Los casos en serie de Kitakyūshū, como los nombró la prensa, fueron tan atroces que la mayoría de los medios japoneses no estuvieron dispuestos a informar los detalles
El caso de Futoshi Matsunaga es uno de los expedientes criminales más notorios y perturbadores en la historia reciente de Japón. Matsunaga, junto con su cómplice, Junko Ogata, fue responsable de una serie de secuestros, extorsiones, torturas y asesinatos que se prolongaron durante varios años en la prefectura de Fukuoka.
Los Crímenes de Kitakyushu
Los crímenes, conocidos como los Asesinatos de Secuestro y Confinamiento de Kitakyushu, se cometieron entre 1996 y 1998, aunque la manipulación y el control de las víctimas comenzó mucho antes.
Futoshi Matsunaga y Junko Ogata
- Futoshi Matsunaga (Nacido en 1961): Era el autor intelectual, principal torturador y manipulador. Utilizó el miedo, el chantaje y la violencia extrema para dominar a sus víctimas y a su cómplice, Junko Ogata.
- Junko Ogata (Nacida en 1962): Cómplice y víctima de Matsunaga. Ogata era la novia de Matsunaga y también sufrió su abuso. Fue coaccionada y manipulada para participar activamente en las torturas y los asesinatos.
El Modus Operandi
El método de Matsunaga fue de una depravación psicológica extrema:
- Manipulación Psicológica: Matsunaga utilizaba el chantaje (a menudo mediante vídeos de humillación) y la violencia para controlar no solo a las víctimas, sino también a sus familiares.
- Secuestro y Confinamiento: Secuestró a miembros de varias familias y los mantuvo cautivos en un apartamento, a menudo utilizando cables eléctricos para administrar descargas eléctricas dolorosas como método de castigo.
- Aislamiento y Conflicto: Forzó a las víctimas a torturarse y agredirse mutuamente (a menudo miembros de la misma familia). Esto rompió su voluntad y su capacidad para cooperar o rebelarse.
- Asesinatos y Desaparición de Cuerpos: Matsunaga orquestó los asesinatos de al menos siete personas. Por eso, lo más notorio es que obligó a algunos miembros de la familia a desmembrar y deshacerse de los cuerpos de sus propios parientes. Los cuerpos nunca fueron recuperados, ya que fueron disueltos, arrojados al mar o eliminados de otras formas.
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