El honor sigue detrás de las rejas – por Ángel Alberto Bellorín

Título original: EL HONOR SIGUE DETRÁS DE LAS REJASPor Ángel Alberto Bellorín

Sin perder el norte de lo importante y entender realmente el verdadero problema, debo aclarar que para quién suscribe, el Teniente Coronel Igbert Marín Chaparro, un muy joven militar desconocido hasta hace poco, ya es un emblema viviente del verdadero mérito dentro de un Ejército Venezolano sin brújula ni GPS que le indique el camino de la moralidad.

El oficial, graduado de número uno de su promoción, portando la máxima y envidiada jerarquía de Alférez Mayor, no se dejó embaucar en nuestra Academia Militar por los «pretendidos sueños azules» ni los «ajustes» hacia la lealtad cómplice que le hicieron a nuestro código de honor.

Egresó manteniendo en su espíritu esos preciados valores que en estos oscuros momentos, en auge del pragmatico «vale todo», sólo sería entendido por todos aquellos que alli nos graduamos y sin hipocresía asimilamos dichos valores como códigos de vida personal y profesional.

A pesar del inclemente bombardeo de años de destrucción moral , y de tentaciones materiales siempre presentes para una gran mayoría de militares sumisos y oportunistas, Marín Chaparro se erigió en un valiente profesional militar con tanto mérito y dignidad, (eso que se llama autorictas), que se convirtió en un emblema aislado pero peligroso para aquello que el comunismo detesta y aborrece, el verdadero liderazgo militar.

Sus verdugos no son políticos de oficio, ni el Tcnel, hoy en desgracia, incursionó en la política; son esa mayoría de compañeros uniformados que no tienen mérito para mostrar y la única forma de surgir es apagar las luces que emanan de los pocos dignos que puedan quedar.

Su delito es mantenerse fiel a la verdad y a los principios de moralidad que deben adornar al verdadero militar profesional. No olvidemos que en tiempos de revolución de la mentira, decir la verdad es traición.

Lamentablemente para Venezuela y gran parte del mundo en estos momentos aciagos de la nación, política y dignidad son conceptos antagónicos y hasta divergentes.

Igbert Marín Chaparro está preso por ser un verdadero militar con honor, por tal razón aquellos militares que nunca entendieron el significado de esa palabrita… «HONOR»..,se encandilan con su brillo y a la primera oportunidad y desde la oscuridad que los envuelve, disparan a matar.

Esos indignos de portar el deshonrado uniforme con opacas estrellas y soles de inmerecidos grados, son sus verdugos; los que callan y aceptan tal cobardía, son sus cómplices. Esa es la verdad verdadera.

Tanto para el Chavismo como para la oposición y en general a la gran mayoría de partidos políticos y una sociedad enferma de mediocridad y de bochinche, los militares con verdadera dignidad son un problema, ya que como el pasodoble esa condición ni se compra ni se vende.

La convicción de Marín Chaparro logró que una comisión de derechos humanos entrara a la sede de la DGCIM o al menos eso fue lo que se informó.

Así pretendidos intelectuales, cantidades de ignotos «militarologos de oficio» e inmensa mayoría de medios informativos sigan ignorando y endulzando el viejo problema de una fuerza armada pretoriana y sin norte profesional, esa realidad ha sido así y sigue allí generalmente oculta en el secretismo institucional, desinterés social y muchos intereses políticos.

En ese pantano de complicidades, los mediocres uniformados que han alcanzado grados arrastrándose servilmente, entregan en bandeja de plata la cabeza de los pocos dignos que fácilmente se detectan.

El verdadero problema para una organización jerárquica cerrada es que la dignidad genera una luz qué, por más que se quiera, no puede esconderse. En tiempos de tanta oscuridad es más sencillo detectar y ese fue el verdadero delito de Igbert Marín Chaparro.

Los diferentes casos de los militares presos, la siempre inconstitucional actuación de la mal llamada justicia militar y el eterno silencio de la pretendida oposición ante la realidad militar, ha sido motivo de muchos de mis ignorados escritos y opiniones desde hace más de 30 años.

Hoy, sólo me atrevo a solicitarle al padre de ese joven militar, mi superior Coronel Igor Marín Atencio, que lo siga acompañando para que su hijo siga resistiendo en vida está tragedia que puso a prueba su formación ética..

A los militares dignos nos interesa que existan jóvenes militares como él, necesarios para un futuro no tan lejano donde la reconstrucción de una nueva Fuerza Armada será tarea difícil pero imprescindible para el bien de una futura Venezuela.

Caracas, 23 de diciembre de 2024

Coronel Ángel Alberto Bellorín
Abogado Magna Cumlaude
Doctor en Ciencias Jurídicas mención
Derecho Constitucional
Profesor con categoría de Titular

También te puede interesar la entrega anterior:

Curadas

Somos Curadas.com Tu compañía en información

Únete a Curadas en tus redes sociales y aplicaciones favoritas

Nos alegra que te guste Curadas y quieras unirte a nosotros. Tienes varias formas de ser parte de Curadas:

  • Síguenos en las redes sociales
  • Entra a un grupo de Telegram o WhatsApp
  • Recibe nuestro boletín en tu correo electrónico

Aquí tienes los enlaces a las redes sociales de Curadas

Twitter

facebook

Instagram

YouTube

LinkedIn

Recibe nuestro boletín por correo

Entra a un grupo de WhatsApp

Entra a un grupo de Telegram

Si quieres decirnos algo:

  • Comenta al final de cualquiera de nuestras publicaciones
  • Menciónanos en las redes sociales
  • Escríbenos a [email protected]

¿Qué opinas?