Isabel Allende, la reconocida escritora chilena, aspira a que la Venezuela que la recibió cuando ella huyó de la dictadura de Augusto Pinochet “vuelva a ser el país que fue”.
La autora de La casa de los espíritus, tal vez la más exitosa de sus novelas, confesó que mira “con terror y con una pena infinita” la situación que están viviendo los más de cinco millones de venezolanos que han tenido que migrar y dejar “un país excepcional”.
“En los años setenta, cuando llegué a Venezuela como refugiada huyendo de la dictadura de Pinochet en Chile, ya habían llegado miles y miles de inmigrantes del Cono Sur que buscaban asilo y de otras partes del mundo que buscaban oportunidades en una Venezuela que ofrecía mucho. Y ese país los recibió con los brazos abiertos”, dijo Allende al periódico caraqueño El Nacional.
“Ahora les toca a ustedes irse y en muchas partes no son recibidos como ustedes recibieron a personas de otros países. Vivimos una época en la que hay un sentimiento global antinmigrantes. Me da una pena tremenda con los venezolanos. Solo espero que esto termine, que puedan volver a su país y que Venezuela comience a levantarse”, agregó.
La escritora, que este lunes está cumpliendo 79 años, y que acaba de lanzar un nuevo libro, Mujeres del alma mía, rechazó la forma en la que el actual Gobierno de su país, que encabeza Sebastián Piñera, está tratando a los migrantes venezolanos.
“Yo estoy completamente en contra del gobierno que tenemos en este momento en Chile, un gobierno de ultraderecha que tiene una popularidad mínima y que ha cometido muchos errores en muchos aspectos”, dijo.
“Sueño y rezo porque Venezuela vuelva a ser el país que fue. Porque no tenga que haber millones de venezolanos tratando de echar raíces en otras partes”, añadió.
Por su propia experiencia y como voluntaria de organizaciones humanitarias, Allende señaló que hay que establecer diferencias entre migrantes y refugiados.
“El migrante es una persona que toma la decisión de irse. Generalmente personas jóvenes que se van con la idea de echar raíces en otro lugar, es gente mirando siempre hacia adelante. El refugiado lo único que quiere es regresar. Mira siempre hacia atrás, vive del recuerdo, de la nostalgia”, apuntó.
“Cuando llegué a Venezuela como refugiada, me demoré cuatro o cinco años en finalmente entender y decir: ‘Por ahora, este es mi país’. Siempre estaba con la maleta hecha, lista para volver cuando hubiera democracia en Chile. Y cuando la hubo ya estaba instalada en Estados Unidos, trayendo a mis hijos. Habían pasado 17 años”, reflexionó.
“Si no vuelves pronto, ya no vuelves, porque pasan los años, lo hijos crecen en otras partes, y regresas a un país donde ya no tienes hueco. Tengo amigos venezolanos que adoro, de mi edad, que nunca van a volver, lo perdieron todo, y sus hijos y nietos ya no están en el país”, aseguró.
Deportaciones sumarias
El dirigente opositor venezolano Julio Borges, comisionado para asuntos exteriores del gobierno interino de Juan Guaidó, pidió al Gobierno de Chile que detenga la deportación de migrantes venezolanos.
“El Gobierno de Chile debe detener estas prácticas, pues los venezolanos son refugiados que huyen, exponiendo su vida, de un régimen que ha socavado las libertades y las condiciones para una vida digna”, escribió Borges el viernes pasado en su cuenta de Twitter.
La ONG Human Rights Watch (HRW) publicó el miércoles de la semana pasada un informe en el que reiteró que las decisiones que están tomando las autoridades chilenas contra migrantes venezolanos “se tomaron sin medir el impacto en derechos humanos”.
HRW pidió al Gobierno chileno que ponga fin “a las deportaciones sumarias de venezolanos” y que asegure “que todas las expulsiones cumplan con el derecho internacional de los derechos humanos”.
En el documento, la organización señaló una serie de graves violaciones a los derechos fundamentales de migrantes venezolanos expulsados. Entre ellos, impedimentos para acceder a llamadas telefónicas y a abogados, deportaciones sumarias los fines de semana (cuando las cortes de apelación están cerradas) y separación de familias.
Redacción Curadas.com
Siempre hay gobiernos de derecha que cometen errores y luego es tarde para enmendarlos.