Conflicto silencioso en España entre 1939 y 1999: Maternidades robadas

Madrid, 19 mar (EFE).- «Es ardua la labor de representar una ausencia que no ha dejado rastros y resaltar las presencia de víctimas borradas por el olvido». Esta es una de las ideas clave de la exposición «Duerma en ti. Maternidades robadas en España», que se exhibe en el Museo Nacional de Antropología de Madrid.

Un proyecto creado por varias asociaciones españolas que pretende visibilizar el robo de recién nacidos, una práctica que sufrieron miles de madres en España entre 1939 y 1999.

«Duerma en ti», título inspirado en el poema «La madre triste» de la chilena Gabriela Mistral, es un recorrido por las diferentes experiencias de madres, padres e hijos que fueron «víctimas de este crimen», según comentaron a EFE los creadores de la exposición.

El proyecto nació cuando Aránzazu Borrachero (investigadora), y Pedro Lange-Churión (fotógrafo) conocieron a la presidenta de la asociación «Todos los niños robados también son mis niños», Sol Luque Delgado. A través de un llamamiento a voluntarios de la asociación que quisieran contar su historia, la organización seleccionó 20 testimonios que representaran la verdad de miles de familias.

El robo de recién nacidos se enmarcó -aunque luego prosigió- en la dictadura que sufrió España desde el fin de la Guerra Civil (1939) hasta la muerte del dictador Francisco Franco (1975), que impuso el modelo femenino donde la mujer estaba recluida al hogar y a la familia, cuya disciplina llegó a modelarse a través de organizaciones como la Sección Femenina, muy vinculada con la Iglesia Católica.

Este tipo de redes fomentaban un control hacia aquellas mujeres viudas o en precariedad económica que, lejos de conseguir oportunidades para poder desarrollar una profesión con la que sustentar a su familia, perdían la custodia de sus hijos o se les decían que habían fallecido en el parto.

Como declaró a EFE Borrachero, «Franco tenía una obsesión por la reproducción», la regeneración de una sociedad dividida y exterminada tras la guerra, que necesitaba una recomposición social, aunque con ciertos límites hacia la «reproducción incontrolada de las clases populares» frente a las clases medias y altas.

Los rostros de aquellas madres y familiares, a quienes arrebataron a sus seres queridos sin conocerlos, se pueden ver en el Museo Nacional de Antropología de Madrid en esta serie de fotografías creadas por Pedro Lange-Churión, quien a través de un proceso emocional «muy difícil» ha conseguido plasmar «una estética barroca» y «que recordase a imágenes de la Virgen como un comentario irónico hacia la maternidad que estas mujeres no pudieron gozar y que reflejase la dureza de estos testimonios en sus miradas».

En este proceso de búsqueda, la exposición también manifiesta las dificultades que afrontan las víctimas de esos robos -ya sean las madres o los propios hijos robados- para localizar a sus familias, porque, a falta de un marco normativo regulado, se estancan en diferentes procesos.

Tan solo cuentan con una proposición de ley sobre bebés robados, en trámite en el Parlamento desde junio de 2020, y que Sol Luque sigue detenidamente, ya que «representaría un punto de inflexión en el recorrido de impunidad y olvido que ha acompañado a las desapariciones».

El caso de los bebés robados saltó a la opnión publica española hasta 2008, tras la aprobación de la ley de la Memoria Histórica, y en relación con los niños que fueron arrebatados a familias republicanas para ser educados por familias afectas al régimen del general Franco en los primeros años de la dictadura, pero denuncias posteriores extienden esta práctica hasta los años 90 del siglo pasado, vinculada a tramas con fines económicos.

Hay dos grupos de afectados, las personas que descubrieron que son adoptadas y que sus padres adoptivos los «compraron» sin saber su origen, y las familias que sospechan que sus hijos pudieron ser robados y dados en adopción a otras familias tras simular en el hospital su fallecimiento.

Todo el interés social hacia esta problemática, que «también existía en otros países como Israel o Serbia» ha conseguido que el proyecto, aparte de viajar a más lugares de España, tenga un interés y una posible proyección internacional hacia Estados Unidos y estos países ya mencionados, donde «el modus operandi en las maternidades robadas era muy similar al de España», indica Borrachero. EFE

Curadas | Vía Agencia EFE 

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