Conservar tu boca limpia y sana, le aportará a tu salud una seguridad que no habías pensado tener hasta ahora. No todas las estrategias antienvejecimiento requieren un giro de ciento ochenta grados en tu vida.
He aquí una que no cuesta nada y que sólo te llevará dos minutos al día.
¿Con qué frecuencia usas hilo dental para ayudarte a mantener una boca limpia y sana? Es el tipo de cosas que pensamos que hacemos con más asiduidad de la real. He aquí una buena manera de saberlo: Si conservas el mismo hilo dental durante más de un mes es que no lo usas lo suficiente. Sin embargo, hay una razón de peso para convertirlo en una rutina diaria: Te ayudará a vivir más. De hecho, usar hilo dental cada día es una garantía de salud tan eficaz que puede hacerte parecer seis años y medio más joven, en palabras del Dr. Michael Roizen, gurú estadounidense del antienvejecimiento.
Usar hilo dental es fundamental, ya que es el modo más eficaz de mantener a raya enfermedades de las encías, y este tipo de enfermedad, si no se trata, puede llegar a producir inflamaciones de las arterias, uno de los causantes de las cardiopatías.
Las enfermedades de las encías comienzan cuando la placa, que es una mezcla de bacterias, saliva y restos de comida, se deja demasiado tiempo en la superficie de las encías. Si se mantienen durante un día, las bacterias se producen y comienzan a ser tóxicas, infectando las encías. Estas bacterias pueden ser transportadas hasta los pulmones durante la respiración, entrando el la circulación sanguínea y yendo hasta otras partes del cuerpo. Lo anterior desencadena una respuesta inmunológica que ocasiona una inflamación generalizada por todo el cuerpo, incluidas las arterias.
Una Buena Idea…
La mejor manera de usar hilo dental es cortar aproximadamente medio metro y enrollarlo en los dedos corazón de cada mano, sujetándolo entre el pulgar y el índice, dejando de dos a cuatro centímetros entre ellos. Usa los pulgares para limpiar entre los dientes superiores, manteniendo de dos a cuatro centímetros entre los dedos. Usa los dedos índices para llevar el hilo a los dientes inferiores con un movimiento de zigzag. Lleva el hilo hacia el lado y frótalo contra los dientes y hacia las encías. Limpia cada diente con una parte limpia de hilo dental.
Al principio la enfermedad de las encías comienza como lo que se conoce por gingivitis. El principal síntoma es que las encías sangran con facilidad, verás sangre en tu cepillo de dientes o cuando te enjuagas los dientes. Otro síntoma fundamental es el mal aliento que desaparece cuando te cepillas los dientes y reaparece poco después.
La gingivitis se trata con facilidad mediante una buena higiene bucal; si se deja, puede llevar al desarrollo de una periodontitis o enfermedad periodental, por la cual las encías se acortan y las bacterias atacan el hueso que sostiene los dientes. A menos que se trate con antibióticos, los dientes pueden terminar por caerse. Pero ésta es sólo una razón para tomarse muy en serio la periodontitis; también está vinculada con un incremento del riesgo de sufrir un infarto y algunos científicos han descubierto que las bacterias que se forman en la boca pueden llegar a los pulmones, causando enfermedades respiratorias como, por ejemplo, neumonía. Un caso serio de periodontitis puede incrementar los niveles de azúcar en sangre. Además, la enfermedad de las encías es la primera razón de la pérdida de los dientes en adultos y es difícil parecer más joven con una dentadura postiza.
Otra Idea Más…
Fumar es posiblemente una de las principales causas de la enfermedad de las encías. Una razón más para dejarlo. Revisa en Curadas, un interesante artículo sobre cómo dejar de fumar, haciendo clic AQUÍ
A continuación se presentan algunas maneras de prevenir y tratar la enfermedad de las encías:
Utiliza un cepillo de dientes eléctrico dos veces al día
Los cepillos eléctricos son un veinticinco por ciento más eficaces para eliminar la placa bacteriana que los cepillos de dientes convencionales. La manera correcta de cepillarse los dientes consiste en sostener el cepillo de dientes con un ángulo de cuarenta y cinco grados en relación con las encías y mover el cepillo de atrás hacia delante con movimientos cortos. Si no estás seguro de cómo hacerlo, pídele a tu dentista que te enseñe. Recuerda cambiar de cepillo, o su cabeza en el caso de los eléctricos, cada dos o tres meses.
Usa hilo dental una vez al día
Cuando nos cepillamos los dientes tenemos tendencia a cepillar sólo dos partes del diente, la parte de delante y la de atrás. Las bacterias se reproducen entonces en el espacio que queda entre los dientes. De hecho, el noventa por ciento de las enfermedades de las encías son ocasionadas por las bacterias que se alojan precisamente allí. Por ello es fundamental usar hilo dental al menos una vez al día para conseguir que las bacterias desaparezcan y no alcancen el estado de toxicidad. Si estás demasiado cansado para usar hilo dental por la noche, y no tienes tiempo por la mañana, hazlo mientras estás viendo la televisión o mientras esperas en un atasco. La mayoría de los hilos dentales traen instrucciones pero si no estás seguro de cómo usarlo: pregúntale a tu dentista.
Enjuágate la boca con un colutorio dos veces al día
Los colutorios o enjuagues bucales eliminan las bacterias que han quedado tras el cepillado, pero no uses uno que contenga alcohol ya que secará tu boca y hará que aparezcan incluso más bacterias.
Visita a tu dentista regularmente
Debes visitar al dentista al menos cada seis meses o incluso con más frecuencia si te diagnostican enfermedad en las encías. Un dentista eliminará por completo la placa bacteriana de las encías y los dientes; pero no te preocupes, no te dolerá.
La Frase:
«Lo primero que hago al levantarme es cepillarme los dientes y afilar mi lengua».
Tomado de: «Tu escudo protector» por: Sally Brown. En: Vive más y Mejor. Técnicas anti-ageing para conservar la salud y la juventud, para la colección 52 Ideas Brillantes de la Editorial Nowtilus, Madrid 2005.