Este crimen conmocionó al país por la brutalidad con la que fue cometido y por involucrar a la esposa de la víctima y a su amante
El caso de Johanna Hernández y Francisco Silva se refiere al macabro asesinato del profesor Nibaldo Villegas Gutiérrez en Chile en agosto de 2018.
El Macabro Asesinato del Profesor Nibaldo
Los Involucrados
- Víctima: Nibaldo Villegas Gutiérrez, un profesor de 50 años, oriundo de Villa Alemana, Región de Valparaíso.
Autores:
- Johanna del Carmen Hernández Vicuña: Esposa y cónyuge de la víctima, quien planeó el crimen.
- Francisco Leonardo Silva Ales: Amante y cómplice de Johanna, quien ejecutó parte de la acción violenta.
Los Hechos del Crimen
- La Planificación: El Tribunal acreditó que Hernández y Silva se concertaron (acordaron) días antes para dar muerte a Nibaldo.
- Drogado: La noche del 10 de agosto de 2018, Johanna Hernández le suministró a Nibaldo una gran cantidad de clonazepam (un sedante) disuelto en una bebida (generalmente reportado como malta con huevo o un trago), dejándolo en un estado de indefensión.
- Asesinato y Desmembramiento: Una vez que Nibaldo estuvo inconsciente, Francisco Silva ingresó a la casa y cometió el homicidio. Luego, la pareja desmembró el cuerpo del profesor.
- Ocultamiento de Evidencia: Intentaron deshacerse de los restos. Parte del cuerpo lo quemaron en una fogata de gran tamaño y el resto lo arrojaron al mar en bolsas en el sector de Laguna Verde.
- Descubrimiento: El torso del profesor Nibaldo lo encontraron flotando cerca del Muelle Prat de Valparaíso días después, lo que inició la investigación y la posterior detención de la pareja.
El Juicio y las Penas
Ambos fueron declarados culpables, pero sus condenas fueron distintas debido a la relación que tenían con la víctima.
El Tribunal determinó que la planificación y ejecución fue un acto conjunto, pero a Hernández se le aplicó el parricidio por su vínculo matrimonial con la víctima, lo que implica un mayor reproche penal.
El caso tuvo un gran impacto social en Chile, no solo por la crueldad, sino también porque expuso vacíos legales respecto al ultrajes de cadáveres, lo que motivó el impulso de una «Ley Nibaldo» para endurecer las sanciones por este tipo de actos.
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