Te conviene un poco de estrés, pero…
El estrés es una de las principales causas del envejecimiento rápido porque inunda el cuerpo de radicales libres. Ha llegado el momento de bajarse del carro del estrés de una vez para siempre.
Es cierto que el estrés te aporta el empujoncito de adrenalina que necesitas para estar brillante en una reunión de trabajo o para evitar un accidente en la autopista. Pero que el cuerpo se llene de adrenalina, y de su compañera cortisona, de manera habitual, es la forma más sencilla de acelerar el proceso de envejecimiento.
¿Alguna vez te has preguntado por qué le dices «cálmate o te va a dar un infarto» a un colega estresado? Porque las hormona del estrés producen una subida de azúcares y líquidos en la sangre que hace que la tensión arterial suba, uno de los factores de riesgo de las enfermedades del corazón. También es peligroso porque deprime el sistema inmunológico, haciéndote más susceptible a las infecciones y a las enfermedades graves.
Un estudio efectuado sobre personal sanitario halló que los que tenían trabajos más estresantes presentaban una tasa inferior de anticuerpos que los que tenían puestos menos estresantes. ¿Y no has notado que es más fácil que olvides dónde has puesto las llaves o que tienes una cita importante cuando estás sometido a estrés? Las hormonas del estrés activan una enzima en el cerebro que afecta a la memoria a corto plazo. De hecho últimamente se ha descubierto una relación entre el estrés crónico y la enfermedad del Alzhaimer.
¿Conoces esa opresión en el estómago que sientes cuando estás sometido a presión? El estrés también tiene efectos sobre el sistema digestivo; no solo produce un brusco descenso de las secreciones gastrointestinales, sino que el cuerpo también conduce la sangre fuera del sistema digestivo hacia el corazón y los pulmones para permitirte escapar del peligro. Así que además de ser más propenso a tener problemas de estómago, tu cuerpo no tiene la oportunidad de absorber oportunamente los nutrientes de la comida.
Una Buena Idea…
Si te sientes agotado incluso antes de salir por la puerta, estás acabado. Cada frustración que sufras te arrastrará aún más al fondo. Pero comienza el día relajado y verás cómo ni siquiera te importa haber elegido la ventanilla más lenta para sacar tu billete.
Prueba con un poco de meditación. La relajación es una técnica sencilla capaz de reducir la tensión arterial, la respiración y las pulsaciones. Elige una palabra para concentrarte que sugiera paz, algo así como «calma», «relax», «amor». Siéntate en un lugar tranquilo. Cierra los ojos y lentamente relaja los músculos. Respira pausadamente y de manera natural.
Cada vez que expires, repite tu palabra mantra en silencio. Cuando otros pensamientos acudan a tu mente, no les prestes atención y repite tu palabra. Intenta hacer esto todos los días durante quince minutos.

Signos seguros de que estás sufriendo de estrés son estar irritable y de mal humor. Obviamente esta puede ser tu verdadera personalidad, pero es más probable que se trate de estrés si también eres propenso a los dolores de cabeza y al malestar de estómago, si sufres más resfriados de lo normal, te pones a llorar con facilidad, duermes mal, bebes demasiado, comes más de lo normal o has perdido el apetito.
Cuando pensamos en el estrés, tendemos a evocar acontecimientos vitales importantes como un divorcio, perder el trabajo o cambiarse de casa. Pero el estrés suele aparecer de manera continuada y con baja intensidad a raíz de las pequeñas frustraciones con las que nos enfrentamos a diario. Un tren que se retrasa, una rueda pinchada, un cliente enfadado al otro lado del teléfono…
Otra Idea Más…
Una de las maneras más efectivas de combatir el estrés es hacer ejercicio de manera regular.
El estrés puede ser un mensaje del cuerpo advirtiéndote de que debes hacer algunos cambios en tu vida, como cuidarte, conseguir más ayuda o trabajar de manera más inteligente y no más horas. Pero no siempre. A veces es sólo un aviso de que debes cambiar tu perspectiva.

Tienes poco control sobre las frustraciones diarias a las que te enfrentas, pero tienes absoluto control sobre cómo reaccionar ante ellas. La clave está en tomar distancia y darse cuenta de cuándo la situación se te escapa de las manos, y después intentar conseguir que la situación no pueda contigo. Puedes llevarlo al extremo e intentar ver el lado positivo. Que tu tren viene con retraso otra vez, pues piensa que de esa forma tendrás más tiempo para acabar el libro tan interesante que estás leyendo.
Recuerda lo que Charles Pierce, el fundador del movimiento de la filosofía pragmática, dijo: «El gran arma contra el estrés es nuestra capacidad de elegir un pensamiento en lugar de otro».
La Frase:
«No te preocupes por las menudencias. Al fin y al cabo qué es todo sino eso, pura insignificancia».
Richard Carlson
Tomado de: Sally Brown. Vive más y Mejor. Técnicas anti-ageing para conservar la salud y la juventud, de la colección 52 Ideas Brillantes de la Editorial Nowtilus, Madrid 2005.