La cura del envejecimiento: senescencia, NAD+ y células madre

A medida que las células acusan el transcurso de los años el organismo sufre el efecto de enfermedades

Pero la ciencia no se queda de brazos cruzados: busca enfrentar el fenómeno experimentando con asombrosas técnicas.

La cura del envejecimiento es posible

Lo cierto es que la mayoría do le da realmente importancia a la salud hasta que la pierde.

Una consecuencia de vivir más que nunca es que pasamos más y más tiempo enfermos.

Envejecer significa pasar más tiempo con dolor. Por eso se aguarda a que la comunidad médica cambie la optimización de la esperanza de vida por la optimización de la esperanza de salud.

Se trata del tiempo de la vida en que no tenemos enfermedades. Para eso hay que enfrentar la raíz de los males del cuerpo: el propio envejecimiento.

La ciencia que estudia el envejecimiento ha realizado avances durante los últimos años.

Revisemos tres ejemplos beneficiosos.

La cura del envejecimiento: Senescencia

El primero es la senescencia celular.

Las células tienen fecha de caducidad,. Cuando se dividen copian sus cromosomas. Pierden en ese proceso un poco de ADN.

Las consecuencias serían catastróficas sin los telómeros, unos largos segmentos de ADN que actúan como los herretes de los cordones, pero que se encogen con cada división celular.

Cuando los telómeros desaparecen con las divisiones, las células se vuelven como zombis. Son, entonces, células senescentes.

Las células senescentes no mueren, se quedan por ahí. Son más dañinas mientras más hay. Afectan los tejidos.

Se asocian a muchas enfermedades como la diabetes y el fallo renal.

¿Y si se las desaparece?

Se han modificado ratones genéticamente para que puedan destruir las células senescentes. Los ratones viejos sin células senescentes son más activos. Con corazones y riñones funcionando mejor. Menos propensos al cáncer.

En general, vivían un 30 % más que los ratones medios y gozaban de mejor salud.

Como no podemos modificar genéticamente todas las células del cuerpo humano, debemos encontrar una forma de deshacernos de ellas.

La pregunta es cómo matarlas sin dañar las células sanas.

La mayoría de las células dañadas se suicidan de manera programada pero las senescentes no. La explicación es que dejan de producir una proteína que les indica cuando morir.

En 2016 se inyectó la proteína a los ratones. Mató al 80 % de las células senescentes. Y la salud de los roedores mejoró.

Tras este descubrimiento, diferentes empresas se dedicaron a experimentar con células senescentes, proyectando ensayos en humanos.

La cura del envejecimiento: NAD+

Luego, tenemos el NAD+.

Las células se integran de cientos de millones de elementos, estructuras, mensajes y catalizadores. Es necesario destruir, limpiar y regenerar estos elementos.

A medida en que se envejece el proceso pierde eficacia y los elementos se arrugan, se eliminan más lentamente o dejan de producirse en las cantidades necesarias.

Uno de esos elementos es el NAD+.

El NAD+ es una coenzima que manda a las células que se cuiden.

A los 50 años de edad solo tenemos la mitad de las que teníamos a los 20. Sus bajos niveles se vinculan con enfermedades tales como cáncer de piel, Alzheimer, cardiopatías y esclerosis múltiple.

El NAD+ no puede entrar en las células ni tomarse en pastillas. Pero se ha descubierto que otras sustancias sí logran ingresar y convertirse en NAD+.

Así lo demostraron ensayos en ratones con la multiplicación de las células de la piel, el cerebro y los músculos.

La NASA se interesó en estas investigaciones, pendiente de reducir los daños en el ADN de los astronautas.

EL NAD+ podría convertirse en la primera píldora antienvejecimiento para humanos.

La cura del envejecimiento: Células madre

Para completar, encontramos a las células madre.

Las células madre son como planos ubicados en varias partes del cuerpo. Las células madre se copian a sí mismas para producir células jóvenes.

A medida que se envejece decaen. Eso trae como consecuencia que los cuerpos se dañen.

Los científicos tomaron células madre del cerebro de bebés de ratones y las inyectaron en roedores de mediana edad.

Fueron aplicadas específicamente en el hipotálamo, en el cerebro. Las células madre revitalizaron a las células viejas, segregando micro ARN para regular su metabolismo.

Meses después, el cerebro y los músculos de los ratones de prueba funcionaban mejor que ejemplares no tratados, viviendo un 10 % más.

Además, al inyectarse las células madre en el corazón de los ratones mejoró su función cardíaca en 20 % más.

Concluimos que para curar el envejecimiento se cuenta con diversas opciones: eliminar las células senescentes, regular el metabolismo de otras células con medicación y la dotación de células madres.

La gran incógnita es que los estudios, como dijimos, se han desarrollado solo con ratones. No se sabe lo que ocurriría en humanos mientras se persigue el aumento de la esperanza de salud.

Si las investigaciones prosperan se podría disfrutar del proceso de hacerse mayor sin dolor.

Tomado de En Pocas Palabras Kurzgesagt, MIT Technology Rewiev, Wikipedia.

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