Venezuela: Rumbo a la recuperación del Esequibo, 2da. Fase (14ta. entrega)

(Continuación)

El marco de reflexión, análisis y actitud del Estado venezolano en su espíritu de lucha por los medios más expeditos para el logro de la reivindicación del espacio geográfico integral esequibense, resalta en esencia la significación que tuvo esta Nación ante el imperialismo en 1.897, quienes la subestimaron, manipularon y descalificaron, fundamentándose en que:

  1. El Tratado de Washington de 1897 impuso al Laudo Arbitral de París como premisa fundamental, determinar el “uti possidetis juris” de Guayana cuando pasó de los holandeses a los británicos en 1.814, es decir, cuatro años después de la declaración de la independencia de la República Bolivariana de Venezuela, en lugar de iniciar el estudio desde que España descubrió la Guayana y la ocupó en forma inmediata. 
  2. Tampoco consideró los principios del Derecho que los holandeses e ingleses sí le reconocieron a propósito de la controversia tanto a España como a Venezuela; sin embargo, el Derecho Internacional que existía al momento en que se produjo el Tratado de Washington de 1.897, a propósito del arbitraje, es el que se le desconoció a Venezuela en la disputa que condujo al Laudo de París.

Desde el principio, la posición de Gran Bretaña fue un tanto intransigente, luego de manifestar que de la línea trazada unilateralmente por Schomburgk hacia el este no sería objeto de discusión, y ese era precisamente el territorio en reclamación por parte de Venezuela, lo que advierte:

  1. Que Gran Bretaña estuvo interesada sin menoscabo de sus intenciones de expansión imperialista, conferirse la legitimidad jurídica del espacio geográfico integral venezolano en el territorio Esequibo.
  2. No tenía intenciones de proceder a las revisiones necesarias para la negociación.
  3. Su actitud vehemente la llevó a subestimar a la Nación venezolana, irrespetar al gobierno, así como a su independencia, soberanía e integridad territorial.
  4. La apertura indecente de su política en absoluta y total complicidad con las poblaciones de la colonia guayanesa y empresas particulares, obsesionadas en obtener las riquezas que escondía el territorio venezolano en el Esequibo.
  5. Gran Bretaña estableció sus objetivos claramente como lo demostraron los hechos en el Laudo Arbitral de París, que dispuso de mecanismos para influir y cercar el proceso de toma de decisiones a su favor al negociar con los Estados Unidos.

El Edecán del Libertador Presidente Simón Bolívar, Daniel Florencio O´Leary, como súbdito de Inglaterra, envió carta al Gobernador de la Guayana Británica Henry Light el 4 de Agosto de 1.841, explicando la importancia que revestía Punta Barima para Gran Bretaña, precisamente cuando Schomburgk elaboró el segundo mapa, en el que abarcaba 141.930 Kms2 del territorio venezolano al oeste del río Esequibo; esta actuación carente de valores, lesiona no solo la memoria del Padre de la Patria como jefe inmediato, sino también la salvaguarda de la integridad territorial de los venezolanos. En ese entonces, éste Edecán se desempeñaba como Cónsul de Inglaterra en Venezuela.

De dicha carta, se redacta a continuación un extracto dirigido del Edecán del Libertador, Daniel Florencio O´leary al Gobernador de la Guayana Británica, Henry Light, el 04 de agosto de 1841, la cual dice lo siguiente:

     “Respecto de la importancia de este territorio es incuestionable y no puede haber la menor duda. Quizás no haya en el continente sudamericano una posición más valiosa, sea desde el punto de vista militar, político o comercial, que el Barima.

     Domina la Boca principal del Orinoco y en consecuencia el comercio del noble río y sus grandes tributarios el Apure y el Meta que unen el occidente de la República y las provincias orientales de Nueva Granada. En un período futuro, los poseedores de la Guayana que bordea el Orinoco dominarán a toda Venezuela y ejercerán una gran influencia en Nueva Granada, pero a su vez ellos, vendrán a estar controlados por cualquier potencia marítima que esté en posesión de Punta Barima.

     Gran Bretaña que ya es señora de Trinidad y Guayana Británica, parece que necesita del Barima para completar sus posesiones en esta parte del mundo.

     Pero no hemos de suponer que Venezuela no estima debidamente la importancia del Barima. Ellos saben muy bien su valor, no solo respecto de su utilidad como posición militar, sino en relación con la general y permanente influencia que probablemente va a ejercer en adelante”.     

La situación de Venezuela ante Gran Bretaña para la época del despojo, se encontraba inestable y envuelta en varios factores a considerar:

  • Desestabilización política con el avance de la revolución del General Cipriano Castro hacia Caracas, obligando a abandonar con antelación al Presidente de ese entonces, General Ignacio Andrade.
  • Enfrentamientos internos entre las clases sociales por erradicar las desigualdades de la población, como herencia de la dominación española, prolongada hasta la muerte del General Gómez.
  • Situación económica precaria, que buscó de otras naciones del continente indemnizar el apoyo recibido durante la época de la independencia.
  • El poder militar venezolano estaba compuesto por 4.000 hombres y dos veleros con 3 cañones cada uno. En cambio, Inglaterra tenía 700.000 hombres, 32 acorazados, 118 torpederos y 186 cruceros (Torrealba, 2003, p.99)

La historia ha exaltado la obcecada actitud de Gran Bretaña en atender los intereses imperialistas del siglo XIX y, la centricidad del razonamiento por despojarle el espacio geográfico integral a Venezuela en el Esequibo; sin embargo, hay hechos que inequívocamente señalan que también Estados Unidos con su intervención tuvo responsabilidades ineludibles en esta controversia, por cuanto su actuación consciente en cada uno de los hechos, lesionó sensiblemente los intereses del Estado venezolano, dado que:

