No es suficiente hacer elecciones para detonar una transición, afirma Griselda Colina

Griselda Colina señala que las elecciones debe ser un instrumento robusto que represente de forma genuina la voluntad los venezolanos. Considera que el «no voto»  es un rechazo de la ciudadanía a elecciones que no cumplen con garantías y a la opacidad del CNE


Recuperar el voto como instrumento de cambio político y plantearse una ruta para reconstruir las garantías electorales, vulneradas por quienes detentan el poder, son parte de las tareas pendientes en Venezuela. Así lo considera Grisela Colina, exrectora suplente del Consejo Nacional Electoral (CNE) y fundadora del Observatorio Global de Comunicación y Democracia.

«Luego del 28J hemos visto como el sistema electoral ha venido siendo desmantelado y hoy no tenemos elementos suficientes para poder analizar los resultados que ofrecen con total opacidad los miembros de un CNE que a todas luces está cooptado por el poder», afirma Colina en declaraciones para TalCual.

Explica que si bien los procesos electorales son instrumentos fundamentales para detonar una transición democrática, en Venezuela se «ha demostrado que aún con márgenes de triunfo tan evidentes como el del 28J, no es suficiente hacer elecciones para lograr una transición».

Tras las elecciones presidenciales del 28 de julio y la cuestionada proclamación de Nicolás Maduro por parte del CNE, sin la presentación de los resultados desagregados, la ciudadanía siente que la voluntad expresada en las urnas fue irrespetada y evalúa con cautela cualquier llamado a la participación electoral.

«Los ciudadanos tienen muy claro que si el voto fue vaciado y no elige, cualquier elección termina siendo una farsa, una estafa. La dictadura no contará con nosotros para normalizar su golpe electoral. Maduro perdió el 28J», afirmó el dirigente de La Causa R, Andrés Velásquez, el pasado 13 de junio a propósito de la convocatoria a elecciones municipales para el 27 de julio.

En opinión de Colina, el ejercicio del voto quedó «gravemente herido» con las elecciones presidenciales. «Después del 28J  hubo un hecho claro que afectó la confianza en el voto y que mientras no se resuelva va a ser muy difícil que la gente vuelva a esta ruta», comenta.

Como consecuencia del «desmantelamiento» del organismo electoral, Colina señala que tratar de conocer cómo fue la asignación de curules a la Asamblea Nacional o la adjudicación de cargos en las elecciones regionales obedece a «maniobras políticas» y no a criterios técnicos.

A su juicio, «el voto debe ser un instrumento robusto que represente de forma genuina la voluntad de las y los venezolanos».

El reclamo de transparencia en los resultados del 28 de julio, así como la falta de garantías electorales son precisamente parte de los argumentos dados por la oposición mayoritaria para declinar su participación en las elecciones regionales y, ahora, en las municipales.

El partido Primero Justicia dejó clara su posición en un comunicado publicado el 12 de junio: «Primero Justicia no se niega al voto, lo que rechazamos es la utilización perversa del voto como mecanismo de manipulación y simulación controlada por el régimen. No es abstención lo que planteamos; es defensa activa de la soberanía popular y del voto auténtico, como verdadera herramienta de expresión democrática».

En la misma línea, la Plataforma Unitaria rechazó la vulneración del sufragio como expresión genuina de la soberanía popular, violación que se ha profundizado con las irregularidades denunciadas en los procesos electorales realizados.

«…el proceso del pasado 25 de mayo, caracterizado por una cadena de irregularidades que incluyeron entre otros: una convocatoria extemporánea, inhabilitaciones políticas arbitrarias, el secuestro de las tarjetas electorales de los partidos, la imposibilidad de postular libremente, la falta de publicación detallada de los resultados por mesa, y la inconsistencia en la adjudicación de los escaños parlamentarios nacionales, incluso tomando como referencia los propios resultados anunciados por el CNE».

La decisión de abstenerse, en opinión de Griselda Colina, es una forma «consciente» de la ciudadanía para mostrar con el «no voto» su rechazo a eventos que no cumplen con garantías electorales y a un CNE opaco, cuyas acciones han profundizado «el carácter autoritario y no democrático del grupo en el poder». 

Para Colina, la ciudadanía sigue creyendo en el voto y mantiene vigente su esperanza por la concreción de un cambio, aunque en estos momentos haya decidido no participar.

En este sentido, recuerda que entre 2017 y 2021 la oposición decidió abstenerse como parte de su estrategia. Sin embargo, cuando vio la posibilidad de un espacio para la participación, la gente volvió a ejercer su derecho. 

Colina se refiere concretamente a las elecciones regionales en 2021 donde la oposición obtuvo cuatro gobernaciones (Zulia, Nueva Esparta, Cojedes y Barinas), las primarias opositoras en octubre de 2023 en las que se registró una participación de dos millones y medio de venezolanos y las presidenciales de 2024 en las que -de acuerdo a las actas recogidas por los testigos electorales- la victoria fue de Edmundo González Urrutia con más de 7.303.480 votos.

Curadas / Vía TAL CUAL

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