Caminata digestiva: por qué es bueno caminar después de comer

Adiós hinchazón: descubre el poder de una simple caminata digestiva para aliviar los gases

Los únicos paseos que te harán mucho bien a pesar de estar llenos de peos

Aprende por qué caminar te puede ayudar bastante con la hinchazón de panza

Caminata digestiva: por qué es bueno caminar después de comer

Todos hemos estado ahí: después de una comida deliciosa (quizás un poco abundante) o simplemente por esas cosas de la vida, sientes que tu abdomen se infla como un globo.

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Esa sensación incómoda de tener gases atrapados puede arruinarte el día.

En la cultura popular de internet, especialmente en países de habla inglesa, a esa necesidad imperiosa de moverse para sentirse mejor le han puesto un nombre muy directo: «fart walk».

Pero más allá del nombre gracioso, existe una razón real y sencilla por la que caminar para aliviar gases es una estrategia tan efectiva. Vamos a llamarlo «El Paseo Desinflamatorio».

¿Qué es exactamente una caminata digestiva?

El concepto es simple, casi obvio una vez que lo piensas. El Paseo Desinflamatorio es, ni más ni menos, salir a caminar específicamente con la intención de ayudar a tu sistema digestivo a procesar las cosas y, sí, a liberar esos gases incómodos que te hacen sentir hinchado y pesado.

No se trata de una caminata deportiva intensa, sino de un movimiento suave y constante. La expresión original en inglés, «fart walk», es brutalmente honesta sobre el resultado esperado, y quizás por eso se ha vuelto tan popular: pone nombre a algo que mucha gente hace instintivamente.

¿Por qué caminar ayuda a tu barriga?

La relación entre el movimiento y la digestión es bastante directa. Cuando caminas, tu cuerpo está activo. Este movimiento físico estimula los músculos de tu tracto digestivo, algo conocido como peristaltismo.

Piensa en ello como un suave masaje interno que ayuda a mover todo lo que hay dentro: la comida digerida y, crucialmente, el gas que se ha acumulado.

La gravedad también juega a tu favor. Estar en posición vertical y en movimiento facilita que el gas se desplace y encuentre una salida natural. Sentarse o recostarse puede hacer que el gas se «estanque», aumentando la presión y la incomodidad.

El simple acto de dar El Paseo Desinflamatorio ayuda a que esos bolsillos de gas se muevan a lo largo de tus intestinos hasta que puedan ser expulsados.

Es un método natural, sin necesidad de pastillas ni remedios complicados. Tu propio cuerpo, con un poquito de ayuda del movimiento, hace el trabajo.

¿Por qué ahora hablamos tanto de esto?

Aunque la práctica de caminar después de comer (o cuando te sientes hinchado) no es nueva en absoluto, el hecho de que un término como «fart walk» gane popularidad dice mucho de nuestra época. Las redes sociales han creado espacios donde la gente se siente más cómoda compartiendo experiencias personales, incluso las que antes podrían considerarse un poco «embarrassing».

Hablar abiertamente de funciones corporales naturales, añadirles un toque de humor y normalizarlas es parte de esta tendencia.

Así, un consejo casero de la abuela ahora se convierte en un fenómeno viral con un nombre pegadizo. Nos damos cuenta de que no somos los únicos que sentimos esa hinchazón y buscamos alivio.

Los claros beneficios de la caminata digestiva

Los beneficios son evidentes y muy apreciados por quien los necesita. El principal es el alivio de la incomodidad. Caminar ayuda a reducir esa sensación de presión, hinchazón e incluso el dolor leve causado por los gases atrapados.

Al liberar el gas, te sientes más ligero, menos distendido y generalmente más cómodo. Es una solución simple, accesible y que, además, suma pasos a tu actividad diaria, lo cual siempre es positivo para la salud general.

No requiere equipo especial ni un lugar específico; puedes hacerlo alrededor de tu casa, en el parque, o en la calle.

El paseo desinflamatorio, caminata digestiva o o «fart walk», que es algo así como «caminata de peos», es una estrategia práctica y eficaz para combatir la hinchazón y los gases.

Es un recordatorio de que a veces, las soluciones más simples y naturales son las mejores.

La próxima vez que sientas que tu barriga te pide auxilio, considera darle un paseo.

Tu sistema digestivo (y tu comodidad) te lo agradecerán.

La caminata digestiva es beneficiosa precisamente por cómo funciona nuestro sistema digestivo y cómo el movimiento lo afecta

La explicación se basa en varios puntos clave:

Estimulación de la Peristalsis

Nuestro intestino tiene músculos que se contraen y relajan en un movimiento ondulatorio llamado peristalsis.

Este movimiento es el que empuja la comida digerida (y también los gases) a lo largo del tracto digestivo.

Cuando caminamos, la actividad física ayuda a estimular estos músculos, haciendo que las contracciones sean más eficientes. Es como darle un empujoncito a todo para que se mueva.

