Una realidad que afecta a millones de personas
La edad es una característica personal que, lamentablemente, a menudo se convierte en motivo de prejuicios y discriminación.
Existe confusión sobre si términos como «viejismo» y «edadismo» se refieren a lo mismo.
El impacto del edadismo o viejismo es una realidad que afecta a millones de personas.
Aclaremos estos conceptos y exploremos por qué esta forma de discriminación cobra particular fuerza en la actualidad.
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¿Edadismo y viejismo son lo mismo?
Sí y no. «Edadismo» es el término más amplio y preferido en ámbitos académicos e internacionales, como por la Organización Mundial de la Salud.
Se refiere a los estereotipos, prejuicios y discriminación contra personas basándose en su edad, ya sea que sean jóvenes o mayores.
Sin embargo, en la práctica y en el lenguaje común, el edadismo afecta desproporcionadamente a las personas mayores. «Viejismo» es un término que se utiliza a menudo, especialmente en países de habla hispana, para referirse específicamente a la discriminación y los prejuicios dirigidos hacia las personas de edad avanzada.
Ambos términos describen la misma raíz del problema: tratar a alguien de manera injusta o basándose en ideas preconcebidas simplemente por su edad.
Mientras que el edadismo es el paraguas, el viejismo se enfoca en un grupo de edad particular, pero la acción discriminatoria es la misma.
El creciente impacto del edadismo o viejismo hoy
Podemos percibir que el edadismo, o viejismo si hablamos específicamente de los mayores, es una discriminación con mayor resonancia ahora por varias razones clave.
Nuestras sociedades envejecen. Una proporción mayor de la población alcanza y vive más años.
Esto significa que más personas mayores participan activamente en la vida pública, el mercado laboral y la economía, haciendo que los prejuicios existentes se manifiesten más abiertamente.
La rápida evolución tecnológica también juega un papel; a veces, se etiqueta injustamente a los mayores como incapaces de adaptarse, creando una brecha digital que alimenta estereotipos negativos.
Las presiones económicas y la competencia en el mercado laboral pueden llevar a que se favorezca a trabajadores más jóvenes sobre los mayores, ignorando su experiencia.
Estos factores convergentes amplifican el impacto del edadismo en áreas cruciales como el empleo, la atención médica y la participación social.
Consecuencias de la discriminación por edad
La discriminación por edad tiene consecuencias perjudiciales tanto para los individuos como para la sociedad. Limita las oportunidades laborales, forzando jubilaciones anticipadas o dificultando encontrar empleo.
Afecta el acceso a una atención médica adecuada, pues a veces se atribuyen síntomas a la edad en lugar de investigar causas tratables.
Genera aislamiento social y reduce la participación en actividades comunitarias. Impacta negativamente la salud mental, mermando la autoestima y generando sentimientos de invisibilidad.
El edadismo es una forma de discriminación sutil pero persistente que niega a las personas su pleno potencial basándose en un factor inmutable.
Reconocer que edadismo es el término amplio para la discriminación basada en la edad, y que viejismo se centra en los mayores, es el primer paso.
Entender por qué su impacto aumenta hoy nos impulsa a combatirlo activamente. Desafiar los estereotipos y promover la inclusión en todas las edades beneficia a toda la sociedad.
Qué hacer si sufres edadismo
Si experimentas discriminación por tu edad, puedes tomar algunas medidas.
Primero, reconoce que es una forma de discriminación y no algo que haces mal tú.
Documenta los incidentes; anota fechas, lugares y lo sucedido, especialmente si ocurre en un contexto profesional.
Considera hablar directamente con la persona involucrada si te sientes seguro, explicándole cómo te afecta su comportamiento o comentario.
Busca apoyo en amigos, familiares o colegas de confianza. Investiga si existen leyes contra la discriminación por edad en tu país o región que te protejan.
Si aplica, reporta la situación a recursos humanos, un sindicato o alguna entidad antidiscriminación.
Continúa demostrando tu valía a través de tu experiencia, habilidades y contribuciones. No internalices los estereotipos negativos.
Cómo evitar cometer edadismo
Todos podemos contribuir a erradicar esta discriminación. Comienza por examinar tus propios prejuicios inconscientes sobre las personas de diferentes edades.
Usa un lenguaje respetuoso y apropiado para la persona. Evita tratamientos paternalistas o diminutivos innecesarios.
Enfócate siempre en la persona individual, sus capacidades y méritos, en lugar de hacer suposiciones basadas en su edad.
Desafía los estereotipos cuando los escuches o los notes en ti mismo.
Promueve activamente entornos y actividades donde distintas generaciones interactúan y colaboran.
Escucha con atención y valora las perspectivas diversas que la experiencia de diferentes edades aporta.
En el trabajo, aboga por la igualdad de oportunidades de contratación, promoción y desarrollo para empleados de todas las edades.
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