Pobres capitanes… Están perdiendo la guerra y la patria por Ángel Alberto Bellorín

A propósito de las reuniones del «muy bajo mando militar» con los Capitanes y la sutil «orden sugerencia» de rebuscarse para sobrevivir, estoy releyendo mi viejo libro «Estampa de Capitán» publicado en la década de 1930 por el oficial Español Jorge Vigón.

Ese texto me acompañó en toda mi carrera militar y era una verdadera guía para el comando y para portar con prestancia ese importante grado… CAPITÁN. Con base en él, estoy preparando un escrito para esos capitanes de hoy.

Mientras tanto, a los interesados les recomiendo leer esta carta que publique hace poco y que a nadie llegó:

EL SALARIO: GÉNESIS Y FUNDAMENTO DE LA SEGURIDAD SOCIAL DE LA FAN. Por Angel Alberto Bellorin

Saludos cordiales mi Vicealmirante Rafael Huizi Clavier.

Si dicho comunicado es publicado y, como es habitual, no es atendido o escuchada por las autoridades, quedará escrito y registrado que se intentó en forma pública. En particular tengo años escribiendo esta premisa constitucional que no ha tenido eco ni repercusión a pesar de lo obvio.

Me permito escribirle estas líneas para solicitarle respetuosamente analizar mi humilde opinión aquí expresada en considerar profundizar un comunicado que trate la esencia del problema económico que nos afecta a los integrantes de la Fuerza Armada y que considero no se ha manejado en su verdadero contexto.

Debo comenzar por recordar que el artículo 328 Constituciónal en su último párrafo establece una seguridad social propia para la Fuerzas Armadas que se regirá por su ley orgánica. Esto no está previsto de igual manera en ninguna de las demás instituciónes de la República.

Por tal razón, es elemental considerar que los sueldos y salarios del personal militar son la primera y más importante base de esa «Seguridad Social Propia» a la que se pretende otorgar protección por el mandato citado.

Por muchas razones, que no voy a detallar en esta corta opinión pero su equipo de expertos pudieran ampliar, el bienestar y seguridad de los integrantes de una Fuerza Armada seria e institucional, no puede depender de ese tal sistema patria que mete a todos en un mismo saco.

Es inconstitucional que la parte del presupuesto que rige los salarios del personal militar, pueda ser establecido, o modificado a priori por algún funcionario ajeno a la institución. Hacerlo viola ese mandato.

Mi propuesta se sustenta en un silogismo básico que por obvio y sencillo, no ha sido desarrollado por ninguna de las leyes de seguridad social de las FAN conocidas hasta ahora.

En ellas jamás se ha legislado en forma directa y específica sobre un tema vital como lo es el origen y mantenimiento de sueldos y salarios de los militares, un asunto que por su importancia suprema debería tener un capítulo inicial de protección legal en nuestra normativa orgánica.

El hecho de la específica y contundente protección constitucional a la Seguridad Social de la Fuerza Armada ordenada en el texto del Artículo 328 de la Constitución de 1999 tiene todo un sustento filosófico y económico necesario que se debe defender ante el avance del igualitareje.

La profesión militar, sin menospreciar las otras, pero comparándolas objetivamente en actividades y beneficios, tiene características que difícilmente se encuentran en otras profesiones, siendo la más evidente que, graduarse de oficial, implica el inicio en una actividad profesional que no puede desarrollarse en el “libre ejercicio” ni en ninguna empresa privada, es decir, se tiene un único empleador, el estado representado por la Fuerza Armada Nacional.

Una de las características fundamentales del desempeño profesional militar, es el estar al servicio las 24 horas del día y muchas situaciones adversas que se magnífica cuando por ley es pasado al retiro.

Dentro de esas tantas situaciones adversas, la más dañina es aquella que ha inculcado en el imaginario colectivo la errada creencia de que en Venezuela “los militares gozan de muchos privilegios”. Dicha percepción se sostiene en el tiempo por intereses diversos pero inmorales, al no ser refutada en su justa medida por las autoridades obligadas a hacerlo y autorizadas para representarnos ante el país.

Dicha percepción es a veces manipulada por casos excepcionales y ocasionales de uso arbitrario y amoral de privilegios, conductas no apropiadas o grosera exhibición de riquezas logradas legítima o ilegítimamente, por minorías militares, que en su totalidad no representan ni el 1% de este sector, pero que rápidamente son llevadas al plano mediático y explotados en detrimento de la verdad, la razón, y de una inmensa mayoría cuyas voces son legalmente silenciada

Por circunstancias varias, como las antes señalada el citado mandato constitucional ha sido evadido y en forma contraria, tanto el salario como todas las demás instituciones de la seguridad social que existían, han sido destruidas.

La Asociación Civil que usted preside, tiene la obligación de ser portavoz de los compañeros militares activos obligados a callar. Los integrantes de la Fuerza Armada debemos manifestar por todos los medios posibles la indiscutible premisa que son dichos sueldos y salarios la base fundamental de la seguridad social futura para los hoy activos y presente para los jubilados.

En los sueldos y salarios está el origen de dicha seguridad social que se debe proteger cumpliendo ese mandato de una Constitución violada en la mayoría de sus disposiciones.

Sin importar lo que ocurra, sobran los argumentos justificativos de seguridad y defensa para indicar por que esos sueldos no deben manejarse en el paquete presupuestario que inventó el gobierno ni manejados arbitrariamente por la tristemente célebre oficina de otro ministerio ajeno a la Fuerza Armada conocida con las siglas ONAPRE.

Los demás aspectos de operacionalización de las FAN pudieran no tener la prioridad constitucional que emana del mandato citado respecto a la Seguridad y Bienestar y sería tema de otro escrito.

Eso es lo que ordena la Constitución vigente y considero que es momento de utilizarlo y hacerlo público con necesaria contundencia.

Caracas 07de Enero del 2023

En ella está bien claro y explicado un mandato constitucional, racional y legítimo de los aspectos relacionados al carácter profesional de la institución armada y los mandatos necesarios para que esa pretendida profesionalidad sea tal, guste o no le guste a Maduro, los hermanitos diabólicos y tanto anti militar suelto. Cumplirlo es una obligación de esos generales ya que las armas de la República no pueden estar bajo la custodia de indigentes, mercenarios ni personas sin probada capacidad profesional y moral.

Cuando en un futuro que espero no tan lejano se recupere la extraviada racionalidad y se retome la moralidad republicana, necesariamente deberá surgir un «Nuremberg» tropical que podrá determinar la inmensa cantidad de militares y civiles responsables por acción cómplice u omisión interesada, que el comunismo hubiese cumplido en forma precisa el plan para la destrucción de la Fuerza Armada Nacional y con ello de toda una nación. Para eso escribo .

Caracas 13 de marzo del año 2023
Ángel Alberto Bellorín
Coronel del Ejército, Abogado, Doctor en Derecho Constitucional

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Para los interesados el documento original y otros pueden leerse en la siguiente dirección:

El Blog del coronel Bellorín

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2 comentarios en «Pobres capitanes… Están perdiendo la guerra y la patria por Ángel Alberto Bellorín»

  1. Ningún otro sector del país es tan co-responsable por lo que han hecho con el país y su gente, pero como pasó lo que estaba anunciado ahora sí chillan, le pega en el estómago, y como no hay cargos ni enchufes para todos, de otra manera estarían calladitos sin importar el resto de los venezolanos. Ahora les toca buscar marañas, bueno con un uniforme y legal es más fácil.

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