Serenata de Clara Rodríguez a Bolívar y a María Teresa del Toro, por Jeanette Ortega Carvajal
Largos pasillos empedrados, llenos de aroma de hierba fresca y tierra húmeda, se llenaron con pisadas ajenas pertenecientes a personas que nunca, o tal vez en otras épocas, estuvieron allí.