En el primer día de carnaval, se levantan por las redes los que señalan las conductas de personalidades ligadas al negocio de alimentos y del mundo de espectáculos.
Anoche el cantante puertoriqueño Ricky Martin, se llevó dos orquídeas, plata y oro, por su arrollador éxito en Viña del Mar y sus espontáneas formas de demostrar sentimientos. Mientras que el exitoso empresario de alimentos, Lorenzo Mendoza es acusado de hacer pacto con el régimen de Maduro.
Por un lado, Ricky Martin dejó sellado el gran beso que le estampó al conductor del festival Martín Cármaco, en una jugada graciosa que se le ocurrió para hacer lo que le gusta. Sin embargo, no dejo de aupar al público en lo social para que siga luchando por sus derechos, dijo claramente: “Exijan lo básico, Derechos Humanos. Es lo básico. Exijan lo que merecen. En paz, pero nunca callados».
Entretanto, en Venezuela, Lorenzo Mendoza es acusado por lo que ha hecho y que todos los empresarios tienen por principios, defender y manejar con mano izquierda su fábrica, mucho más en tiempo de crisis.
La intolerancia le juega a la torpeza sus cartas escondidas, el espectáculo del cantante Ricky Martin, debe estar lleno de color y movimientos, reacciones y mucha diversión. Es lo que vende.
En el renglón de mercadeo y específicamente el de alimentos, debe haber abundancia, calidad, buenos precios y tradición. Todo muy parecido a lo que vende el cantante, pero así también lo ejecuta Lorenzo Mendoza a su estilo. De no contener los aditivos expuesto el negocio se cae.
En la red twitter, escriben otras consideraciones:
** Con el acecho de un virus mortal hasta ahora sin contener, un Chavista con posibilidad de presidir el “país más poderoso del mundo”; un Lorenzo Mendoza acusado de pactar con Maduro y un Ricky Martin pidiendo que no se pasen con los que destruyen a Chile…
** La gente se sorprende que Lorenzo Mendoza hizo pacto con Maduro… No me j… La única empresa de alimentos viva actualmente y que hace lo que quiere en el país y todavía lo dudan? Eso lo sabía hace años
** Se oyó a Ricky Martin y se escuchó a la gente. Antes de eso, sólo hubo pésimo sonido, tensión general, censura al monstruo y aplausos grabados. Como en dictadura.
La opinión es libre, el miedo no…
Susana Morffe
@SusanaMorffe
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