Ayuda al movimiento de gases intestinales

Los gases se acumulan en diferentes partes del intestino.

Estar sentado o quieto puede hacer que el gas se «estanque» o quede atrapado en curvas o pliegues del intestino.

El movimiento de caminar físicamente ayuda a «agitar» un poco las cosas por dentro y permite que esas burbujas de gas se desplacen más fácilmente a lo largo del intestino, facilitando su eventual liberación.

Asistencia de la gravedad

Estar en posición vertical y en movimiento aprovecha la gravedad para ayudar al gas a ascender y moverse hacia el exterior.

Es más fácil que el gas escape cuando estás erguido y activo que cuando estás acostado o sentado.

Mejora la circulación

Caminar aumenta el flujo sanguíneo general en el cuerpo, incluyendo hacia los órganos digestivos. Una mejor circulación puede apoyar la función digestiva en general.

El beneficio principal de caminar para aliviar gases es que el simple movimiento ayuda activamente a tu intestino a hacer su trabajo de mover los contenidos y, crucialmente, a desplazar y liberar el gas atrapado.

Esto reduce la hinchazón, la presión y la incomodidad abdominal. Es una forma natural y mecánica de darle una mano a tu digestión.

Cómo hacer una caminata digestiva

Hacer una caminata digestiva o «fart walk» es realmente sencillo.

No tiene reglas estrictas, pero aquí tienes algunos consejos que te pueden servir como guía.

Elige el momento adecuado

El mejor momento es cuando empiezas a sentir esa hinchazón o incomodidad por gases, a menudo después de una comida. Esto especialmente si fue grande o de alimentos que te suelen dar gases.

Importante: no esperes a sentirte mal o con inflamación.

No es un ejercicio cardiovascular intenso

El objetivo es el movimiento.

Camina a un paso moderado, cómodo para ti. Debes poder mantener una conversación sin esforzarte o respirar con dificultad. Piensa en un paseo relajado, no en una marcha atlética.

Duración suficiente: entre 10 y 20 minutos

Unos 10 a 20 minutos suelen ser suficientes para que el movimiento empiece a hacer efecto en tu sistema digestivo.

Si te sientes mejor antes, puedes parar. Si te apetece seguir caminando, ¡adelante!

Mantente vertical

Asegúrate de caminar con la espalda razonablemente recta (sin rigidez) para permitir que la gravedad ayude.

Relájate (Si Puedes)

Aunque la incomodidad puede estresar, intenta relajar tu abdomen si es posible. La tensión puede, a veces, empeorar las cosas.

Dónde caminar

Donde te resulte más cómodo y práctico: alrededor de tu casa si tienes espacio, en el jardín, por tu calle, en un parque cercano, o incluso en una cinta de caminar a baja velocidad. Lo importante es moverte.

Permite que suceda

Sé consciente de que el objetivo es liberar gases. No intentes reprimirlos si sientes la necesidad durante el paseo. ¡Ese es el propósito!

Por eso, quizá te hará bien hacerlo en soledad.

O al menos guardar cierta distancia si tienes compañía. A todos nos da pena tanto el sonido como el olor de los gases intestinales.

Entonces quizá es mejor hacer caminatas solitarias para poder eructar y tirar peos sin preocupación por los sonidos y los olores.

A cuántos minutos después de comer es recomendable comenzar la caminata

No hay una regla estricta y rápida para esto, ya que depende de qué tan grande fue la comida y cómo te sientes.

Sin embargo, como dijimos antes, una pauta general y práctica sería esperar entre 20 y 30 minutos después de terminar de comer antes de comenzar El Paseo Desinflamatorio.

Por qué esperar un poco

Tampoco es ideal arrancar justo después de comer.

Es bueno permitir la digestión inicial pues justo después de comer el estómago está comenzando el proceso de descomponer la comida.

Esperar un corto tiempo permite que este proceso inicial se ponga en marcha antes de introducir movimiento.

Identifica la incomodidad

A veces, la sensación de hinchazón y gases no aparece inmediatamente, sino un rato después de comer.

Esperar un poco te permite saber si realmente necesitas el paseo para aliviar gases en ese momento.

Si la comida fue muy pesada, quizás quieras esperar un poco más, tal vez 45-60 minutos, simplemente para no sentirte incómodo con el estómago muy lleno al caminar.

Pero si la sensación de gases es casi inmediata o la comida no fue tan abundante, 20-30 minutos suele ser un buen punto de partida.

Recuerda que es un paseo gentil, no un ejercicio intenso.

Por lo que el riesgo de interferir negativamente con la digestión es menor que si salieras a correr inmediatamente.

Lo más importante es escuchar a tu cuerpo y salir a caminar cuando empieces a sentir la incomodidad de los gases.

Adiós gases y distensión abdominal

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