El juicio será público desafiando a los agresores con presencia firme y decidida
Giselle descubrió a su esposo porque fue arrestado en un supermercado por filmar a mujeres de forma inapropiada
Dominique, el pervertido de 71 años, se mostró impasible durante el juicio, sin ocultar su rostro y manteniendo una actitud desafiante.
Giselle Pélicot, una mujer francesa de 71 años, decidió enfrentar abiertamente a los 51 hombres que la violaron mientras estaba drogada.
Las drogas se las administró su esposo, Dominique Pélicot, con quien compartió 50 años de matrimonio.
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En un valiente acto de resistencia, Giselle pidió que el juicio se celebre de manera pública. Así deseafía a sus agresores con su presencia firme y decidida, mientras estos intentan ocultar sus rostros avergonzados.
El juicio, que comenzó en Aviñón, es uno de los casos más estremecedores de agresión sexual en la historia reciente de Francia.
Durante una década, su esposo la drogó para que diferentes hombres la violaran, mientras ella se encontraba inconsciente.
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Cómo Giselle Pélicot descubrió a su esposo
Ella no tenía conocimiento alguno de los horrores que sufría. Giselle descubrió la terrible verdad en 2020, cuando Dominique fue arrestado en un supermercado por filmar a mujeres de forma inapropiada.
Tras su detención, la policía encontró miles de fotos y vídeos que documentaban las violaciones que se cometían en su propio hogar.
A lo largo de las vistas del juicio, Giselle ha asistido acompañada de sus tres hijos. Ellos también apoyan la decisión de dar la máxima visibilidad al proceso.
Sin embargo, la dureza de los testimonios es insoportable para algunos.
No perdonó ni a la hija
Caroline, una de las hijas de Giselle, tuvo que abandonar la sala en lágrimas al escuchar cómo su padre había guardado imágenes comprometedoras de ella en su ordenador.
Frente a Giselle, sentado en la sala del tribunal, se encontraba Dominique Pélicot. Fue su esposo y ahora enfrenta cargos por facilitar las violaciones de su mujer.
Impasible
Dominique, de 71 años, se mostró impasible durante el juicio, sin ocultar su rostro y manteniendo una actitud desafiante.
Junto a él, 18 de los acusados, que se encuentran detenidos, escuchaban los cargos que se les imputan.
Otros 32 acusados que comparecen en libertad, también están siendo juzgados.
Conmoción
El caso de Pélicot conmociona a la sociedad francesa. No solo por la magnitud de las agresiones, sino también por la frialdad con la que se organizaron.
Dominique Pélicot promovía los abusos en un foro en línea titulado “Sin su conocimiento”, donde ofrecía a otros hombres la oportunidad de violar a su esposa mientras ella estaba sedada.
De los 72 hombres identificados por la policía a través de las grabaciones, 51 están bajo juicio, enfrentando penas de hasta 20 años de prisión por violación agravada.
Las defensas de los acusados han argumentado que estos desconocían que la mujer estaba inconsciente y que creían que formaba parte de un «juego consensuado».
Sin embargo, la evidencia recolectada, que incluye conversaciones en las que Dominique describe cómo drogaba a su esposa y les daba instrucciones detalladas a los violadores, contradice estas afirmaciones.
Giselle Pélicot los mira de frente
Giselle Pélicot, en contraste con la mayoría de las víctimas de delitos sexuales que prefieren mantener su identidad en el anonimato, decidió no solo no ocultarse.
Más bien mira de frente a sus agresores, despojándolos de cualquier atisbo de anonimato o impunidad.
La resolución de Giselle, apoyada por sus hijos, ha transformado este juicio en un acto de denuncia pública contra la violencia sexual, desafiando la cultura del silencio que a menudo rodea estos crímenes.
Este proceso judicial, que se prolongará durante cuatro meses, representa un esfuerzo por hacer justicia no solo para Giselle, sino para todas las víctimas de violencia sexual que buscan reconocimiento.
Con información de Mundo Diario y El País