Carta a mí mismo – por Jesús Peñalver
Bueno, yo, que es lo mismo, y, sin embargo, admito que no es fácil hablarte sabiéndome en ti, sobre todo cuando hay actualmente una manía epistolar en el ambiente que me impone la obligación y la certeza de ser honesto conmigo mismo, que es decir contigo, valga la redundancia. Porque, además, el ego nunca es ajeno, siempre es de uno, aún cuando hay quien sostenga lo contrario.