Título original: ¡QUE VAINA ES ESTA! Una reflexión del 2010 sobre el ser militar. Por Ángel Alberto Bellorín
PRIMERA ENTREGA
PRÓLOGO NECESARIO DE ACTUALIZACIÓN
Este es un escrito de origen académico elaborado por mi persona el 4 de Marzo del 2010 como reflexión necesaria de la cátedra de seguridad y defensa en el curso de Estado Mayor Conjunto que como docente titular impartía en ese momento a alumnos entonces oficiales superiores de los cuatro componentes. Para esta fecha algunos de sus nombres he visto con el grado de general..
El días jueves, 11 de agosto de 2011 luego de mucha polémica a lo interno de la FAN, que incluyó comentarios del propio Hugo Chávez , decidí hacerlo público en mi blog y allí está desde esa fecha.
Para esta fecha de actualización 4 de Marzo del 2025 a 15 años de su elaboración y después de múltiples eventos que implican a militares retirados pero que se repiten desde sus inmutables causas, considero conveniente su nueva publicación con las siguientes consideraciones.
EN TIEMPO DE PAZ LAS FUERZAS ARMADAS NO PUEDEN SER DESTRUIDAS DESDE AFUERA. SÓLO ES POSIBLE DESDE ADENTRO
Eventos recientes como las justificaciones oficiales para el incumplimiento del mandato de homologación de las jubilaciones de los retirados con los ingresos reales de los militares activos, tienen sus similares en estas reflexiones del año 2010. Muchos de los responsables que allí señalo, hoy son víctimas de aquellas sus propias decisiones.

Es absurdo tratar de justificar que el bono de corresponsabilidad se otorga a los militares activos porque cumplen «cargos de responsabilidad» y por tal razón no corresponde a los retirados que por su situación y condición no ocupan algún cargo, al ser así no son corresponsables de nada.
Es un argumento falaz para los que no conocen sobre el espíritu, propósito y razón de las normas constitucionales y legales involucradas; ni de la naturaleza jurídica de la fuerza Armada. Un argumento aceptado y repetido desde la ignorancia y la manipulación.
Es una demostración de la repetida e histórica falta de visión institucional o de «desinterés inducido» de aquellos militares que llegan al poder. Es también una nefasta señal para que todo militar activo se prepare para resolver las carencias económicas futuras como retirado. ¡ Sálvese quien pueda!
Como puede observarse mas adelante, en el escrito del 2010 ¿Que vaina es esta? , desde el propio poder del alto mando militar, en épocas anteriores se tomaron acciones que actualmente se repiten.( Ejemplo el cambio de bono recreacional por bono vacacional)
Se inventan nuevas falacias para negar la homologación y desvirtuar así, desde la propia cúpula militar los mandatos legales precisos como en este caso actual el previsto en el artículo 39 de la actual ley de seguridad social de las Fan vigente desde diciembre del 2015. Los engaños son más notorios y viajan rápidos por las redes. Los buenos bachilleres no van a querer ser militares y la pretendida profesión desaparece.
¿Será que no se nota el suicidio de la FAN?
SI OBEDEZCO VOY PRESO.. SI NO OBEDEZCO VOY PRESO MAS RAPIDO. UN DILEMA QUE A NADIE INTERESA
De igual forma eventos noticiosos sobre el pasado desempeño de militares activos en el cumplimiento de ordenes como el caso que el domingo 2 de marzo del 2025 fue noticia y tendencia en las redes.
Ellas refieren a la aprehensión del Teniente Coronel en retiro Quero Silva, detenido en Estados Unidos por violación de derechos humanos.
Las verdaderas causas de situaciones similares están reflejados en las reflexiones de este escrito que los expertos en fuente militar y muchos militarologos del país, jamás han revisado desde las verdaderas motivaciones de la situación, para generar un debate serio sobre esa causalidad.
