Título original: LA PERIODISTA ESTRELLA Y LAS ESTRELLAS DEL CORONEL: HISTORIA DE UN JUICIO INÚTIL. Por Ángel Alberto Bellorín (40ma. entrega).
JUEVES 16 DE MARZO: OTRO REGRESO A TRIBUNALES.
Como ha quedado plasmado en mi relato, después de casi tres semanas de no pisar tribunales, fue al día siguiente de ,»la reclusión de Ibéyice en su cómodo hogar» cuando regresé al Palacio de Justicia para darme por notificado de la resolución judicial de homologación del perdón del ofendido en el segundo juicio.
Me encontré con los pasillos muy convulsionados por los eventos acontecidos en los tres días anteriores y la noticia del día era la prisión de Ibéyice retumbando aquella chocante parodia de «casa por cárcel».
Varios periodistas se acercaron para entrevistarme y me disculpé por no conocer con precisión acerca de los acontecimientos y además, porque era prioritario ir al juzgado para terminar con lo del perdón judicial, lo cual ya fue relatado como aquel primer evento.
Al salir del juzgado con la resolución judicial del perdón a Ibéyice en la mano, contesté a los periodistas algunas de sus preguntas y traté de ser preciso con respuestas muy cortas.
Esas respuestas fueron recogidas por los medios y reseñadas en la prensa escrita del día siguiente, viernes 17 de marzo de 2006. No leí alguna que se atreviera a profundizar en mis respuestas o ir más allá de mis afirmaciones para desmentir o acompañar con alguna revisión normativa.
La siguiente nota de prensa publicada por el diario «El Carabobeño», es una buena referencia de lo ocurrido ese día. Aunque el autor de la nota, Omar Espaillat, no señala las preguntas, es una nota que por su título llama la atención y lo comparto en su totalidad.
(Inicio de la cita)
«CORONEL BELLORÍN: IBÉYICE PACHECO ESTÁ PRESA POR DIFAMARME»
“Ibéyice Pacheco esta presa por que difamó al coronel Bellorín”, señaló el militar para dejar bien claro el motivo de la prisión de que es objeto la periodista, luego del dictamen de la jueza Belén Gamboa Curiel, del Tribunal 11 de Ejecución.
Ángel Bellorín acudió este jueves al citado tribunal (fue el tribunal 17 de juicio), para verificar si se cumplió o no con el perdón del ofendido concedido a la comunicadora social, que extinguió el segundo juicio por difamación incoado por el militar, quedando pendiente la ejecución de la pena correspondiente al primer proceso por difamación agravada, la cual según el ofendido, dio lugar al fallo del juzgado 11 de ejecución.»
(El periodista sólo tenía que leer tres artículos del código para verificar que era así y no una vaga opinión mía).
Continúa la nota de prensa
“A mí me llama la atención cuando culpan al Ministerio Público, que la juez Gamboa motivara su decisión en la admisión que se hizo de un juicio por falso testimonio y no es así, la admisión que existe está en el expediente por que yo lo llevé y lo solicité ”; precisó.

