Imagínate un piano. Posiblemente en tu mente está uno de esos hermosos pianos de cola como los que los virtuosos tocan en los conciertos o quizás uno de esos más discretos que se encuentran en los hogares apoyados contra una pared.
¿Alguna vez te haz preguntado por qué el piano tiene esa forma o si sonaría mejor si tuviera otra?
Quizás no, pero el pianista Letón David Klavins, quien sabía la respuesta a la primera pregunta, sí se hizo la segunda.
El resultado fue la creación del piano vertical más grande que jamás se haya construido, pues mide 4,5 metros de altura.
Pero, ¿por qué tan alto?
Para producir el bajo de un acorde -la nota musical más grave tocada- en el piano una cuerda debe…
- estar menos tensionada o
- ser más gruesa o
- ser más larga
El problema es que las dos primeras opciones degradan la calidad del sonido.
Así que lo único que se puede hacer es:
- Arriesgarse a introducir distorsión armónica, usando cuerdas más gruesas y rígidas (que es lo que se hace normalmente) o
- Diseñar un piano tradicional con cuerdas de la longitud ideal, lo que implicaría una cola larguísima o
- Encontrar otra manera de acomodar cuerdas largas, delgadas y flexible.
- Como imaginarás, Klavins escogió esta última opción.
Vibraciones en tu cuerpo
Inspirado, investigó, probó y trabajó años hasta que produjo el piano más alto del mundo, que se levantaba 3,7 metros sobre el suelo. Y luego rompió su propio récord, con el Klavins 450i de 4,5 metros de altura.
«Para tocarlo, el pianista sube por una escalera que típicamente está detrás del piano hasta llegar a una plataforma», le contó Klavins a BBC Outlook.
«Tocarlo es muy especial pues sientes las vibraciones en tu cuerpo; sientes como si estuvieras sentado en el piano, no frente al piano. Es una sensación difícil de describir, como explicarte a qué sabe un champiñón si nunca has probado uno».
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