Controversia sobre la leche: ¿alimento saludable o veneno en potencia?

En la última década, se ha presentado una intensa controversia sobre la leche. Algunos opinan que la leche es un alimento necesario y nutritivo para la salud de los huesos, mientras que otros dicen que puede provocar cáncer y una muerte prematura.

El siguiente contenido aclara bastante la controversia sobre la leche, y nos da a conocer las propiedades, beneficios y virtudes del alimento primordial en la infancia del ser humano

La leche es la base de la dieta de todos los mamíferos después del nacimiento, cuando el sistema digestivo es inmaduro; y básicamente, es un alimento energético que ayuda a nuestros cuerpos durante la temporada inicial. La leche es rica en grasas, vitaminas y minerales; y hasta tiene su propio azúcar, la lactosa

Por encima de todo eso, durante una temporada, después del nacimiento, también contiene anticuerpos y proteínas que nos protegen de las infecciones y regula nuestro sistema inmunitario. Pero a las madres les cuesta mucho esfuerzo producirla. Con el tiempo, los humanos dejan de beber la leche materna, y siguen la dieta de sus padres.

controversia sobre la leche
A los niños no les importa la controversia sobre la leche. Nacemos con la facultad de digerirla fácilmente y aprovechamos sus nutrientes para el crecimiento a temprana edad.

Así sucedió durante miles de años, hasta hace unos 11000, cuando nuestros ancestros se asentaron en las primeras comunidades agrícolas. Pronto domesticaron los primeros animales productores de leche: cabras, ovejas y vacas; se dieron cuenta de que estos animales podían comer hierbajos inútiles y abundantes y convertirlos en comida nutritiva y sabrosa, algo que suponía una enorme diferencia en términos de supervivencia, especialmente en las épocas difíciles.

Los grupos que dispusieron de leche tuvieron una ventaja evolutiva, y a través de la selección natural, los genes de las comunidades que consumían mucha, cambiaron. Ésta adaptación tiene que ver con una enzima especializada: la lactasa

Los bebés tienen mucha lactasa en su sistema, de modo que pueden descomponer la lactosa -el azúcar de la leche- y digerirla fácilmente. Pero a medida que nos hacemos mayores, nuestro cuerpo produce menos lactasa. Alrededor del 65% de la población mundial carece de la enzima después de la infancia; lo que implica, una incapacidad de ingerir más de unos 150 ml. al día.

Está intolerancia a la lactosa no se distribuye uniformemente en el mundo. En el este de Asia, en algunas comunidades, llega al 90%; en el Norte de Europa y en Norteamérica, las tasas son las más bajas del planeta. Esta distribución irregular seguramente viene motivada por lo siguiente: el rasgo apareció, en primer lugar, por una mutación aleatoria que se produjo en varias poblaciones independientes entre sí.

El hecho de que cada vez más se establecieran granjas para sustituir la caza y la recolección, creó presión de selección natural. Quienes podían digerir la lactosa, disponían de más alimentos a mano, lo cual era una ventaja. La migración de los productores de leche al Norte, difundió este rasgo, lo que seguramente también supuso un retroceso para quienes no lo tenían.

La controversia sobre la leche generalmente se extiende a sus productos derivados

Bien, pero si durante miles de años la leche ha sido una valiosa parte de nuestra dieta, ¿por qué hay tanta controversia ahora?

Hay muchas afirmaciones sobre los efectos positivos y negativos de la leche; los negativos son muy variados: desde fragilidad ósea a cáncer y enfermedades vasculares, intolerancias y alergias. ¿En qué se basan? En algunos estudios antigüos, que concluían que había una conexión entre la leche y un mayor riesgo de cáncer de pecho, colon y próstata; pero el metaanálisis no ha descubierto ningún impacto en el riesgo de cáncer. Por el contrario, el calcio de la leche podría incluso proteger frente al cáncer de colon. Aunque también podría ser cosa del calcio en general.

No está claro que la leche participe en este efecto; sólo algunos estudios sobre el cáncer de próstata, muestran un incremento del riesgo, para quienes consumen más de 1,25 litros de leche al día. Aunque, nuevamente, la asociación es inconsistente, y otros estudios no han encontrado ningún efecto. La investigación parece demostrar que beber entre 100 y 250 ml de leche al día, no aumenta el riesgo de cáncer.

De forma similar, el metaanálisis no ha podido demostrar que la leche y los lácteos influyan en el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes vasculares cerebrales o mortalidad total. Algunos estudios incluso sugieren que la hipertensión podría ser menos frecuente entre quiénes toman muchos lácteos, aunque no hay pruebas suficientes para afirmarlo con rotundidad.

