Memoria: Conozca la forma en que usted recuerda… y olvida (Parte III)
El cerebro es plástico.
Si se hace un corte superficial en la piel, esta se cura en unos días. Hay muchos otros órganos en el cuerpo que también pueden repararse solos: células que se dividen y reproducen en respuesta a una lesión, generan células nuevas.
Desgraciadamente, a pesar de que las células del cerebro crecen y se especializan durante la infancia y la niñez, cuando llegamos a la edad adulta casi todas ellas pierden la capacidad de dividirse y reproducirse. Y sin embargo, sabemos que nuestros cerebros están cambiando constantemente.
Aprendemos durante toda la vida, tenemos toda una gama de reacciones que podemos modular en respuesta a otras personas, lugares e incluso el propio tiempo. Así que cómo podemos explicar esta contradicción: El cerebro no crea células nuevas pero tiene una gran flexibilidad.
La respuesta se encuentra en el nuevo y revolucionario descubrimiento de la plasticidad del cerebro.
El Dr. Eric Kandel, ganador del Premio Nobel, trabaja unos cuantos pisos más arriba de mi oficina en el mismo instituto de investigación.
Durante varias décadas, Kandel ha estudiado una especie de babosa llamada aplysia, que parece un pequeño bulto negro con orejas. La aplysia tiene grandes células nerviosas que se prestan a experimentos.
Los estudios de Kandel, que abren nuevos horizontes, han demostrado que muchas células nerviosas de las aplysias y de especies más complejas, retienen la propiedad de la plasticidad, lo que significa que, con el tiempo, pueden cambiar su estructura o función.
Las células nerviosas lo hacen, haciendo brotar nuevas ramas llamadas dendritas y formando contactos con otras células nerviosas, para compensar las que han perdido.
Utilizando un enfoque diferente, el laboratorio de Bruce McEwen, en la Universidad Rockefeller, demostró lo que se pensaba que era imposible: la plasticidad y la generación de las células nerviosas del hipocampo en pruebas con animales.
Una analogía que puede ayudarnos a comprenderlo mejor es que todos sabemos que la gente que nace ciega desarrolla unos sentidos exquisitos del tacto y del oído.
En el caso de los que utilizan Braille constantemente y se convierten en unos expertos de este sistema, la región cerebral responsable de controlar el dedo que se utiliza para leer físicamente aumenta de tamaño. Este tipo de compensación también puede producirse después de la pérdida de memoria dependiendo de la causa.
¿Hay límites para su memoria?
Hablando de manera informal, todos sabemos que sí podemos enseñarle mañas nuevas a un perro viejo. Hay millones de personas que han pasado y de lo que podría llamarse la flor de la vida y que siguen cursos universitarios y que se gradúan con muy buenas notas.
Pero, si hay unas regiones cerebrales diferenciadas para cada subtipo de recuerdos, nombres propios frente a otros nombres, por ejemplo, ¿no resultará que esas estanterías se saturarán después de toda una vida de estar expuestas a miles de retazos de información que componen las bibliotecas de nuestro cerebro?
Y si estas regiones cerebrales se saturan, ¿cómo es posible que una persona de mediana edad o mayor siga teniendo la capacidad de aprender lenguajes y tecnologías completamente nuevos? La respuesta es sencilla: la memoria -el recuerdo- es un proceso dinámico, no estático.
Hay varias maneras gracias a las cuales su almacenaje de memoria se sigue ampliando:
- A medida que aprende más y lo hace de una manera más eficiente, las células nerviosas responsables de la memoria desarrollan trucos nuevos y se vuelven más expertas en la importancia de conocimientos nuevos a las células nerviosas disponibles.
- Pocos de nosotros habremos explotado nuestros recuerdos hasta tal punto que todas las células nerviosas de la memoria estén atiborradas y desbordando conocimientos, a pesar de que si es usted un experto de los juegos de adivinanzas puede que esté bastante cerca de ello.
- Finalmente, cuando necesite más memoria, hay una solución obvia: arrastre el material inútil a la papelera, en el menú elija «vaciar la papelera» e inmediatamente dispondrá en su cerebro de unos cuantos megabytes de almacenaje de memoria.
Lea en Curadas el artículo previo sobre este tema, haciendo clic AQUÍ
Tomado de: «La manera en que su memoria recuerda… y olvida« por: D.P. Devanand. En: Cómo potenciar su memoria de la Editorial AMAT, Barcelona -España, 2008.
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