Claudio Nazoa se confesó abiertamente feliz. Feliz a pesar del chavismo. Feliz porque así lo decidió y por una lección de vida que aprendió de su padre, el gran poeta y escritor Aquiles Nazoa, quien le enseñó que es posible ser feliz hasta con las cosas más sencillas. Es una felicidad que se retroalimenta de hacer feliz a los demás, ya sea brindándoles ratos de humor o una rica comida, lo que, junto con escribir, hacen plenamente feliz a este pisciano que acaba de cumplir 70 años.
Aunque parezca inmodesto, Claudio Nazoa asegura que ha logrado darse a conocer por sí mismo y no por ser el hijo del escritor, poeta, humorista, ensayista, periodista y uno de los más importantes expositores de la cultura popular venezolana. “Pero no fue fácil – advierte – porque cuando uno es hijo de una persona como Aquiles Nazoa o Rómulo Gallegos o Arturo Uslar Pietri uno carga, de alguna forma, una responsabilidad que no es de uno, sino que la hereda. Yo, además, admiro a mi papá como escritor y como personaje público, como lo puede admirar cualquier venezolano. Entonces es doble responsabilidad».
«Yo de vainita no fui parcha…» (risas), contó a Curadas
«De niño me gustaba la cocina y jugar con muñecas, y no me gustaba el béisbol. Y así como aprendí de mi papá lo del humorismo, aprendí de mi mamá lo de la cocina”, acotó.
Para leer la entrevista completa vaya a Personalidades.
Que lindo mi admirado Claudio