Despliegue militar estadounidense: posibles escenarios en Venezuela

Una intervención militar terrestre en Venezuela no parece factible, aunque expertos ven otras posibilidades concretas, desde bombardeos contra el narcotráfico a una operación de extracción para sacar a Maduro del país.

La semana pasada, Donald Trump, confirmó que autorizó operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela. El presidente estadounidense dijo estar seguro de que en Caracas «estaban sintiendo la presión». Sin duda era así. El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, respondió con un discurso solemne. Ya no hacía bromas. Hasta anoche. Puede que sus asesores le hubieran advertido que retomara su tono habitual porque podía parecer asustado.

Y es que esa presión, que ha venido en aumento desde el despliegue en agosto de un contingente en el Caribe, ha seguido subiendo. Incluso hoy, con el envío del Portaaviones USS Gerald Ford a la zona, después de anunciar el envío de un destructor y tras el hundimiento de otra lancha acusada de narcotráfico.

«Somos amenazados de palabras diariamente por el imperio estadounidense, diariamente una guerra psicológica», dijo ayer Maduro ya más serio. «Palabras para allá, palabras para acá. Que mueven un barco, que mueven un misil», dijo retransmitido por el canal estatal Venezolana de Televisión. Ante esta situación, el mandatario afirmó que Venezuela permanece con «nervios de acero». Sin embargo, cada vez son más las voces que consideran inminente un ataque estadounidense contra Venezuela.

¿Una operación sólo contra el narcotráfico?

Una analista de defensa que habla con DW bajo condición de anonimato afirma que el despliegue estadounidense en el Caribe es «completamente desproporcionado» si su objetivo son los ataques a las narcolanchas. Más bien es una demostración de fuerza en la que estas funcionan como «advertencias». Ella ve cada vez más señales de un ataque inminente. Y recuerda incursiones aéreas frente a aguas venezolanas producidas recientemente que, más allá de su tono provocativo, suponían también una forma de poner a prueba la capacidad de respuesta de las Fuerzas Armadas Bolivarianas.

Maduro dijo ayer que Venezuela cuenta con más de cinco mil misiles antiaéreos de fabricación rusa Igla-S. «Gracias al presidente Putin, gracias a Rusia, gracias a China y gracias a muchos amigos en el mundo, Venezuela tiene un equipamiento para garantizar la paz», dijo. Esta analista considera, sin embargo, incomparable la potencia de fuego en ambos bandos, aunque descarta una operación terrestre. «No lo veo factible», resume, por el coste y el desgaste que le supondría a Estados Unidos. Pero da por hecho que habrá un ataque, «si no mañana, en cuestión de semanas como mucho».

Otra fuente militar española descarta también la utilización de los bombarderos B-1, que quizá podrían ser únicamente parte de esa «guerra psicológica». «No, empezarían con algún ataque selectivo con un misil desde un buque o desde el aire», explica. Y reduce la posible actividad en tierra a seleccionar objetivos: «La CIA busca inteligencia, qué hacer y qué no hacer, para promover una rebelión interna, que es como trabaja esta agencia», afirma.

China y su influencia en Venezuela

El coronel retirado del Ejército estadounidense Manuel Supervielle recuerda que esos bombarderos B-1 pueden también ser utilizados a larga distancia. «La ventaja de Estados Unidos en un vis a vis con Venezuela es que tiene una tecnología militar muy superior y puede golpear objetivos desde fuera del alcance venezolano», afirma. «El gobierno americano aquí lo que seguro que no va a querer es bajas entre las tropas estadounidenses», añade. Para él no es sólo la cuestión del narcotráfico la que está en juego, sino la hegemonía regional. Y su principal rival emergente es China.

Ayer, Trump señaló también a China por el fentanilo que se distribuye por el Caribe. La periodista venezolana especializada en cuestiones militares Sebastiana Barráez recuerda además que «China está en estos momentos ocupando la gran refinería de Paraguaná, en el Estado Falcón» y que tiene una creciente presencia económica. Tanto en Venezuela como en otros países, entre los que cabe citar a Nicaragua o Cuba, que se verían también golpeados en caso de un cambio de régimen en Venezuela. «Aunque China no se ha manifestado en voz muy alta a favor de Venezuela o en contra de los Estados Unidos, es un elemento que yo creo que desde el principio estuvo en la ecuación», añade.

Posibles ataques selectivos contra objetivos del narcotráfico

Según ella, el objetivo de un hipotético ataque estadounidense contra suelo venezolano podrían ser «laboratorios» o «campamentos guerrilleros» vinculados al narcotráfico. Y cita en concreto la presencia de las colombianas ELN y guerrilla Segunda Marquetalia, disidencia de las FARC, y su conocida vinculación al tráfico de drogas. Eso sería mucho más justificable internacionalmente que cualquier otra «intervención militar».

Y entre las posibles acciones no descarta Barráez también, ya que están señalados de participar en el narcotráfico y se ha ofrecido recompensa por ellos, «que haya alguna operación de extracción de algunos de estos altos funcionarios del régimen». Incluido Maduro, al que Estados Unidos acusa de estar al frente del Cártel de los Soles y por el que también ha ofrecido una cuantiosa recompensa.

Supervielle menciona también la posibilidad de la eliminación selectiva: «Un ataque para matar a ciertas personas y crear una inestabilidad dentro de la cúpula del régimen que pueda permitir o darle la oportunidad a otros grupos, dentro de las propias Fuerzas Armadas de Venezuela de tomar el poder y traspasarlo al gobierno legítimo». Sería una operación más fácil y sin el riesgo de que produzca bajas estadounidenses.

Para Barráez, Estados Unidos ha intentado que «Maduro, que está usurpando el poder desde las elecciones de 2024, abandone el poder por las buenas». Pero ahora, está decidido a intentar también por otros medios restablecer el gobierno legítimo de Edmundo González Urrutia. Los militares, encargados de custodiar los centros de votación y del manejo del material electoral, «son los principales testigos de que Nicolás Maduro no ganó las elecciones», afirma.

¿Puede una rebelión militar desbancar a Maduro?

«El régimen está más débil que nunca», dijo María Corina Machado esta semana en un mensaje de vídeo difundido durante un foro en Barcelona. Ella hubiera sido probablemente la ganadora de las elecciones el año pasado de no haber sido inhabitada. Si bien Donald Trump no lo necesita para llevar a cabo sus políticas, la concesión del Premio Nobel de la Paz a Machado da cierto respaldo internacional a la escalada, según coinciden diversos analistas.

«Yo creo que Estados Unidos ha venido manejando la probabilidad de que algunos oficiales de la Fuerza Armada pudiesen ejecutar una acción interna más de rebelión o de insubordinación ante Nicolás Maduro», explica Barráez. Pero recuerda que Hugo Chávez, para evitar que se repitiera un intento de golpe de Estado como el de 2002, «fracciona el poder de mando» y «distorsiona la estructura piramidal» del Ejército.

Por eso, como dijo un almirante estadounidense, Venezuela tiene más generales que toda la OTAN. Y por eso la Fuerza Armada Venezolana, afectada además por miles de deserciones, es «en estos momentos una organización que no tiene capacidad de respuesta ni para defender, pero tampoco para insubordinarse ante Nicolás Maduro», afirma tajante.

Curadas / Vía DW

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