La ciencia se interesa por conocer esta condición patológica e irracional. Irónicamente, pretender la perfección en los alimentos que se escogen llevaría a consecuencias preocupantes.
La ortorexia u obsesión por comer sano puede dañar la salud.
Es un término científico relativamente nuevo.
Procede de extralimitarse en lo que se debe ingerir para disfrutar plenamente de la vida.
La ortorexia: Un problema del siglo XXI
La alimentación saludable tiene mucho que ver con la disponibilidad de comida ultraprocesada y la vasta publicidad que se le hace.
En la actualidad crece el número de personas que se oponen a la comida rápida o fast food.
Ellos optan por restringir su dieta a comida procesada al mínimo o totalmente natural.
Podríamos afirmar que por esto se desata una batalla culinaria y comercial que tiene que ver con los valores de la salud y de la estética.
Y es que quienes cuidan con desmesura de su integridad colisionan con los intereses económicos de multinacionales.
Puede parecer irónico pero ello ha hecho que surjan problemas de salud como la ortorexia u ortorexia nerviosa, la cual está causando inquietud en la comunidad clìnica.
El término ortorexia proviene del griego orthos o «correctp» y orexia o «alimentación».
Fue acuñado en Estados Unidos por el médico Steven Bratman a principios del siglo XXI.
Sin embargo, aún no consta en los manuales oficiales como un trastorno alimentario.
La ortorexia: Todo en exceso es malo
Quienes padecen de ortorexia sufren lo indecible por comer sano. Se esmeran en conocer las propiedades y la elaboración de los alimentos.
Pero en ese proceso de ajustar la dieta a lo que estiman apropiado, sus escogencias no siempre coinciden con la evidencia científica.
Ello desencadena exclusiones que no son compensadas, conllevando a situaciones angustiantes sobre qué o cómo comer.
Hasta varias horas de seleccionar y preparar los alimentos son exigidos por quienes padecen de ortorexia. Someten a un exhaustivo examen todo aquello que se llevan a la boca.
El acto de comer, inclusive, va perdiendo su esencia de placer espontáneo y social.
Y si el ortoréxico es eventualmente vencido por la tentación de ingerir algo que se encuentre en la lista de prohibiciones, de inmediato experimenta un sentimiento de culpa y hasta cuestiona su valía personal.
La ortorexia: Complicaciones de salud
Para hacer más complejo el asunto diremos que quien tiene ortorexia raramente identificará la conducta como tal, y por lo tanto no buscará ayuda especializada para ser tratado.
Las restricciones que se vinculan con la ortorexia pueden desencadenar complicaciones de salud y un deterioro de la calidad de vida.
Hay un gran riesgo de que la ortorexia conduzca a la desnutrición, la anemia y la carencia de oligoelemento.
También pueden presentarse cuadros de orden metabólico como la osteoporosis.
En el aspecto psicopatológico la ortorexia comulga con síntomas de depresión y ansiedad.
Asimismo, una elevada prevalencia del trastorno obsesivo-compulsivo relacionado con la alimentaciòn.
Este coincide en las manifestaciones de la ortorexia tales como inflexibilidad y rituales conductuales.
La casi nula conciencia de estar sufriendo de un problema, la culpabilidad ante las transgresiones y el perfeccionismo dan a entender con plenitud la anorexia nerviosa.
Puntos a considerar
Los puntos comunes permiten identificar factores de riesgo compartidos. Además, ayudan en la búsqueda de estrategias eficaces de intervenciòn.
La presencia de esta obsesión por la comida sana sugiere que ciertas dimensiones de la personalidad y dinámicas de pensamiento son fundamentales para la etiología.
De igual forma, sirven al pronóstico de situaciones de salud mental en apariencia distintas.
Con respecto al ámbito social encontramos que los anoréxicos se involucran en una sensación de aislamiento: presentan dificultad para compartir el esparcimiento durante las comidas.
También aparecen conflictos con allegados debido a la incompatibilidad de los hábitos alimentarios.
Estudios demuestran que la población femenina es más vulnerable a los efectos físicos y psicológicos correspondientes. Por ello las mujeres demandan de una mayor atención médica.
Hoy continúan siendo necesarias más investigaciones sobre la ortorexia y su impacto.
También para diferenciarla de la ortorexia saludable, que son las preocupaciones adaptativas por comer sano.
El objetivo es velar por la conciliación del comer sano y la salud mental de quienes presentan ortorexia.
Tomado de The Conversation, El Nacional, Azteca Noticias.
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