No entro en detalles particulares del caso del Tcnel. Quero ya que no lo conozco; como tampoco conozco el número cierto de oficiales militares presos en Venezuela por negarse a cumplir ordenes arbitrarias. Conozco varios casos particulares pero también aseguro que jamás ninguno fue noticia ni tendencia en el momento que se negaron como ha sido el de este caso.
La mayoría de esos presos y expulsados de la institución, para la prensa y la sociedad no existen, los buenos son desconocidos y los malos se hacen famosos.
Algunos, técnicamente buenos tienen «suerte» de hacerse famoso después de ser asesinados como es el caso del Teniente Ojeda en Chile.
Sus mensajes y videos fueron escuchados y repetidos por cierto tiempo sin que los analistas involucrados revisen y hagan suyos la esencia de los mismos. A un año de su muerte ya no interesan.
¡ELIMINAR LA FUERZA ARMADA?
Aunque estoy consciente que la afirmación anterior sigue en boca de muchos voceros con cierta capacidad de generar información y opinión, me permito afirmarle que en Venezuela ya no existe una verdadera Fuerza Armada.
Hoy, al sentir cerca de su nuca el resoplido del fétido aliento de guerra, vemos como Europa acelera sus actuaciones para reorganizar y fortalecer sus Fuerzas Armadas.
Por el lado contrario veo con tristeza y pesimismo nuestra realidad con un gobierno ilegítimo y usurpador del poder coqueteando a la guerra por el Esequibo que dejó olvidado y que pretende recuperar llevando al matadero una organización mal uniformada, mal armada, analfabeta en su estructura, desmoralizada en su voluntad , sin un verdadero liderazgo desde la necesaria autorictas, y para colmo de males, sazonada por el desprecio de una sociedad que siempre la ignoro y nunca la atendió en su esencia; pero que ahora la rechaza.
Esos despojos son lo que queda de aquella verdadera Fuerza Armada, tan capacitada para la guerra que sin lugar a duda puedo afirmar que en el año 1999, para cumplir el mandato constitucional , en menos de una semana hubiera restablecido nuestra frontera oriental al margen del rio ESEQUIBO.
Espero que quien se atreva a leer este escrito logre verificar en él la esencia referida y hacer las analogías necesarias para entender la causalidad a mi parecer no atendida pero siempre denunciada.
¡QUE VAINA ES ESTA! Por Ángel Alberto Bellorín Caracas 4 de Marzo del 2010.
Con esta “vernácula” expresión de alarma y rechazo, a portada completa y a lo “mero macho”, hace algunos años un conocido diario vespertino de circulación nacional manifestó exageradamente el malestar de su dueño y editor ante el anuncio de un «pírrico aumento de sueldo» de los militares, haciendo noticia negativa el hecho de una legítima reivindicación deficiente y tardía hacia un gremio amordazado e indefenso a los ataques mediáticos y a las manipulación política.
Este abuso a la libertad de expresión por parte de pequeños grupos que se creen únicos dueños de ese derecho, no es de ahora, ni puede considerarse aislado, ya que forma parte de permanentes y continuas acciones y afirmaciones noticiosas que es conducta común de cierto sector de la sociedad venezolana, con un contradictorio y hasta enfermizo sentimiento anti militar.
Es tan absurda la patología, que los lleva al extremo de utilizar como sinónimos los términos militarismo y autoritarismo, desechando innumerables estudios científicos que catalogan a éste último como una desviación propia del ejercicio de la autoridad en cualquier ámbito y nivel de las relaciones humanas.
Una evidente patología que los embrutece para no aceptar que son muchos los ejemplos históricos de personajes no militares de profesión, símbolos mundiales y locales del autoritarismo y despotismo. Demasiados ejemplos de ciudadanos civiles por naturaleza, una vez en el poder (muchos de ellos analfabetas funcionales), se otorgan grados militares y obligan a sus subordinados a llamarlos por esos grados.
Puedo afirmar sin ninguna duda, que existe más autoritarismo en muchos otros ciudadanos, y sobre todo en estos personajes, que en los verdaderos profesionales militares, que por supuesto, por ahora en escasas excepciones, no escapan de caer en las tentaciones que llevan a este síndrome.