Los bebés no participan de la controversia sobre la leche. Ellos la beben y crecen…

La cosa se complica más, al fijarnos en los huesos

Varios estudios no han encontrado ningún efecto para los adultos, ni positivo ni negativo. Sin embargo, lo que más preocupa, es la existencia de cantidades nocivas de pesticidas, antibióticos u hormonas. En la leche hay hormonas, pero en una concentración muy baja; por ejemplo, para conseguir la cantidad de hormonas que hay en “la píldora”, sería necesario beber alrededor de 5000 litros de leche, y si alguien lo hiciera, el sistema digestivo destruiría la mayoría, antes de que apareciera algún efecto. Por eso se recubren muchas medicinas, para protegerlas de la digestión.

En lo que se refiere a los pesticidas y antibióticos, en la mayor parte del mundo la legislación sólo permite cantidades absolutamente inofensivas. No se permite que la leche que supera esos límites termine en las tiendas; por eso no hay nada específico de qué preocuparse. Además de las alergias y las intolerancias a la lactosa, los efectos negativos de la leche más conocidos, probablemente sean el acné y un malestar general después de ingerir leche o lácteos. Y ahí sí que los efectos son muy reales; por ejemplo, se ha descubierto que la leche desnatada aumenta estadísticamente la tasa de acné un 24%; las alergias frente a los lácteos predominan especialmente entre los niños. En Alemania sufren, uno de cada 18; sin embargo, y en términos generales, dichas alergias tienden a mejorar o desaparecer al crecer.

Entonces, tras la controversia sobre la leche… ¿es saludable o no?

La leche, ya sea materna, de vaca, oveja, cabra o camello, es un alimento lleno de nutrientes; contiene todos los macronutrientes necesarios y muchos micronutrientes. Particularmente de las zonas donde cuesta mucho conseguir calorías suficientes, la leche puede ayudar a llevar una vida sana y disminuir la mortalidad infantil.

En general, para los habitantes del mundo desarrollado, la leche no es dañina si uno no es alérgico o intolerante. Especialmente para los niños, es una buena forma de obtener mucho calcio; y para los vegetarianos constituye una gran fuente de vitamina B12 y demás vitaminas B en general. Esto no significa que no haya otras alternativas que tengan el mismo efecto.

No necesitas beber leche para estar sano

Definitivamente no es un sustituto del agua. La leche es un potente alimento, y las calorías adicionales por beber mucha, habitualmente pueden contribuir al sobrepeso. Especialmente las leches con sabores o chocolates, se parecen más a una limonada, por ejemplo, que a un refrigerio saludable. Además, hay que considerar algo más: la producción de leche tiene un importante impacto en el clima global. Cerca del 33% de las tierras de cultivo, se emplean en alimentar ganado, incluido el destinado a leche. Aunque su huella de carbono ha disminuido desde 1990, aún es responsable del 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero; incluso más que todos los aviones combinados.

La leche es una enorme industria y lamentablemente, la mayoría se produce en explotaciones ganaderas donde los animales sufren mucho. Se preña a las vacas una y otra vez; se las separa de las crías poco después del nacimiento; y cuando sus torturados cuerpos ya no producen más, se les sacrifica.

No podemos ignorar que mucha de la leche que consumimos proviene de una industria que básicamente tortura y contribuye al cambio climático.

¿Y qué pasa con la leche vegetal?

En términos de proteínas y valor nutricional, sólo la leche de soja es comparable a la de vaca; a las demás, hay que enriquecerlas artificialmente, para alcanzar niveles similares de vitaminas y calcio. Y así, sí pueden ser una alternativa a la leche.

Puede que pronto tengamos otra opción

Algunos emprendedores están creando leches no animales, que nutricionalmente son idénticas a la leche. Por ejemplo, con la fermentación de una bacteria modificada genéticamente. Esta leche, de laboratorio, incluso puede convertirse en queso; algo con lo que luchan las alternativas vegetales, ya que carecen de caseína y proteína de suero, los ingredientes clave que dan su gusto y estructura a los productos lácteos.

Aunque la influencia en el entorno es otra historia, muchas alternativas a la leche utilizan muchísima menos energía, tierra o agua para producirse, por lo que su impacto es mucho más pequeño que de la leche animal.

Si queremos que nuestra huella en el planeta sea lo menos negativa posible, la mejor opción es que cualquier leche sea regional; y como pasa con todos los temas, la leche es complicada: no es dañina para la mayoría, y es fundamental para muchas personas del planeta. Es un alimento bueno y nutritivo, pero muy dañino para el planeta, y provoca mucho sufrimiento.

Como sociedad debemos decidir como queremos ocuparnos de estos hechos.

Créditos y agradecimientos al canal En popcas palabras de YouTube

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