¿CASA POR CÁRCEL?
Mostró molestia el militar por el sitio de reclusión asignado a la periodista Pacheco, casa por cárcel, señalando que cuando una persona es condenada la regla general es que vaya presa, pues de no ser así existen algunas excepciones, como la suspensión condicional de la ejecución de la pena, que al ser negada como en el caso de la periodista, la persona condenada automáticamente va presa conforme al Articulo 480 del Código Orgánico Procesal Penal.
La casa por cárcel concedida por la juez Gamboa Curiel -dijo- no aparece en el código pues se trata de una persona condenada, además para ese beneficio sólo hay dos excepciones en el derecho; a las personas de 70 o mas años de edad, y por razones de humanidad en el condenado que padece una enfermedad terminal y sólo luego de cumplir parte de la pena.
“No estoy de acuerdo con lo que está pasando aquí. Espero que la justicia aparte las pasiones humanas y funcione, porque un juez tiene que cumplir la ley”; añadió.
«Si desde el año pasado fue admitida una acusación contra la periodista, como es posible que transcurra un año y tengan que cambiar al juez de ejecución para decir que no le corresponde el beneficio de suspensión condicional de la pena y enviarla presa; la prisión se paga en prisión, eso lo establece el Código Penal; precisó.» (Fin de la nota de prensa)
Luego de estas breves respuestas a los periodistas, me retiré.
ESTADO APURE: UN VIAJE MUY APURADO.
El día lunes 20 de marzo me encontraba en San Fernando de Apure y cerca del mediodía escuché por radio a la periodista Ibéyice Pacheco dando declaraciones en vivo, desde su casa, acusando a Chávez de perseguir la libertad de expresión y que su prisión y la de Gustavo Azócar en el Táchira, eran la prueba de esa persecución.
Pero lo que verdaderamente me hizo pensar en retomar y acabar con ese asunto del primer juicio, fue una noticia que escuché en un reporte radial vespertino cuando me dirigía al hotel donde me hospedaba allá en Apure.
La noticia se refería a la conclusión de la reunión de la SIP en Quito y sus notas eran leídas por el locutor. Aquí algunos párrafos de esa noticia. (Cito)
«Clausurada reunión de medio año de la SIP en Ecuador, Quito, marzo 20, 2006
La reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se clausuró hoy en Quito tras cuatro días en los que se expresó la preocupación por la violación a la libertad de expresión en varios países, entre ellos Venezuela y Cuba.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó hoy las violaciones a la libertad de expresión en Venezuela y exigió al Gobierno cubano liberar a 25 periodistas presos, al tiempo que criticó el acoso a los informadores en otros países.
La SIP también enfiló sus críticas al Gobierno de Venezuela, al que acusó de violar la Constitución en los artículos relativos a la libertad de expresión y el derecho a la información.
¿LA SIP VISITARÍA A IBÉYICE?
«Así mismo, rechazó las «agresiones y acciones de intimidación que adelanta el Gobierno de Venezuela en contra de los medios de comunicación independientes y los periodistas».
En el encuentro, la SIP resolvió enviar una misión a Venezuela «para conocer la situación actual de la libertad de expresión e información en ese país».
(Fin de la cita )
Luego de escuchar esa noticia toda la trama comenzó a tener sentido para mí y decidí madrugar, para regresar temprano a Caracas, presentarme en el Tribunal de Ejecución y tratar de liberar a Ibéyice Pacheco, antes de que se pudiera concretar esa visita que presumí en aquel momento.
Me imaginaba a los dueños de medios venezolanos y alguno que otro extranjero visitando a «la prisionera de Chávez» y dándole una serenata en la sala de su vivienda con transmisión en vivo por todos los canales.
La noticia sería: «Delegación de la SIP visitó a Ibéyice Pacheco en su sitio de reclusión». No tenía certeza pero decidí evitar esa posibilidad.
EL SEGUNDO PERDÓN
El día martes 21 de marzo llegué al Juzgado 11 de Ejecución a las 11:30 y el tribunal era, literalmente, un hervidero.
Aunque no conocía personalmente a la juez Belén Gamboa Curiel, al momento cuando pedí que me anunciaran, salió sin demora a atenderme. Ella con suma gentileza despidió a cuatro personas que estaban en su despacho, cerró la puerta y me atendió en privado.
Una vez solos y sin más explicaciones únicamente le dije: «señora juez, es necesario dejar en libertad a Ibéyice Pacheco de una vez».
Aún recuerdo como su cara se iluminó y me contestó: «Deme la solicitud del perdón y en una hora está libre».
En su escritorio y de forma manuscrita, solicité el perdón del ofendido para la condenada. La juez llamó a la secretaria quien recibió la solicitud, selló el papel, me dio una copia y se retiró.

ASI JUGUÉ MI ÚLTIMO COMODÍN
Nada más hablé con la juez, le estreché la mano y me retiré del juzgado.
Mientras me desplazaba hacia la salida, contesté algunas preguntas a los periodistas, quienes parecían sorprendidos con este nuevo perdón del ofendido, que había otorgado.
Cuando estuve en mi vehículo pude ver en el sello de la solicitud la hora de recepción: fue recibida a las 12m.
Ya a las tres de la tarde la noticia de la libertad de Ibéyice Pacheco era primicia nacional. Si acaso se reunió con la SIP ya no lo hizo como «prisionera del régimen», porque al concederle mi perdón, le quité los argumentos del libreto para ese nuevo show.
No le di tiempo alguno para que tramara otra epopeya y esa fue la última vez que pisé los tribunales penales de Caracas.
Al día siguiente, mi amigo el abogado Antonio Anato me entregó una copia del nuevo perdón otorgado a Ibéyice Pacheco. Fue así como me jugué ese comodín que no quise entregar en la primera conciliación.

Caracas, 05 de noviembre del año 2024
Próxima entrega: «Si la liberé de prisión, no era presa del régimen».

Coronel Ángel Alberto Bellorín
Abogado Magna Cumlaude
Doctor en Ciencias Jurídicas mención
Derecho Constitucional
Profesor con categoría de Titular
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