduría Pedro Beomon. / Tomado de Glassdoor Team, Habilidad Social, Puleva.
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¡Dale Carnegie! Excelente.