  1. En 1.897 la Corte Suprema de los Estados Unidos de América (Juez Fuller) estuvo en pleno conocimiento y además manifestó su preocupación, que Venezuela no estuviese representada por venezolanos, mientras que Gran Bretaña tenía dos jueces; sin embargo, esta condición fue aceptada por esa nación a propósito de la controversia territorial hasta la culminación del Laudo Arbitral de París (acto consciente sobre la existencia de un hecho excluido de la lógica racional que fría e irresponsablemente perjudicó la integridad territorial de la nación venezolana).
  2. Estados Unidos decidió que en tal caso el Juez Fuller desapareciese, no sería Venezuela sino la Corte Suprema de los Estados Unidos quien designaría al juez suplente (esta decisión fue específica, exclusiva y unilateral que no dio espacio de actuación para Venezuela siquiera en un plano secundario y, de responsabilidad absoluta sobre Estados Unidos, quien presumió y desempeñó la ostentación del poder cercenando cualquier posibilidad participativa de la Nación venezolana). 
  3. No se aprecia que hubo interés real de Estados Unidos en hacerle justicia a Venezuela. El Secretario de Estado norteamericano, Richard Olney explicaba en carta confidencial, – hoy encontrada – “…que su intervención en la cuestión guayanesa era para hacer valer la Doctrina Monroe y preparar la intervención norteamericana en el Caribe (utilización de Venezuela como instrumento de alcance de los objetivos a los intereses de Estados Unidos y no, de las legítimas aspiraciones venezolanas cuya actuación fue prevista en un escenario premeditado con alevosía vs. la buena fe en creer que se realizaría el laudo obedeciendo a la verticalidad sustentada en principios y valores de la alianza que enmarcaba la Doctrina Monroe). 
  4. Venezuela fue marginada, y presionada por Estados Unidos para defender los intereses venezolanos, sin estar al tanto la nación afectada de las cláusulas del instrumento para la negociación (subestimación e irrespeto de la independencia, soberanía e integridad territorial del pueblo y su gobierno).
  5. Estableció conjuntamente con Gran Bretaña las bases del Tratado de Arbitraje, que posteriormente y con explicaciones muy diferentes a su verdadera intención, fueron transmitidas al ministro venezolano Andrade (manipulación y engaño parcializado de Estados Unidos sobre los verdaderos propósitos establecidos en el Tratado).
  6. El Premier en Gran Bretaña y Secretario de Relaciones Exteriores Joseph Chamberlain, expresó que ese tratado era un instrumento que Venezuela no debía firmar, sin embargo, Estados Unidos presionó y condicionó a Venezuela para su aceptación (reafirmación contundente de los intereses norteamericanos en utilizar a Venezuela para sus propósitos)
  7. No priorizó garantizarle a Venezuela los derechos que le correspondía para con la controversia territorial, hecho que fue demostrado con los resultados técnicamente unilaterales del Laudo Arbitral de París, posteriormente con el memorando de Severo Mallet Prevost y con la carta dirigida por el ex secretario de Estados Unidos al Presidente Cleveland (corroboró su actitud e intereses prioritarios en utilizar a Venezuela ante la potencia europea aun cuando el principio que dispensa la conciencia humana, se exteriorizó varios años después al entender que no se atendió la razón verdadera y única por la que se firmó el Tratado de Washington de 1.897).
  8. Al justificar la votación de los abogados estadounidenses (defensores de Venezuela) sólo se limitó a decir que estos habían sido «presionados por Gran Bretaña a su favor» La decisión arbitral  fue unánime en contra de Venezuela: 5 a 0 (esta actuación es totalmente injustificable cuando Estados Unidos expresó que esta decisión fue tomada bajo presión de Gran Bretaña, enfrentando la razón superlativa centrada en intereses de cada nación participante en contra de la razón lógica por la conducta asumida y decisión tomada).
  9. Estados Unidos presionó a Venezuela para que aceptara la cláusula de prescripción, cuya regla en el Tratado de Arbitraje facultaba al Tribunal para reconocer derechos por la simple ocupación del territorio durante un plazo de 50 años (la ocupación unilateral, improcedente y carente de valores equilibrados que definen el destino de la población y el espacio geográfico integral dentro del comportamiento de la razón que se ciñe al Derecho, prevaleció y se aceptó por Estados Unidos, anunciando con antelación el preludio de la nefasta decisión que le despojaría el Esequibo a los venezolanos).
  10. La doctrina internacional sobre prescripción que el Secretario de Estado de USA había defendido, originó el rechazo de Venezuela, puesto que era un desatino que afectaba los intereses de la Patria, en cuanto su independencia, soberanía e integridad territorial que en esencia, es la violación pragmática de la Constitución

La actuación del Estado venezolano fue mutilada ante la aceptación forzosa de la supuesta interacción objetiva que se realizaría entre Gran Bretaña y Estados Unidos; esto supone un distanciamiento crítico de la racionalidad inactiva e instrumental, que puede repercutir negativamente sobre Guyana y favorecer a esta Nación, siempre y cuando el manejo se haga real y ecuánime ante la comunidad internacional, al conceder la posible apertura de una ventana que le permita a los venezolanos demostrar, que la reivindicación del espacio geográfico integral esequibense es un derecho legítimo y probo de esta Patria.

 

 

José Chachati Ata

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