Imagina dejar de lado las preocupaciones y el estrés que llevas contigo todos los días. En un baño de sonido, los participantes se relajan mientras son guiados en un maravilloso viaje lleno de una variedad de sonidos diseñados para nutrir el alma y fomentar un nivel más profundo de paz interior.
Escuchar sonidos es una experiencia universal. Durante miles de años, el sonido ha sido un método probado para aumentar la conciencia y mejorar la atención plena, puesto que cuando escuchamos profundamente, podemos experimentar más conexión, compasión y empatía con los demás.
La energía vibratoria del sonido es un punto de entrada a nuestro bienestar, puesto que se ha demostrado que el sonido ayuda a reducir el dolor, aumenta la conectividad neuronal y mejora la calidad de vida, por ello los baños de sonidos son una experiencia pensada para entrar en un estado de relajación profunda muy beneficioso en momentos de estrés o ansiedad.
Sara Auster es terapeuta de sonido y profesora de meditación en Nueva York, donde facilita experiencias inmersivas de baños de sonido con un enfoque holístico. Sus experiencias cuidadosamente diseñadas permiten que el sonido se use como una herramienta para invitar a estados meditativos, cultivar una relajación profunda e inspirar una conexión y un cambio significativos.
Tal y como explica la terapeuta, en un baño de sonido no estás escuchando música en el sentido formal. Los sonidos no incorporan melodía, armonía, ritmo ni arreglos como lo hace la música, sino que al estar menos estructurados nos ayudan a escuchar sin juzgar.
Los baños de sonido eliminan el deseo de reacción y análisis que podrías tener con una canción pop y permiten al oyente profundizar en su propia experiencia.
¿Es meditación?
No es meditación como tradicionalmente se puede pensar, pero la experiencia del baño de sonido puede ser útil para cualquiera que desee acceder a los beneficios de la meditación o un momento de relajación.
En lugar de una práctica meditativa que requiere mantener una posición erguida y un punto de concentración, como recitar un mantra complicado o contar nuestras respiraciones, todo lo que tenemos que hacer durante un baño de sonido es escuchar.
El sonido es efímero, cada sonido en particular solo está sucediendo en ese momento, y por lo tanto, la conciencia de cada sonido nos ayuda a conectar con el momento presente y explorar la atención plena.
Esta experiencia puede ser beneficiosa tanto para principiantes como para meditadores experimentados. En ella, además de gongs de diferentes tamaños, puede haber cuencos tibetanos, o la voz del guía que puede crear una serie de sonidos, con un timbre final que indica el cierre de la sesión.
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