Para explicar este fenómeno de rechazo a lo militar, se tendría que considerar necesariamente profundas variables de carácter histórico, social y hasta del psicoanálisis que, de una u otra forma pudieran dar luces sobre su injustificable y discriminatoria actuación desde el resentimiento y la frustración.
Invito a los lectores a revisar los antecedentes de muchos de esos actores, y se llevarán grandes sorpresas que harán más comprensible el origen de un odio visceral e incontrolable a los militares.
Por ejemplo, el citado editor, con amplios antecedentes de actuación en actividades subversivas en las décadas de los 60 y 70, fue derrotado por verdaderos y profesionales militares venezolanos que hicieron su trabajo y lo llevaron preso a una cárcel bajo custodia militar.
No es de extrañar, como en muchos otros personajes, que en su juventud hubiese intentado, sin lograrlo, ser oficial de la FAN. Y frustraciones como esas pueden generar en esos jóvenes actitudes inconscientes que la razón no puede explicar y que lo obligan a atacar al sector militar, disfrazando a veces su verdadero problema con la aparente motivación política, también injusta e inmoral como la enfermedad que oculta llevan en sus corroídas almas.
En tiempos pretéritos como actuales, cuando han surgido estos ataques, generalmente no han existido las justas, oportunas y contundentes respuestas por parte de las autoridades de turno, únicas autorizadas para poder declarar, contradecir y desmentir tales afirmaciones.
Sin embargo, el mito de la “no beligerancia” como excusa, y en la mayoría de los casos ignorancia, incompetencia u otras prioridades de dichas autoridades, hacen injustamente válida aquella premisa de que “el que calla, otorga”.
Dentro de tantas situaciones adversas, la más dañina es aquella que ha inculcado en el imaginario colectivo la errada creencia de que en Venezuela “los militares gozan de muchos privilegios”.
Dicha percepción se sostiene en el tiempo por intereses diversos pero inmorales, al no ser refutada en su justa medida, siendo a veces reforzada por casos excepcionales y ocasionales de uso arbitrario y amoral de privilegios, conductas no apropiadas o grosera exhibición de riquezas logradas legítima o ilegítimamente por minorías militares, que en su totalidad no representan ni el 1% de este sector, pero que rápidamente son llevadas al plano mediático y explotados en detrimento de la verdad, la razón, y de una inmensa mayoría cuyas voces son legalmente silenciadas.
Paralelamente a la situación anterior, es común escuchar a diferentes personas utilizar los calificativos despectivos de “tenientico”, “capitancito”, “coronelito”, o “militarcito”, etc.
Esto no se ve en otras profesiones en las que no se utilizan los diminutivos de “ingenierito”, “mediquito”, etc, como forma de atacar a esos respectivos gremios o demostrar su malestar por la conducta errada de algunos de sus profesionales.
Todavía recuerdo las cantidades de veces que al presentarme como oficial y decir mi grado, surgían en el interlocutor de turno expresiones como “¿Y que más eres?” o “¡Yo soy amigo de…! ¡Yo soy familia de…!” siempre referido a algún militar superior en grado.
En estos casos, generalmente aprecié subestimación a la profesión y solapada amenaza. Aunque contradictoriamente se podía palpar en muchas personas su interés por “llegarle” a los jefes de turno para adular al poder ocasional que representan y tratar de obtener provecho personal. Eso no ha cambiado
CONTINUARA EN SEGUNDA ENTREGA…
Caracas, 4 de marzo de 2025

Coronel Ángel Alberto Bellorín
Abogado Magna Cumlaude
Doctor en Ciencias Jurídicas mención
Derecho Constitucional
Profesor con categoría de Titular
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De cuales FFAA (Para que vaya enterándose, es en plural y asi esta en la CRBV qué se redacto en destructor decla nacion), y de cuales FFAA si eso dejo de ser una institución para convertirse en el brazo armado del narcotrafico de los jerarcas del regimen y de un grupo armado que protege a los enemigos históricos de la Democracia y de la nacion