Estar pendiente de los niveles de azúcar en la sangre es vital para disfrutar de una vida más larga.
Es más fácil de lo que piensas. Todo se reduce a una serie de cambios básicos en tu estilo de vida, para mantener óptimos tus niveles de azúcar en la sangre.
La diabetes puede envejecer tu cuerpo desde dentro. Pero los signos de alarma se confunden con frecuencia con el cansancio o básicamente con estar agotado; muchos de los síntomas pueden ser tomados como los efectos secundarios de un estilo de vida ocupado. Otros, como el deterioro de la vista o tener que ir al baño con más frecuencia por la noche, pueden ser interpretados como parte del proceso de hacerse mayor. En muchos casos, la primera vez que la gente se da cuenta de que tiene un nivel de azúcar elevado en sangre es cuando acude al hospital aquejado de problemas del corazón. Hay mucha gente que vive con dicha condición durante dieciséis años sin ser diagnosticado ni tratado, y durante este tiempo puede producirse un daño irreversible.
Se le ha dado mucha publicidad a que existe una tasa creciente de obesidad y la opinión general es que el sobrepeso aumenta las posibilidades de desarrollar esta enfermedad. Pero no pienses que eres inmune sólo porque tu peso sea normal: No todas las personas con sobrepeso se convierten en diabéticos y no todos los diabéticos padecen de sobrepeso (piensa en Sir Steve Redgrave, Halle Berry y Sharon Stone, todos ellos han desarrollado la enfermedad en los últimos años). Entonces, ¿cómo sabes si corres el riesgo de desarrollarla y qué puedes hacer al respecto?
Una Buena Idea…
Se cree que una deficiencia en el mineral de cromio contribuye a que haya personas que se hacen diabéticos en los últimos años de su vida. Es vital para regular los niveles de azúcar en sangre y la producción de insulina, pero la típica dieta occidental es pobre en cromio. Asegúrate de que no te falte tomando un complejo vitamínico que contenga cromio y aumentando la ingesta de huevos, brócoli y mondas de patatas.
La diabetes es un desorden metabólico por el cual el cuerpo se hace incapaz de usar los carbohidratos (glucosa) como energía. La glucosa es un combustible esencial para el cerebro y los músculos. Pero antes de poder ser usada, tu cuerpo necesita de la hormona insulina, producida por las células del páncreas, para abrir las puertas de entrada de trillones de células en tu cuerpo (receptores) y dejar que entre la glucosa. Si no hay suficiente insulina para hacer este trabajo, pasarán dos cosas: tus células no consiguen suficiente glucosa para funcionar en condiciones y hay demasiada glucosa circulando por el torrente sanguíneo. A lo largo del tiempo, esto daña los riñones, los nervios, la vista, el sistema inmunológico y las arterias. Los diabéticos tienen más riesgo tanto de sufrir un ataque al corazón como un derrame cerebral que los que no lo son.
Pero no todas las formas de diabetes son iguales. El Tipo 1, o diabetes insulinadependiente, normalmente comienza entre la primera infancia y la edad de los treinta y cinco años. Ocurre cuando el páncreas deja de producir insulina del todo, normalmente porque el sistema inmunológico del cuerpo ha atacado y destruido el ochenta y cinco por ciento o más de las células productoras de insulina de páncreas.
La Frase:
«La vida no se acaba porque tengas diabetes. Aprovecha lo que tienes, sé agradecido».
Dale Evans Rogers, cantante de country y diabético
Alrededor de un veinticinco por ciento de los diabéticos tienen el Tipo 1. El resto tiene el Tipo 2, o la diabetes insulina independiente. En el Tipo 2, el cuerpo todavía produce insulina pero o no es suficiente o no se libera con la suficiente rapidez después de comer para procesar toda la glucosa. Con frecuencia, se libera suficiente insulina pero los receptores de insulina de las células no reaccionan de manera normal a ella, una condición que se conoce como resistencia a la insulina.
Tienes más posibilidades de desarrollar diabetes del Tipo 2 si sufres de sobrepeso, ya que la gente con sobrepeso necesita producir más insulina para administrar la glucosa en sangre, y la grasa corporal sobrante conduce a una mayor resistencia a la insulina. Otros factores de riesgo son tener más de cuarenta años, tener un familiar que padezca la enfermedad o tener ascendencia afrocaribeña o del sudeste asiático.
Otra Idea Más…
El vino tinto contiene flavonoides que pueden contrarrestar los efectos de la diabetes.
Uno de los mayores peligros de la diabetes no tratada es la enfermedad del corazón. Además de controlar el azúcar en sangre, la otra función de la insulina es ayudar a almacenar grasa. Si no hay suficiente insulina para hacerlo, o las células son resistentes a la insulina, las grasas permanecen en el torrente sanguíneo, provocando altos niveles de triglicéridos, elevando la tensión arterial y dificultando el flujo de sangre a través de las arterias.
Si sospechas que puedes tener diabetes, lo mejor que puedes hacer es averiguar si es cierto. La prueba requiere tomar una muestra de sangre de un dedo y puede realizarla tu médico. De esa manera, si eres diabético puedes empezar el tratamiento enseguida. Si no lo eres, entonces hacer unos pequeños cambios en tu estilo de vida puede impedir que se desarrolle la enfermedad.
La Frase:
«La diabetes es cuestión tanto de controlar tu estilo de vida como de controlar tu salud».
Sharon Stone, estrella de cine y diabética.
Tomado de: «Stop al Azúcar» por: Sally Brown. En: Vive más y Mejor. Técnicas anti-ageing para conservar la salud y la juventud, para la colección 52 Ideas Brillantes de la Editorial Nowtilus, Madrid 2005.
3.5