Distorsiones cognitivas | Cuando el razonamiento es erróneo

La personalización, el pensamiento polarizado, la visión catastrófica y la inferencia arbitraria son algunas manifestaciones de las distorsiones cognitivas

Las distorsiones cognitivas: cuando el razonamiento es erróneo.

Nos conducen a conclusiones irracionales.

Estos desaciertos generan casi siempre una emocionalidad negativa, que consecuentemente nos inducen a comportarnos de un modo poco sano, útil o adaptativo.

De ahí la importancia de conocerlas y aprender a identificarlas.

Personalización

Comenzamos con la personalización, un estilo de pensamiento que consiste en la percepción equivocada de que todos los problemas son por la propia responsabilidad.

De este modo nos sentimos responsables de todo lo que sucede o bien sentimos que las acciones de los demás van siempre dirigidas contra nosotros.

Son típicos de la personalización pensamientos como «soy responsable de su felicidad», «lo hizo para molestarme» o «todo esto que pasa es por mi culpa».

las distorsiones cognitivas

Debería…

Seguimos con «debería».

Se trata de un hábito que nos lleva a mantener reglas muy exigentes sobre cómo tienen que ser las cosas o las personas que nos rodean.

Es esta una distorsión que está detrás de un buen número de patologías y disfunciones emocionales, y que genera un comportamiento excesivamente rígido.

Frases como «deberías trabajar más», «tengo que ser más simpático» o «tengo que ser el mejor en mi trabajo» son típicas de este estilo de pensamiento.

Pensamiento polarizado

El pensamiento polarizado se caracteriza por una tendencia a evaluar los acontecimientos de forma extrema, sin tener en cuenta los aspectos intermedios.

Las cosas se valoran como buenas o malas, blancas o negras, olvidando los matices y generando por tanto una emocionalidad también extrema.

Pensamientos del tipo «solamente me pasan cosas malas» o «nunca me sucede nada bueno» son habituals en este tipo de razonamiento distorsionado.

las distorsiones cognitivas

Distorsiones cognitivas: Etiquetaje

Continuamos nuestro recorrido con el etiquetaje, una distorsión que consiste en poner un nombre general o etiqueta a nosotros mismos, a los acontecimientos o a los demás.

Cuando etiquetamos globalizamos de manera general todos los aspectos de una persona o evento bajo el prisma del ser, reduciéndolo a un solo elemento.

Esto produce una visión del mundo y de las personas estereotipada e inflexible.

«Soy un vago e incompetente» es una frase que sirve de ejemplo.

Distorsiones cognitivas: Generalización

La generalización, por su parte, es un estilo de pensamiento que nos lleva a extraer una conclusión general de un solo hecho particular, sin que exista una base suficiente.

Es habitual la consideración de que algo negativo volverá a ocurrir polr el simple hecho de que ya una vez sucedió.

Es común el uso de expresiones del tipo «todo», «nadie», «nunca», «siempre», «todos», «ninguno», generando con ello una emocionalidad extrema.

las distorsiones cognitivas

Distorsiones cognitivas: Visión catastrófica

Una forma de distorsión muy vinculada con la anticipación negativa del futuro sin que exista una base racional que lo justifique.

Es común imaginar el peor resultado posible ante cualquier evento o circunstancia potencialmente negativa.

Expresiones del tipo «seguro que me ocurre a mí» y «seguro que de esta ya no salgo» son habituales de esta clase de pensamiento.

Falacia de cambio

La falacia de cambio supone la creencia de que el bienestar de uno mismo depende de manera exclusiva del cambio que se produzca en los demás o en las circunstancias que nos rodean.

La persona suele creer que para cubrir sus necesidades son los otros quienes tienen que cambiar primero su conducta.

O bien consideran que un cambio en su contexto vital les dará la felicidad que ahora no tienen, resistiéndose de este modo a su propio cambio.

«Si me voy a otra ciudad todo irá mucho mejor» es una frase tipo.

las distorsiones cognitivas

Inferencia arbitraria

Continuamos con la inferencia arbitraria.

Esta distorsión del pensamiento lleva al sujeto a una conclusión determinada sin que existan datos objetivos que la apoyen.

La persona en cuestión no utiliza las evidencias disponibles, sino que salta rápidamente a interpretar la situación de una manera determinada.

Toma como base sus propias creencias, expectativas o vivencias previas.

La expresión «no me han elegido porque les caigo mal», por ejemplo, es propia de la inferencia arbitraria.

Razonamiento emocional

Seguimos con el razonamiento emocional, un estilo de pensamiento que nos lleva a la falsa creencia de que todo aquello que sentimos es cierto siempre.

De este modo las emociones sentidas se toman como un hecho objetivo y no como derivadas de la interpretación personal de lo ocurrido.

Son habituales las frases del tipo «si me siento tonto soy tonto», «si me siento mal es porque algo malo ocurrió» o «siento que mi jefe tiene algo contra mí».

Filtraje o abstracción selectiva

Finalizamos nuestro recorrido con el filtraje o abstracción selectiva.

Es una distorsión que nos lleva a seleccionar o filtrar únicamente los aspectos negativos de una cuestión y a verlos como si fuera la única posibilidad.

Aunque pueda ser evidente que un a determinada situación tenga aspectos positivos, la persona que filtra no será nunca paz de verlos.

Se trata de una distorsión muy presente en la emocionalidad patológica.

«En mi trabajo no hay más que incompetentes» es una frase característica del filtraje o abstracción selectiva.

Tomado de Psicopedia, ABC.

También puede interesarte: La depresión más grave: la severa | Aprende a identificarla (+Video).

¿Qué opinas?