La mayoría no asocia ese concepto médico con una anomalía corriente generadora de incomodidad. Veamos, en todo caso, las consecuencias de la alteración.
Reflujo gastroesofágico.
Es un término que suena enredado pero que define una situación muy común tanto entre niños como adultos.
Se refiere al paso del contenido del estomago hacia el esófago.
En condiciones normales, el denominado esfínter esofágico debe evitar ese tránsito del contenido gástrico o intestinal.
Pero el reflujo gastroesofágico se manifiesta porque tal barrera muscular se altera o relaja inadecuadamente, ocurriendo, entonces, el paso del alimento.
Esto irrita la mucosa y produce diferentes síntomas y hasta complicaciones que requieren de diagnóstico y tratamiento.
Revisemos, para empezar, cuáles son los síntomas del reflujo gastroesofágico.
Reflujo gastroesofágico: Síntomas
Lo primero que mencionaremos es el ardor o quemazón que asciende desde el estómago a la garganta. Los especialistas le dicen pirosis.
Se asocia a la presencia de alimentos ácidos o amargos desde el estómago a la boca.
Por lo general, empeora tras las comidas, sobre todo cuando hablamos de alimentos que favorecen la relajación del mencionado esfínter.
En muchos casos también hay incidencia del fenómeno durante el descanso nocturno o cuando se flexiona el tronco.
En algunos casos las manifestaciones predominantes son de carácter respiratorio.
Se produce afonía o carraspera, por irritación de la laringe ante el ácido refluido.
Incluso, podría haber asma o dificultad respiratoria tras la aspiración del ácido.
Reflujo gastroesofágico: Causas
En el reflujo gastroesofágico contribuyen factores dietéticos o formas de vida.
Algunos de los productos alimenticios que coadyuvan a tal fenómeno son el chocolate, la pimienta o especias, la menta, las grasas y el café.
Igualmente, las bebidas alcohólicas y el tabaco producen relajación del esfínter esofágico inferior.
También debe mencionarse una hernia de hiato como elemento que ocasiona dicha situación.
Por otra parte, todo aquello que suponga un aumento de la presión intraabdominal genera el reflujo.
Aquí citaremos la obesidad, el embarazo y determinados tipos de ejercicio físico.
Dependiendo de la severidad del reflujo se presentan complicaciones en las personas.
Reflujo gastroesofágico: Complicaciones
La más común es la esofagitis: la inflamación de la mucosa del esófago expuesta al ácido.
Tiene diferentes grados. La más grave es cuando acarrea úlceras y sangramientos.
Asimismo, puede presentarse un cambio de la mucosa normal esofágica, la cual es sustituida por una mucosa más similar a la del estómago o a la del intestino delgado.
A eso se le llama «esófago de Barrett» y constituye un factor de riesgo para desarrollar cáncer.
Diagnóstico
Para diagnosticar el reflujo gastroesofágico hay, por supuesto, que estudiar los síntomas.
Se deben conocer la existencia o no de reflujos, de complicaciones derivadas del reflujo, y descartar otras lesiones que se parecen.
Son varias las pruebas diagnósticas con las cuales cuenta el médico.
La gastroscopia permite determinar si hay esofagitis y su severidad. Además, descartar otras enfermedades que puedan simular un reflujo.
También tenemos la manometría esofágica que, a través de una sonda, mide los movimientos del escófago cuando el paciente ingiere líquidos.
Igualmente, el facultativo dispone de las radiografías por contraste, Se administra un líquido que puede verse por rayos X, analizando el paso de esófago a estómago.
Finalmente, la pHmetría de 24 horas. Precisa, mediante una sonda, el pH existente en el esófago y estómago conociendo cuándo ocurren episodios de reflujo.
Tratamientos
Veamos ahora los tratamientos que demanda el reflujo gastroesofágico.
Los casos leves solo exigen controlar los síntomas. Su duración será pertinente con las molestias que sufra la persona.
Los graves, por su parte, necesitan de tratamiento de mantenimiento.
El tratamiento farmacológico tiene que ver con los síntomas, frecuencia y severidad.
A veces solo se precisa tomar antiácidos. En otras ocasiones se debe bloquear la secreción ácida.
Si se advierten síntomas de regurgitación, lo indicado son medicamentos procinéticos, los cuales mejoran el tránsito intestinal.
Cuando la situación esa largo plazo se cuenta con la alternativa quirúrgica, específicamente, la funduplicatura.
Esta urge la mayor parte de las veces de laparoscopia o invasión mínima.
Tomado de Facultad de Medicina UNAM, Clínica Universidad de Navarra, Mayo Clinic.
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